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Memoriasencadenadas

30 de enero de 2008

Habito en ti

Habito en ti


He caminado el vacío por décadas.

He divagado en los cielos cada noche.

He vagado en los pensamientos de los niños.

Buscando algún tipo de energía.


Tratando de hacerte llorar,

Cuando has perdido todo lo que estaba en tus ojos.

Tratando de hacerte sentir,

Cuando has abdicado en tu propio río de sal.


En sueños negros he encontrado un lugar,

Un lugar con rotos tiempos.

Un lugar de amores viejos.

Un lugar lleno de cafeína.


Encontré tus recuerdos y los he vuelto a armar.

Pequeños pedacitos han sobrado y no los puedo acomodar.

Tengo un gran miedo de poder volar.

Aquí en tu mente todo está muy gris.


Dormido a tu lado era mas fácil,

Entenderte ahora es incomprensible.

Durmiendo en ti todo es mas fiel,

Y ahora puedo ser tú.


Me enfrío en estos pasillos,

Me hago viejo con la luz.

Prendo una antorcha y reverbera,

Tomo un espejo y no refleja.


Los sonidos son confusos,

Las voces se han distanciado.

Has olvidado que estas drogado,

Has venido a visitarme… Dentro de ti.


Encontré tus recuerdos y los vuelvo a armar.

Pequeños pedacitos sobrarán, no los podré acomodar.

Tuve gran miedo de volar.

Ahora en tu mente todo está muy gris.


Me tienes escuchando,

Un puñado de días solitarios.

Me tienes distante y extrañado.

No me gusta como quieres que yo…



Me disculpo por no poder ser tú

Encuentras a alguien sangrando.

Estoy sangrando por ti.

Estoy muriendo por ti.


Yaciendo dentro de ti,

Hay monedas en cada flor.

Estando en subconciencia,

Las niñas son mas bellas.


Me inspiro cuando respiras.

Escribo cuando imaginas.

Admiro cuando tú miras.

Razono cuando sueñas.


En lavandas y azucenas,

Recuerdo cuando de ti me enamoré.

En verdes grumos que se incendian,

Olvido porque te amé.


La música viene por parejas,

En tu retorcido gusto por el jazz.

El nuevo mundo me ha alcanzado,

He perdido la razón.


El polvo en tu mente,

Nubla mi alma,

Cansa mis piernas,

Seca mi garganta.


Mi mano es un arma,

Mi filosofía me presiona.

Dios me ha tentado a matarte.

Y aun no veo la ventana del entendimiento…


El sueño nos invade,

Tratas de salir y yo de entrar.

Tratas de entrar y yo de salir.

Este empinado camino


Cansando mis piernas,

Secando mi garganta.

El polvo en tu mente,

Nubla mi alma.


Brisas juegan a tu alrededor.

Tus piernas chocan con el mar.

Le sonríes al sol.

Incineras mi calor.


Tu cabello pude ver.

La libertad pude alcanzar.

¡Una y otra vez te grité!

Mi voz fue robada…


Has salido del cielo.

Has entrado en la arena.

Has besado el futuro.

Has muerto cegada.


Lo recaudado ahora me encuentro acomodando.

Aún no concibo el porque… de esos pedacitos de recuerdos,

Recuerdos que nunca pude acomodar en el laberinto del silencio.

Ahora expresan claramente: “Sigue mi voz, olvida que has vivido”


.

25 de enero de 2008

El destino nos ha unido. El destino nos ha de separar.

El destino nos ha unido. El destino nos ha de separar.

El Sol asoma su bella cabellera en otro radiante amanecer.
Calidas luces blancuzcas se propagan por los pueblos, entrando por todos los hogares.
Todo día es especial desde el inicio hasta el final, todo día se vive, aunque viviendo se pueda morir.


Las blancas cortinas parecen brillar con la abundante luz. Muchas telas blancas colgando proporcionan una extraña sensación de calidez. Todo parece brilla, la calma y la paz flotan en el aire. Una brisa leve y tranquilizante acaricia cada tela, cada cortina… y mi piel…


Mi mente no se turba en este estado. Me siento tranquilo y lleno de placer oyendo como el agua de alguna fuente chapotea casi en silencio, creando un ambiente somnoliento pero amable en el que puedo pensar sin limitaciones.


Hay una cama. Una cama que tiene brillantes sabanas de seda blanca. Y hay alguien durmiendo en esa cama. Alguien que hace que la seda sea aun mas fina y hermosa. Es una persona perfecta ante el juzgar de mis sentidos. Es la pura belleza en extremos inimaginables.


El revoloteo de las aves parece suspendido, contemplando extasiado la perfección presente en el cuerpo de esa persona. Y no solo su cuerpo muestra la divinidad, también su mente y su carácter son perfectos. Es la maquina perfecta. El único ser humano que es a la vez todo un dios.


¡Ni la poesía podría describir tanta dulzura! Esta persona es la ausencia total de error, la ausencia total de todo dolor. Desde su cabeza hasta sus pies se materializa un ser incomparable e incomprensible, bello y muy superior a todo lo que mis ojos hayan visto antes.


Sus dorados cabellos yaciendo tan tranquilos en ese lecho brillante, algo alborotados por el transcurso de la noche, pero sin perder la belleza del simple hecho de ser. Están hechos del mas puro oro extraído de las minas celestiales, y brillan con una intensidad que el sol envidia.


Sus labios, como hechos con perlas y diamantes, tranquilos y húmedos esbozan una ligera sonrisa delatando sus hermosos sueños. Sueños que han traído las flores y los cielos, específicamente para esa persona perfecta, que es la mas pequeña y grande de todas…


Su nariz, figura edificada por ángeles artesanos, pero solo por los mas exactos. Líneas diseñadas en pergaminos antiguos que desafían toda naturaleza. Todo oxigeno que entra por esa escultura, es purificado de elementos impuros y enaltecido.


Sus oídos. No pequeños, no grandes. La medida debida. Los sonidos que osan acercarse a esos oídos, se transforman solamente en líneas trazadas por estrellas fugaces que se pierden en la oscuridad de su propio interior.


Sus ojos cerrados. Tan tiernos como los del niño mas inocente. ¿Qué han de experimentar estos ojos? Me encantaría saberlo. Y esos ojos son infinitamente mas bellos cuando están abiertos. Creados de diamantes y una combinación perfectamente equilibrada de cielo y agua. Me trae tantos recuerdos ver sus ojos cuando duerme…


Recuerdo cuando conocía a esta maravillosa persona. El destino planeo nuestro encuentro con mucha anticipación. Cruzamos miradas y palabras… La situación era confusa, para ambos. Pero al final terminamos conociéndonos muy bien. Creamos un sentimiento distinto a cualquier otro antes sentido. No era amor, era muy superior a eso…


Está despertando… Sus ojos bañan con perlada luz azul mi alma que presencia atónita. Mi cuerpo esta paralizado… Este sentimiento, otra vez invade mi mente y nubla mis sentidos. Me siento lleno de vida y de ilusión.


Me mira directamente a los ojos y me hipnotiza con la belleza de estos. Está sonriendo mientras me mira escribir en este cuaderno iluminado por la luz blanca que proyectan las cortinas.


Su cuerpo desnudo envuelto por las suaves telas de las sabanas se descubre un poco cuando se sienta en la cama. Sin dejar de mirarme, sin dejar de sonreír, sin decir una sola palabra. No puedo evitar sonreír también, y mi mirada se desvía hacia la cama mientras trato de escribir en esta hoja de papel, ahora también divina.


Su piel tan tersa y tan suave. Hecha de nubes y estrellas, también brilla con la luz y hasta produce una luz mas blanca y tenue. Cubre todo su perfecto cuerpo y no deja que este muestre error.


Sus brazos, sus piernas, su torso, su cara; todo podría describirlo todo con detalle, pero su hermosura simplemente es demasiado grande para que esta indigna tinta, marque el papel con tan etéreas descripciones. Ese es trabajo de los dioses.


Repentinamente ya no oigo el tranquilizante sonido del agua, ya no veo las telas blancas que brillan con la luz, ya no veo nada que no sea su belleza. Estoy cegado por su perfección. Mi mano no puede dejar de moverse placidamente transmitiendo al papel estas palabras calidas a través de la tinta, que ahora parece poseer magia. Magia para expresar mis sentimientos sin pensarlos.


Se está parando de la cama. La seda cae lenta y silenciosa en la cama y en suelo rozando por su desnuda piel. Un paso, mi corazón ya se empieza a agitar. Otro paso, su mirada se fusiona con la mía haciendo un mismo lazo. Otro paso, su sonrisa me transporta a paraísos inimaginables. Otro paso, su cuerpo me da luz y esperanza para vivir toda mi vida. Otro paso, mis emociones me piden estar junto a su ser, con su ser, dentro de su ser. Otro paso, casi puedo oír su respiración y oler su alucinante aroma. Otro paso, llega hasta mi, me acaricia la mejilla, cierro los ojos y siento su amor. Es mi destino. Es nuestro destino.


Cuatro pétalos de blancas rosas fragantes rozaran por mi rostro. La ventana al exterior se ha cerrado, pues me ha invadido el amor. Inmóviles pensamientos discurren por mis campos. Estrellas fugaces iluminan mi completo cielo.


Una lagrima, de mi ojo, escapa. No se porque hay llanto habiendo tanta felicidad. Siento que su caricia acaba, su mano se separa de mi rostro y abandona mi piel embellecida. No quiero abrir mis ojos, quiero que este momento sea eterno.


Pero se que debo seguir, que no puedo quedarme con los ojos cerrados; encerrado en mis ilusiones, cuando puedo abrirlos y atesorar mas momentos sagrados e irrepetibles. Pero por alguna razón, me empiezo a sentir atemorizado…


Suspiro profundamente y abro los ojos. Los blancos han desaparecido. La luz se ha esfumado. La divinizada persona que me acompañaba ha desaparecido. Ahora estoy en un cuarto oscuro muy pequeño con un hoyo en la pared que es la única salida. Hay un arma entre mis manos.


Salgo por el agujero con cuidado para encontrar un paraje desolado, doloroso, destrozado. Hay sonidos aterrorizantes de disparos, explosiones y gritos en cualquier dirección. Hay fuego por todos lados, sufrimiento en cada rincón, muerte por doquier. Me doy cuenta que en realidad esto solo habita dentro de mi mente.


He despertado de la ilusión y caigo en la vida. He despertado del sueño y he aterrizado a la verdad. Tengo miedo y estoy cansado, ha sido igual desde siempre, estoy inseguro y siempre mirando sobre mi hombro. Mi amor y mi luz han huido, han escapado de mi ser, o puede ser que nunca estuvieron allí…


Ellos vendrán por mí. Ellos me matarán…

.

21 de enero de 2008

Exirpación del Alma

Extirpación del Alma

Hola amiga… Pase por tu ventana y oí que tu violín tocabas. Quise timbrarte… Pero no me atreví… Quizá mañana que vuelva a pasar por tu ventana me decida a timbrar.


Hola amiga… Te escribí porque hoy tengo ganas de escribirte. Quiero decirte que te quiero mucho y que no te puedo olvidar… Que desde que te vi, me enamoré de ti y ya no te saco de mi cabeza. ¿Qué puedo hacer?


Hola amiga… Te escribo porque no me atreví a darte la última nota que te escribí… Y solo quiero decirte que te quiero mucho.


Hola amiga… Me enteré sobre tu enfermedad… Pero no te preocupes, vas a estar bien yo lo sé… Solo ten calma y toma tus medicinas…


Hola amiga… Hoy me dijeron sobre tu cirugía, quiero que sepas que iré al hospital todos los días a verte hasta que te pongas bien, y quizás entonces te contaré un gran secreto que tengo.


Hola amiga… Me metí a clases de piano. Espero que algún día podamos hacer dueto, tú con tu violín y yo con el piano… Pero para eso primero tienes que estar sana… Mañana va a ser tu cirugía y espero que no te de nada de miedo. A mi papa le hicieron la cirugía y ahora está de maravilla. No te preocupes todo estará muy bien.


Hola amiga… Leerás esto cuando despiertes. Te vine a visitar y pues estas dormida, ya te visitaré mañana y espero que estés mejor. Los doctores dicen que la cirugía fue exitosa y que pronto despertarás. Nos veremos entonces.


Hola amiga… Sé que no puedes leer esto… Pero se que me oyes cuando la leo… Te quiero mucho…
Te quería decir que… No importa lo que pase, yo siempre te querré…


Hola amiga… Hoy te tengo que decir que estoy muy triste. Todo el día estuve contigo, pero tu no estuviste con nadie… Nunca había vestido de negro… Es un color extraño, como si no tuviera nada…


Hola amiga… Quiero decirte lo triste que estoy, porque la ultima vez que te escribí no me atreví a decirlo… Pero lloré mucho ese día, tú me viste…
Ya no se que hacer ahora… ¿Me ayudas?


Hola amiga… Hoy regresé a la escuela, mis amigos te buscaron, pero después de que les conté de tu operación dejaron de buscarte… Me puse muy triste al ver que a nadie le importó mas que a mi…


Hola amiga… Quiero contarte lo bonito que es el cielo desde que estas en él… Es más azul y mas brillante, tiene mas nubes y mas estrellas… Y aunque estoy solito, sé que estas conmigo.


Hola amiga… Te escribía porque hoy vi la lluvia caer… Y me pregunté si era tu llanto… No llores, yo te quiero mucho y no me gusta verte llorar… Se que estas triste porque no sobreviviste a la operación, y yo también… pero no tienes que llorar. Todo es mejor alla arriba… Yo quiero ir…


Hola amiga… Hoy oí una canción que me hizo llorar porque me acordé de ti. Sé que está mal llorar por ti, pero no puedo dejar de hacerlo, porque ya no te veo… Y ya no respondes mis cartitas…


Hola amiga… Estoy feliz… Me enteré de que estoy enfermo yo tambien y de que me van a hacer la operación… Quizá si tengo suerte llegue donde estas tú y podamos platicar otra vez…


Hola amiga… Estoy muy emocionado, mañana es el día de la operación y no puedo esperar para verte, creo que no voy a dormir… Te quiero mucho.


Hola amiga… Estoy muy triste… Muy triste y no se porque… Ya no entiendo porque me siento triste… La operación fue exitosa, y después de todo sobreviví…
Ahora no entiendo porque quería ir al cielo contigo…
Supongo que ya no te voy a escribir nunca…


Adiós amiga…


A veces el alma es lo único que nos vincula con nuestros seres amados… Dichoso aquel que vende almas, o que conoce un alma en pena, pues es aquel atormentado el que ha de vivir siempre sintiendo…

18 de enero de 2008

Poema Oculto

Poema Oculto


En sus ojos vi el dolor de la verdad.

Él sabía lo que le sucedería,

Ya lo había aceptado y entendido.

No se lo expliqué yo, él lo comprendió por su propio ser.

Solo sonrió y me miró mientras yo trataba de detenerlo…

Pero el sol no brilló en mi favor.

Colores tomaron posesión de mí,

Entraron en mí y reprodujeron flores marchitas y flores vivas,

También prendieron flores nuevas.

El atardecer dejo ver la aurora de triste magia,

Manchada de sangre y de terror.

Los pensamientos se atoraron en la salida de mi mente,

No podía hablar ni sentir, tenía miedo.

Mis ojos oscurecieron,

Los días oscurecieron.

Me encuentro flechado por veneno,

Dolido por el miedo,

El verde se ha olvidado,

Otro libro se ha cerrado.

Despierto del mal sueño,

Salgo a la superficie,

Recupero mi respiración,

Veo, una vez mas, la luz.

Mismo estado, diferentes sensaciones. Solo letras vacías.

Agradeciendo el mal benéfico, olvidando que puede dañar.

Bestias asesinas, monstruos insólitos, sueños mutilados, luces desolladas.

Devoradores de ilusiones.

Vida y obra, son solo la canción,

El fantasma de formal vestido.

Sentimientos son la proclamación,

El cuerpo, por vida, aguerrido.

Historia letal, es la realidad.

Un camino pedregoso.

El lago del mas allá.

El paso de lugar, al hogar.

Poesía prisionera, habitando en tenue luz.

Olvidadas esperanzas, pero latentes posibilidades.

En sus ojos vi el dolor de la verdad.

14 de enero de 2008

Sed

Sed

Tengo sed…

Mucha sed…


No hay luces a mi alrededor… Solo vacío… El éxtasis del vacío…

¿Dónde están mis alas?

Yo recuerdo que podía volar…

Recuerdo que me encantaba volar…

Que volaba todos los días…

¿Dónde están mis alas?


Las palabras juguetean a mi alrededor…

Me susurran que no soy real

Señalan la luz diciendo que es el camino

Yo no quiero tocar la luz

La luz quema…


Se que todo es un mal sueño

Se que todo pronto acabara

Se que no estoy aquí encerrado

Se que voy a salir

Pronto acabara… ¿Cierto?


Hay alguien persiguiéndome, siento que esta detrás de mi…

Me esta mirando…

Siempre esta esperando que haga algo…


No tengo ojeras, así son mis ojos… Así los recuerdo desde que estoy aquí…

Y no es que no haya dormido… Solo no he comido…


Tengo sed…

Mucha sed…


Espérame, yo no puedo correr tan rápido.

Sabes que tengo miedo de estar solo… por favor no me dejes…

No estoy seguro conmigo mismo…

Quiero… Extraño… Extraño ser ese niño…


¿Oíste eso?

Ya vienen por nosotros

Haz algo, tengo miedo

No dejes que me lleven

Por favor, no quiero que me lleven…


Tengo sed…

Mucha sed…


Hora de decir adiós…

Adiós a los pájaros y a la niebla…

¡No cerraré mis ojos!

Adiós al cielo y a las flores

¡No cegaré!

Adiós al viento y al calor

¡No moriré!

Adiós a la esperanza y al pensamiento

¡No volveré!

Adiós a toda abstracción y verdad

¡No lloraré!

Adiós a todo sentimiento y color

¡No resistiré!

Adiós a toda señal y sensación

¡No seré!

Adiós al helado y a la soledad

¡No gritaré!

Adiós al miedo y obsesiones

¡No escucharé!

Adiós al entendimiento y razon

¡No querré!

Adiós a las aberraciones y salvación

¡No deliberaré!

Adiós al pasado y al perdón

¡No sucumbiré!

Adiós al placer y el saber

¡No negaré!

Adiós al mal y al alimento

¡No despertaré!

Adiós a la sangre y a la nada

¡No cambiaré!

Adiós al hablar y a la libertad

¡No domaré!

Adiós al interior y a la privación

¡No doleré!

Adiós a la comparación y la oscuridad

¡No juraré!

Adiós al reflejo y al fuego

¡No rezaré!

Adiós a la ausencia y a la noche

¡No escribiré!

Adiós al desahogo y la pasión

¡No viviré!

Adiós a tu alma y tu ser



No abro mis ojos… Ni blanco, ni negro… No hay soledad, no hay dolor… No hay llanto… No hay seguridad… No hay palabras… No hay fragilidad…

No hay nada.


No hay inocencia…



Aun no entiendo porque no entiendo…

Si es tan fácil entender…

Si es tan fácil ser…

¿Por qué no entiendo?

¿Por qué no soy?


Mírame… No estoy muerto… Ni estoy vivo…

Soy la muerte muerta…



¿De quien son estas lágrimas?

Si ya no puedo llorar, ¿De quién es ese llanto?


Tengo sed…

Mucha sed…


Es confuso el volante…

Es abrazo…

Perdido…

Único exiliado…



¡Ah! ¡Un piano grandotote!

¿Cómo te llamas pianote?




Dedicado a White
Por darme los colores necesarios para enloquecer...

Gracias White...




¿A donde ha ido mi alma?

No sabía como empezar a escribir, porque últimamente me ha sido muy difícil escribir, así que solo empecé. Esta entrada es… para que se interprete. Algunas cosas si son literales, pero recuerden que no siempre escribo hablando de mí…

Así que… a ver como queda…

¿A donde ha ido mi alma?

-¡Es que ya no se quien soy! Ya no entiendo quien es esa persona que camina con mis pies, que habla con mi boca, que mira con mis ojos y piensa con mi mente. Ya no puedo saber que es lo siguiente que haré, o cual será el siguiente pensamiento que tendré. Tengo miedo de cómo pueden ser mis posibles reacciones y pensamientos… Tengo miedo de mi mismo…

-¿Sabe?, planeé esta conversación desde hace meses. Pensaba en todo lo que le diría y todo lo que no, pero quiero decirle todo… Solo no se si deba.

-Me siento… fuera de mí. No soy yo quien siente lo que siento, ni quien piensa lo que pienso. Solo estoy condenado a verme actuar sin ser yo mismo. Atado a decir cosas que no quiero decir. Encadenado a lo que se y a lo que debo saber…

No tiene lógica sentirse así. Nunca lo había sentido, y no entiendo porque lo estoy haciendo ahora. Incluso esta conversación nuestra, todo esto que le confieso ahora… No siento que se lo esté diciendo yo… Y eso es lo mas preocupante, porque si no puedo decir ni esto, entonces ¿Que puedo decir?

Si no me tengo a mi mismo ¿Qué tengo?

-No… ellos no me entienden… Piensan que soy igual que ellos y que me agrada la idea. Porque eso les he hecho ver… Porque eso es lo que quiero que piensen… Quiero que imaginen eso porque si no lo hacen, me rechazarán mas de lo que ya hacen ahora… Y me sentiré mas solo aún…

-¿Qué porque me siento solo? Dios sepa porque… Talvez porque jamás digo la verdad ni soy yo realmente, porque siempre finjo encajar… No lo se. No lo se realmente… Y no quiero saberlo…

La verdad… Es… Que a mi me gusta sentirme solo… Estar conmigo mismo… Puede sonar egoísta, pero no me refiero a estar conmigo porque me guste… Sino… Porque me entiendo. Sé quien soy y me acepto… Y es algo que nadie hace…

-Antes si… Si tenia personas que me entendían… Y que me aceptaban… Y se sentía muy bien, porque esas personas eran mis amigos… mis verdaderos amigos… Los que te aceptan conociéndote realmente… Y yo era su amigo también…

-Pues… ellos…

Murieron…

-Si, todos… No eran muchos, así que…

-No, no por edad.

-Tampoco, no murieron juntos…

-Pues… ese es uno de mis pecados padre…

Yo los maté… A tres de ellos… Y a otra de esas personas simplemente no… Simplemente la deje morir…

-Si… Pero no siento remordimiento alguno… Y esa es otra de las cosas de las que quería hablarle. Es como si hubiera perdido todos mis sentimientos. Como si estuviera totalmente vacío… No siento lastima por nadie, ni… me arrepiento realmente de nada, ni me siento triste, ni puedo sentirme querido o querer, ni nada de eso…

Es como estar vacío, como ya le dije… Como no tener nada porque luchar, ni nada por que vivir, pero tampoco siento ganas de quitarme la vida…

Es como no tener alma…

Y pues… llegué a pensar que… Talvez era que me faltaba alimento espiritual, acercarme a Dios… ya sabe, esas cosas… Y por eso estoy aquí…

-¿Y sabe que es muy gracioso?

-No… no lo entendería…

-No tiene caso…

-La verdad es que… Esta conversación ya perdió el sentido, padre. Ya olvidé lo demas que le iba a decir… Quizá fue solamente el desaliento que pienso que tendría, si aun sintiera, por el hecho de no ver cambios de ningún tipo después de todo lo que ya le dije…

-No… Ya es tarde, acabo de llegar pero ya es tarde…

-Gracias padre… Quizá tenga razón y este sentir sea suficiente penitencia…

-Buenas noches…

Quedó horrible… pero es algo…

11 de enero de 2008

Dia 6 - Parte 2

Demos una bonita bienvenida al año nuevo (Muuuy tarde) con una entrada que aun me pregunto porque estoy escribiendo…

Se supone que iba a publicar esta entrada hasta terminarla, pero ya me di cuenta de que me voy a tardar mucho… así que… Publicare la segunda parte (La cual les parecerá algo vacía en ausencia de las demás), luego la tercera y luego la primera… El orden original era 3, 2, 1 y luego los días anteriores (Si. En reversa)… No me pregunten porque, solo léanlo y comenten….


Día 6

Parte 2 - Hogar, dulce refugio.


El sol se estaba poniendo tras las montañas en el helado horizonte. Algunas aves rondaban el lago en busca de algún alimento. El pueblo completo se veía iluminado por la luz que la puesta de sol brindaba. Sin embargo, ningún sonido proveniente de las personas delataba vida en ese hermoso lugar.


El aire traía las cenizas de los pueblos cercanos, el destino estaba acercándose. Durante meses, las poblaciones habían comenzado a desaparecer lentamente al tiempo que el valle se llenaba de bestias rapaces y de horrendos paisajes sangrientos desde hacía un largo año. Nadie sabía lo que le estaba pasando al valle, pero todos estaban seguros de que si no se actuaba pronto, el pequeño pueblo de Clyón desaparecería.


Sentado en el tejado fuera de la ventana de una casa empotrada en uno de los montes, un hombre miraba pensativamente el atardecer oscurecido por los nubarrones de cenizas. Su mirada se perdía irremediablemente en el horizonte y, a ratos, miraba hacia el cielo y dejaba caer una lágrima, luego se limpiaba rápidamente la cara y sonreía con pena, como si alguien lo mirara, pero continuaba admirando el firmamento.


Un ruido proveniente del interior de la ventana atrajo la mirada del hombre.

-Estoy aquí afuera. –Dijo mirando hacia adentro de la casa. Después de unos segundos, otro hombre asomó una tez blanca y barbada por la ventana.

-¿Qué haces aquí? –Pregunto amablemente.

-Veía la puesta de sol. –Respondió el otro hombre desde fuera de la ventana, luego volvió a mirar el paisaje. El otro hombre miro el horizonte durante unos segundos de un calido silencio.

-La vista es muy bonita desde aquí. –Dijo el hombre en la ventana

-Indudablemente lo es. –Contestó el otro hombre. Luego se produjo otro largo silencio en el que los dos hombres miraban soñadores al sol esconderse. –Muchas gracias por hospedarnos.

-Oh, no se preocupen. Tengo las puertas abiertas para quien lo necesite. –Dijo con una sonrisa.

-Gracias. No creo que nos quedemos mucho tiempo.

-Pueden estar aquí el tiempo que sea necesario.

-Gracias. No se encuentran manos amigas en cualquier lugar.

-No, no es fácil encontrar a alguien generoso en estos días. Pero si algún día estoy necesitado, se que alguien me va a ayudar al igual que yo los ayudo ahora.


Un silencio interrumpió la conversación. El sol ya casi no se veía en el horizonte y el cielo se llenaba de nubes. La temperatura estaba bajando rápidamente, pero ambos hombres estaban bien abrigados. El pueblo ya se veía iluminado por el alumbrado público.

-Ni siquiera nos hemos presentado. –Dijo el hombre barbado desde la ventana. Soy Emalon. –Dijo extendiendo su brazo para estrechar la mano del otro hombre. -¿Cuál es su nombre?

-Usted ha sido muy bueno con nosotros –Dijo el otro hombre sin mirar a Emalon. –No le mentiré. Conozco mi nombre, pero tuve una vida muy difícil con ese nombre. Ahora que estoy aquí, prefiero ahorrarme problemas. No he pensado en un nombre falso, así que asígneme un nombre, y seré llamado de ese modo. –Émalon se llevó una impresión muy grande y se vio obligado a bajar el brazo ante la situación.

-Pues… Nunca he bautizado a nadie. Mi ex esposa quería tener un hijo, pero nunca pensamos en un nombre adecuado para un niño. Supongo que me gusta el nombre de Leonardo. Así se llamaba mi padre.

-Leonardo. Me agrada. Lo adoptaré.


Ya la noche se había apoderado del pueblo. La luna fue cubierta lentamente por nubes abundantes y espesas. Los dos hombres continuaron en el mismo estado durante unos largos minutos de silencio sepulcral, después las nubes decidieron hacer del pueblo su lugar de frío espectáculo.

-Está empezando a nevar. –Dijo Émalon al aire. Leonardo miro hacia arriba viendo los copos ondular cayendo hacia ellos. Levantó la mano abierta hacia arriba estirando su brazo, hasta que un copo cayo sobre su mano, luego bajo la mano y miro fijamente las extrañas figuras que mostraba.


El agua endurecida que permanecía en su mano era casi perfecta. Brillaba con la luz que la escondida luna dejaba caer sobre el. Puntas picudas y centro casi redondo. De alguna forma se adecuaba con correcta elegancia al pintoresco paisaje, pues parecía contar historias que se habían escondido en los bosques desde hacía siglos, parecía que su alma lloraba sonriendo y que la única forma de expresarlo era con su propio ser. La mirada de cualquiera podría haberse perdido en ese mismo pequeño pedacito de agua congelada, pues el tiempo mismo admira fuertemente las cosas mas simples tales como esa.

Una pequeña mancha hacia que la completa ausencia de error, se rompiera. Un pequeño grano de ceniza yacía en el simple copo de nieve. Se había profanado un milagro.


Leonardo cerró la mano fuertemente. Se movió lentamente para no caer desde el segundo piso de la casa, y después de un brinco entró por la ventana y paso junto a Émalon. Se dirigió a una cama individual ocupada por un niño de pelo rubio que placidamente dormía. Leonardo se quitó la chamarra que traía puesta y la coloco cuidadosamente sobre el niño procurando no perturbar su sueño.

Una leve sonrisa en la cara del niño. Leonardo nunca había notado la sonrisa tan hermosa que puede tener un niño cuando duerme. Solo ver que ese niño tenia paz, contagiaba de paz a Leonardo, lo llenaba de tranquilidad.


-¿Cuántos años tiene? –Preguntó Émalon mirando la escena aun desde la ventana.

-Once –Contestó Leonardo aun mirando al niño.

-¿Es tu hijo?

-No. –Dijo Leonardo despreocupado –Lo encontré. –Dijo Leonardo volteando a ver a Émalon.

-¿Lo encontraste? –Pregunto Émalon sorprendido.

-Si, en medio del desierto, hace como cinco días. –Contestó Leonardo calmado.

-¿Qué? P… pero… ¿Cómo sobrevivieron? –Preguntó Émalon aún mas sorprendido.

-Encontramos un oasis. Había una casa vacía con comida y un mapa. Tomamos mucha agua y algo de comida y caminamos hacia acá. –Relató Leonardo muy calmado. –Pero si es como un hijo… -Añadió Leonardo.

-Pe… -Balbuceó Émalon después de un momento. – ¡Woah! Esa si que es una historia…

-Tengo hambre –Dijo una tierna voz desde la cama. Leonardo volteo a ver al niño que yacía sentado con la chamarra en las piernas.

-¡Buenos días dormilón! –Dijo Leonardo sonriendo y levantándose de la cama. El niño bostezaba. –Ponte la chamarra, está nevando.

- ¡¿En serio?! –Preguntó emocionado el niño.

-Si, ponte la chamarra. –El niño dio un brinco de la cama y corrió hacia la ventana poniéndose la chamarra en el camino.

-Ehm… ¿Tienes algo de comer? –Preguntó Leonardo apenado.

-Si. Vamos a la cocina. –Contestó Émalon.

-La nieve es muy bonita –Dijo el niño en la ventana.


-Tango pollo de hace rato… Eh… Creo que hay pasta por aquí… -Decia Émalon mientras hurgaba dentro de su refrigerador. –Hay pan, podemos hacer sándwiches o…

-¿Hay galletas? –Pregunto el niño sentado en una silla junto a la mesa al centro de la cocina.

-Eh… pues si pero… -Émalon volteó a ver a Leonardo y este asintió con la cabeza riendo. Émalon abrió una gran puerta que era la alacena y saco una caja de galletas, la colocó sobre la mesa. El niño tomo la caja, saco una galleta y le dio una mordida pequeña, luego repitió en silencio el proceso sin despegar los ojos de la galleta hasta que se la acabó. Émalon miró a Leonardo, el cual estaba mirando al niño con una gran sonrisa en la cara. El niño se veía feliz con sus galletas y Leonardo feliz con el niño.

Después de unas pocas galletas el niño miro a Leonardo.

-¿Puedo salir a jugar con la nieve? –Pregunto poniendo una cara tierna.

-No, no puedes. Ya esta muy oscuro afuera. ¿Quieres que te roben? –El niño negó con la cabeza.

-Pero hay un patio en la casa. –Dijo el niño. Émalon comenzó a reír. Leonardo rió con él.

-Ve. –Concedió Leonardo.

-Gracias por las galletas –Dijo el niño antes de correr hacia el patio.

-De nada. –Susurró Émalon. – ¿No es muy pequeño para tener once?

-Eso mismo pensé yo

-No solo físicamente sino… mentalmente –Dijo Émalon mirando por una ventana que daba al patio desde la cocina.

-Si… pero tiene un gran destino. –Dijo Leonardo orgulloso.

-¿Qué? –Pregunto Émalon sin entender lo que oyó.

-No importa. –Dijo Leonardo. El silencio solo se cortaba por los pasos en la nieve y las risas del niño.

-¿Como se llama? –Peguntó Émalon

-¿Quién? ¿Él? Ah… pues… -Respondió Leonardo sorprendido por la pregunta. Luego se quedo unos segundos en silencio pensando en una mentira creíble. –Él se llama… Adán.

-Adán. –Repitió Émalon

-Si. –Resopló Leonardo sabiendo que mentía.

-He notado que cada vez que lo miras, sonríes…

-¿En serio? –Preguntó Leonardo frunciendo el ceño. –Yo no lo he notado.

-… Y, que lo consientes mucho. –Termino de decir Émalon

-No lo consiento. Pasamos hambre, sed, insolación… en el desierto. No le puedo negar galletas o jugar en la nieve a ese niño. –Émalon se quedo en silencio después de la respuesta. Varios minutos solo vieron a Adán jugar en la nieve. Hacia malabares con bolas de nieve, hombres de nieve pequeñitos, ángeles, se ponía nieve como barba, y otras cosas.


-Ahora vengo, debo hacer una llamada. –Dijo Émalon.

-Okay. –Asintió Leonardo. Sin embargo, él sabia que no podía confiar en ese hombre al igual que no había confiado en nadie desde hacia mucho tiempo. Se deslizo lentamente por la cocina procurando que sus pasos no se oyera, y que su sombra no pudiera verse en la sala donde estaba Émalon. Solo oía a Émalon y una voz del otro lado del teléfono.

-…solo para saber de ellos... Sabes que hablo de los buscadores… Cazadores buscadores, da igual… Si… ¿Cuándo llegan?... ¿Bueno? ¿Estas ahí?... ¿Que cuándo llegan?... ¡¿Qué?!... Perdón, si… si, si… Gracias… si… oh, para nada importante, solo quería saber, tu sabes, para estar preparado… si… Gracias… luego paso por allá… adiós…

El sonido del teléfono siendo colgado indicó a Leonardo que debía volver a la ventana. Sin hacer ruido, rápidamente volvió y fingió seguir mirando a Adán.

-Hay cuatro formas de salir de aquí. El desierto al Este, el lago al Sur, las montañas al Oeste y la carretera al noreste. –Dijo Émalon muy nervioso

-¿Y? –Dijo Leonardo sin entender porque le decía esas cosas.

-Ellos vienen por la carretera así que no pueden irse por allí. –Continuo nervioso.

-¿Quiénes? –Indagó.

-No lo sé… Pero vienen por ti. –Aseguró Émalon

-¿Cómo lo sabes? –Preguntó calmado Leonardo. La cara de Émalon cambió.

-No soy tan estúpido. Traes una daga blanca y a un niño con el cual sobreviviste en el desierto. Eso no lo tiene cualquier persona. –Aseguró severamente. –Les recomiendo regresar por el desierto, es lo último que una persona cuerda haría…

-¿Por qué me estas ayudando? –Preguntó Leonardo.

-No te ayudo a ti... –Dijo con cuidado. –Lo ayudo a él. –Dijo volteando a ver a Adán.

-Igual te lo agradezco. –Susurró Leonardo. Luego abrió la ventana de la cocina que daba al patio. –Ya nos vamos. –Le dijo al niño.

-¿A dónde? –Preguntó el niño dejando de jugar con la nieve.

-No lo sé. Pero ya nos vamos. –Dijo haciéndole un ademán con la cabeza para que fuera a donde estaba él.

-Hay una mochila en la sala. Tiene botellas de agua, comida y una cobija. Tómenla. Ellos llegaran aproximadamente a las doce. –Dijo Émalon

-Mierda –Exclamó Leonardo.

-Tienen como veinte minutos para salir del pueblo –Dijo Émalon mirando su reloj

-¿Qué? ¿Qué hora es? –Pregunto Leonardo impresionado.

-Las once y media. –Dijo Émalon

- ¡¡¿Qué?!!

-Aquí anochece muy tarde. –Respondió en tono de disculpa.

-No puede ser… Van a llegar en solo unos minutos, se mueven muy rápido… ¡Larguémonos ya! Gracias por la ayuda. –Dijo Leonardo. Tomo a Adán de la mano y lo jaló hacia la salida, al pasar por la sala soltó a Adán, tomó la mochila y se la colgó al hombro. Abrió la puerta dejando entrar un ventarrón con nieve y salió casi corriendo.

-¿Para donde es el Norte?

-Para allá –Dijo Émalon señalando hacia la izquierda. – ¿Vas a ir hacia el norte?

-Es el último lugar que revisaran, incluso después del desierto. –Dijo mirando hacia todas partes. – ¡Vamos! Le dijo a Adán. –El niño se apresuró. –Gracias otra vez. Adiós. –Y dicho esto partieron casi corriendo por la calle iluminada solo por el alumbrado público.



El presentimiento asecha… Huir es vital…

“Asignado a su cuidado en sus últimos días, sin darme cuenta me encariñé de su inocencia”