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Memoriasencadenadas

30 de julio de 2008

Habitación Desmemoriada

La palabra habitación en este texto tiene dos significados, y no solo el de un lugar habitable, sino también el de la acción de habitar algo en el preciso instante. Ambos términos deben estar presentes en la mente del lector hasta que finalice la lectura del texto, de lo contrario el texto puede perder su valor y facilidad de comprensión.

Habitación Desmemoriada



Azules

Azules puntitos.

Puntitos.

¿Qué son ustedes puntitos?

¿Son?

¿Serían si yo no estuviera aquí?

El eco de mi voz resuena rebotando en las paredes, que extraño.

Un coche pasa por la calle.

Silencio.

Valla que si es blanco.


Ustedes son bellísimos, puntitos azules.

Puedo verme, reflejado en el cromado de mi ventilador.

Mis dedos sienten mi piel.


¿Qué hago aquí acostado?

¿Quién soy?

Cuatro paredes

Solo balnco.


Nadie más conmigo.

Estoy solo.

Y ningún ruido perturba el arrobador silencio.

Inmóvil

Inexpresivo

Insólito.

¿Esto… es pensar?

¿Estoy hablando en voz alta?

Susurro entonces…


¿Sigo vivo?

Porque…

No siento nada…

Nada malo.

No me arrepiento.


No hay calor ni frío.

¡Santo dios! El negro del interior de mis parpados es…

Inexplicable.


¿En verdad… soy alguien?

¿Aún soy alguien?


Me levanto.

¿Los vivos… se levantan?

Me miro al espejo y veo mis labios hablar.

No escucho las palabras.

Solo está el espejo y yo.

No hay nada más.


¿En que te convertiste?

¿Qué quisiste probar?

¿Quién fuiste?

¿Qué hiciste?

Tú eres el culpable, no yo.

Tú, al que todos ven, no yo el que esta adentro.


¡Yo no merezco vivir!

¿De que me serviría?


Miro a mí alrededor.

Sigo sin entender.

Blanco.


¿Estoy muriendo?

¿Hay… hay alguien aquí conmigo?


He… pensado mucho aquí.

¿Cuánto tiempo ya llevo sin dormir?

No tengo sueño.


Si yo quisiera podría volar

¿No?

Entonces…

¿Que es volar?

¿Es?


Son muchas preguntas.

No creo que nadie vaya a responderlas

Ni aquí ni ahora.


Mi saliva sabe a metal

Quizá esté asentada…

O… tal vez no he comido nada.

No recuerdo cuando fue la última vez que comí.

Ni la última vez que respiré

¿Estoy respirando?

Mi pecho se infla, debo estar respirando.


¿Estoy diciendo esto o pensándolo?

Puedo sentir mi boca moviéndose, pero no oigo nada.

Si, el espejo me lo dice.


Vuelvo a la cama.

Es cómoda.

Y me deja pensar.


Me duele el cuerpo.

¿Me estaba doliendo ya hace un rato?

No puedo recordarlo.

Tal vez si…


¿Dónde estoy?

Es un bonito lugar

No recuerdo haber venido.


¿Qué es esta fuerza que me jala hacia el suelo?

¿Siempre ha estado allí?

Me duele.


Ya tampoco se que son estas…

Y no se porque están al final de mis brazos

Pero parece que son mías.

¿Y si no lo fueran?

Seguramente no lo son.

Alguien debió haberlas perdido aquí.


Esto…

Es un lugar

¿No?


Pero…

Hay alguien atrapado allí

Detrás de ese cristal.

Y está diciendo algo.

¿Quién eres?

Parece que pregunta lo mismo…

Pero ya olvide quien soy

¿Quién eres tú?

Ya te dije que lo olvidé

¿Por qué estoy hablando contigo?

No te preocupes…

Te voy a sacar.

Voy a romper el cristal y podrás salir.

¿Tú también lo vas a romper?

Está bien trata tú primero.

¿Tú o yo?

Hola

¿Quién eres?

No lo se…

Creo que lo olvidé.

¿Estás atrapado?

No, estoy bien.


Entonces… volveré a la cama

¿Dónde está la cama?

Había una cama.

Allí había una cama.

Estaba allí… ¿Verdad?

¿Me la habré imaginado?


Puntitos

Allí.

Son…

¿Ya los había visto?

Si…

¡No!

¿De que color son?

Ya olvide lo que es un color

¿Existen los colores?

¿Qué es existir?

¿Qué es que?


Hablo


Yo ya no…

Estoy


Y pero…

Ruido


¿Qué?

¿Quién?


¿Pero…?

Yo…


En…

Y…


No

Yo no…

Quiero…


Hab…

…lo


Muc…

…ho



Tra…



Eh…



Lu



Yo…



¡No…!


.

28 de julio de 2008

Soy Viento

Soy Viento





Naciste en un día lluvioso.

Cuando la brisa y la neblina

Tornaron gris

Tu primera impresión del mundo.


Tus ojos sólo percibieron el color de la inconciencia.

Te encerraste pronto en tu doblada inocencia.

Hablando sólo con tus escasos juguetes

A la sombra de tu alcohólico padre.


Me hace reír que quieras hablar conmigo.

Sabes bien que yo no hablo.

Soy el viento.

No hables sola, calla.


“Por favor no te alejes,

No me dejes”

Decías con frecuencia

Antes de caer en llanto.


Dime ¿Quién te acompañó?

Dime que a tu lado estuve siempre.


Miras sobre tu hombro

Y sabes que lo único que encuentras

Es un hoyo donde tu aroma cae

Y donde tus recuerdos se acumulan.


Y recuerdas haber golpeado tu cardiaca emoción,

Haber corrido por camino torcido

Y encontrado solo a un amigo,

Un amigo imaginario.


En tu mundo te perdiste,

A mi vida te acercaste.

Con tu piel, tú me tocaste.

No había nadie ahí contigo.


Y en cada lágrima frustrada

Está todo tu dolor,

Que guardas para una ocasión

En la que deba ser soltado.


Hermosa mía, yo te digo,

Hoy ha llegado al fin el día.

Mira al alba y ven conmigo

Juntos tocaremos el alma mía.


Yo nunca fui niño.

Nunca vi a mi madre

Y nunca resentí.


Yo soy sólo otro asediado,

Otro atormentado por el dolor

Y caído en el olvido.


Tómame fuerte.

Sálvame de sus garras.

Me dijiste


Salta sobre mí,

No temas, yo te llevaré.

Te respondí.


Pero tú nunca me escuchaste.

Tan solo me miraste

Y ahí me abandonaste.


Tu sufrir yo comparto

Nadie habla ni presiente

Lo que digo, lo que siento.


Yo soy viento, tú mujer.

No importa el género.

Amo tu sufrir.


Garabateo tras tu espalda

Lo que siento cuando me tocas.

Tú me ignoras cuando pasas

Pero lloras cuando te toco.


¡Aquí el pecado de un enloquecido!

¡Amar al introvertido!

¡Aquí mi pecado resentido!

¡Amar sin recibir amor a cambio!


¿Y quién dijo que hasta el viento puede amar?

¿Quién dijo que esto era amar?

Soy sólo un tímido inexpresivo,

Una condición meteorológica.


¿Por qué vivir?

¿Cómo morir?


Y me pides, le pides al viento

Que te de a alguien con quien pasar tus horas,

Tu sentir, tu aspaviento, ese que yo comparto, no se cumplirá

No lo hará para ti, no lo hará para mí.


Yo no soy, yo no tiento.

Yo no logro sostener tu aliento.

Poder recordarte por siempre espero.

Y aunque tú no me hayas nunca notado,

Siempre yo estuve a tu lado.


¿Cuánto ha sido desde aquel gris día?

¿Cuánto tiempo ya desde que te quise hablar?

Ya tú no diriges palabra, ni al atardecer ni al océano.

No creo que tú aún puedas hacerlo.

Creo que has muerto fría y solitaria.


Nunca me dejaste llorar,

Y tampoco me hablabas a mí.

Pero yo por ti ahora siento

Que mi alma pesa montañas

Y que éstas lágrimas son reales y son tuyas.


Te aseguro amiga y confidente mía

Que, aunque nunca ser amado es suerte propia,

Si algún día muero yo

Iré a buscarte hasta encontrarte

Y entonces… te diré lo mucho que te amé.

27 de julio de 2008

¿Y dónde he dejado mi condón?

La foto la tomé yo, y no tiene nada que ver con el texto realmente si no relacionan al gato con algo más. Creo que solo una persona logrará hacer la relación imagen-texto. No se alteren al leer el título elegido para este extraño y nada revelador escrito. Quizá sea el escrito con mayor reto de “búsqueda del objetivo real” que haya escrito. Si aún después de la advertencia no les agrada el título, piensen en que me imaginé las caras de los que lo leen… Y rían al igual que yo.


¿Y dónde he dejado mi condón?



De alguna forma. No se ni como ni porqué. Pero sé que todo está cambiando. Rápidamente. A un paso tan veloz, que mi vida parece no poder adaptarse.



Decisiones de la vida parecen acercarse. Hay nuevos mares por surcar. Nuevos males que luchar. Cosas que serán más difíciles que nunca.

Y debemos encontrarle un sentido a todo esto.



Y entonces…



A mi mente vienen todas estas…

Estas preguntas sin respuesta…



Estas…

Regresiones repentinas…



Estas…

Impulsivas emociones…



Estos…

Destructivos deseos…



Este…

Sentimiento tan odiado…



Y no puedo explicártelo. No puedo decirte lo que en estos momentos pasa entre mi razón y mi sentir, pues es impreciso lo que yo mismo entiendo sobre ello. Y quizá si llegue a entenderlo, y lo llegue a aceptar y lo haga parte de mi. Y entonces te susurraré que lo entiendo.



Y se que me lo vas a pedir, y que insistirás e insistirás hasta que yo caiga, y entonces en ese momento, en el último en el que ya no resista más. Voy a acceder.



Y te lo voy a decir. Aunque trate y trate. Aunque luche con toda mi fuerza.

¿Quién podría negarse?



Y entonces…



A tu cuerpo vendrán todas esas…

Ansias correspondidas…



Esos...

Recuerdos febriles…



Esas…

Impulsivas pasiones…



Esos…

Sexuales deseos…



Ese…

Sentimiento tan anhelado…



Y no puedo explicártelo. Pues en mi habrá muchos sentimientos arremolinándose huracanados bajo la tormentosa lucha en mi corazón. Y en mi mente no habrá nada más que furia por el descontrol y odio por no poder realmente sentirla. Y no podré decirte lo que pasará entre mi mente y corazón, pues no entenderé lo que sucede.



Y se que me lo vas a pedir, y que insistirás e insistirás hasta que yo caiga, y entonces en ese momento, en el último en el que ya no resista más. Voy a acceder.



Y todo lo acaecido cambiará. Será entonces cuando mi boca diga no, pero mi corazón pida un si. Cuando ya todo en mi haya sucumbido ante ese doloroso sonido que es tu voz.



Y cuando entonces mi boca diga si…

Será el día en que me perdí en ti…



Y nuestros cuerpos serán uno.

Nuestros corazones lucharan contra nosotros.

Nuestros ojos arremeterán con el pudor.

Nuestras bocas hablaran la misma lengua.

Nuestras carnes pedirán el mismo cáliz.

Nuestra razón se perderá en plena acción.

Nuestras pieles desearán ser la misma.

Nuestros dedos acariciaran con premura.

Nuestro sudor inundará la pasión.

Nuestras conciencias vigorizarán el placer.

Nuestro lecho se inundará de sensaciones

Nuestra sangre hervirá con nuestra unión.



Nuestras vidas entonces cambiarán.

Nuestros amigos nos abandonarán.

Nuestros padres se alejarán.

Nuestros sentimientos se acabarán.

Nuestro remordimiento nos perseguirá.

Nuestras almas se odiarán.

Nuestro placer se extinguirá.

Nuestro sentir se enfriará.

Nuestros destinos se separarán

Nosotros mismos nos olvidaremos.

Y nuestros crímenes terminarán agravando otro olvido.



Y entonces… En futuro muy lejano…

Recordaremos con una sonrisa, eso que nos hizo caminar en tierra incierta.

Nuestras subidas y bajadas.

Nuestros cuerpos copulando.

Nuestras vidas… Arruinadas.



Y aún así.

Aún después de todo lo hecho y lo vivido. Después de lo sufrido y lo temido. ¡Tú! Te presentarás ante mí. Con ansias de un nuevo presente formar. Argumentando que deseas por fin una familia lograr.



Yo en otro momento te lo habría negado pero, ante mi con ese presente tan prometedor, no podré decir que no a un futuro tan malogrado.



Y así será que esa familia se cree… con hijos igual a ti en aspecto e igual a mí en carácter. ¿Tan impulsivos? Ruego al supremo que no. Pero torcidos si serán. ¿Pensabas en algo distinto de nuestra unión?



-¿Aún con el porvenir ante tu ser, queréis que esa senda tomemos?

-Mi respuesta sigue siendo un si. Después de fallecidos nos reiremos.



Me habéis convencido.

Así has vencido.



Espero que la cama no este dura.

Comencemos ya esta aventura.


.

26 de julio de 2008

Mundo Oscuro

La primera foto la tomé yo, la segunda no. ¡Disfruten! No olviden los hermosísimos comentarios.

Mundo Oscuro





Leyenda



Hubo una vez un hombre, cuya vida totalmente normal conoció el poder incorruptible de la maldad. Ese hombre, le quitó su nombre a Satán y el sentido a la vida de las personas. Dejó de ser hombre para convertirse en demonio.

Nunca descansó. Ni siquiera cuando murió.



Obra


Mis parpados se abren lentamente. La luz del alba ilumina radiante mi rostro. El silencio homenajearte recibe mi mirada cautivándola. En mis manos, las armas de los dioses, fruto impecable de la creación benigna e inocente de aquellos seres. El cansancio en mi interior es solo un éxtasis, pues hace sentir a mi cuerpo como plomo y titanio por

el dolor y por la fortaleza después de lo logrado, y da a mi alma, las fuerzas necesarias para aún poder permanecer en pie, y con las agallas suficientes para que los también agotados músculos de mi cara esbocen una sonrisa burlona. La sangre que brota desde mis heridas, quema mi piel por la furia que arrastra consigo.

La timidez se quedó en casa. Aquí ¡Solo yacemos los guerreros! ¡Y vencedores hemos de presumirnos! Miles de rostros, jocundos como el mío, contemplan con emoción al último de los enemigos… aún con signos de vida. Postrado ante mi, con ya las viseras escapando de su abdomen, el muy indigno suplica por perdón. “Por el derroche que has llevado a cabo, por los pecados que aquí habéis mostrado y los que aún has de cometer, perdóname la vida, y yo te salvaré.”

Los ojos fulminantes de la multitud dirigidos solamente hacia mí, esperando, sedientos de sangre, a que despedace al cobarde. El filo de una de las dos cuchillas sagradas penetra sagaz la calentada tierra. Y yo miro al despavorido infiel sacrílego nacido de la podredumbre y la inmundicia. La ironía de sus palabras hace eco en mi interior y, por alguna razón, su resonancia me causa gracia. Una carcajada expedita escapa de mi boca. Con la mano, que ahora poseo libre, tomo su pelambre fuertemente, y veloz, la otra espada lo degolla de una sola tajada.

Después levanto la cortada cabeza en alto, y su expresión mórbida se muestra ante la expectante audiencia. Un grito afanoso expulso de mi ser, y en respuesta, toda la barbarie de victoriosos vivarachos devuelven el gesto con gruñidos y gritería. El carmín recorre mi antebrazo y la sed que tanto me atormenta, ahora parece tener una cura. Hinco mis dientes en la garganta degollada y bebo ansiosamente el embriagante brebaje que por mis méritos he conseguido. Más gritos y golpes se elevan entre la multitud. Pero mis oídos, engañosos, de pronto dejan de escucharlos, mi piel deja de sentir la escarlata deslizarse por mi rostro y mi lengua pierde por completo el deleitante sabor de este plasma.

Y lo único que siento, es la dura tierra bajo mis pies moviéndose. Dejándome caer en completa oscuridad…



Arrepentimiento



La algarabía y música me despiertan. “He dormido por días” delibero por los vendajes en mi cuerpo y el dolor que da cuando la cama es muy blanda. Oigo a todos los compañeros de batalla brindar, seguramente por centésima ocasión, por la victoria obtenida ante los feligreses y transeúntes de la ciudad que se ofrecieron para luchar, contra nosotros los oscuros. Extinta hay ahora una raza de jóvenes y antiguos guerreros, que osaron hacer frente a las acciones de los muertos. “Seguramente los bastardos ya habrán saboteado toda la zona”

Recordando, hago entrega a mi conciencia de todas las acciones por las que debo reprenderme, y de las que debo arrepentirme. Mis manos, llagadas y aún manchadas con reminiscencias del suceso, me muestran que a pesar del monstruo que soy, me he convertido en algo más cruel y despiadado. Una bestia sin igual. Comprendo al fin lo que aquella noche me quisieron advertir, y me siento culpable por haber matado a todo el que predijo esta transformación. ¿En que me he convertido? Soy la maquina asesina preferida de los más odiados. Soy ahora el desprecio de los vivos y los muertos. Me han usado para conquistar pueblos y ejércitos, y yo en mi osada etapa de dominio, me he dejado llevar por el deseo de sangre y de matanza.



Impulsos



Miro por una cercana ventana hacia la negrura en la bóveda astral. Ese paisaje tenebroso me comparte de sus tinieblas. Me inunda ese ya rutinario deseo por la sazón del dolor en mi cena carnívora. Me doy asco por perder el control ante mi propia desesperación. Esta noche, será la última en la que alguien muera por mi mano.

Imagino que después de esto, procederán al siguiente poblado, encarnecidos por este festín y con ansias renovadas de matar. Ellos perderán sus mentes entre masacre y masacre, entre bebida y bebida. No sabrán cuando detenerse, y por el poder que los supremos les han otorgado, seguirán demoliendo hueso a hueso la nueva Tierra globalizada. Nada ni nadie los detendrá, y así oscurecerían todo el planeta hasta sumirlo por completo en negro odio y en roja sangre, los cuales cubrirán cielos y ríos al azar. Hasta la luna debe temer, pues hasta ella tendrá que iluminar cada noche los cadáveres sin sangre, de los que traten de luchar. Pronto todo sería mío. Pero ese no es mi destino. Esa decisión ya la tomé.

Solía tener una familia. Hace años, antes de ser un oscurador. Recuerdo claro como yo los amaba, a mis dos hijos y a mi esposa. Yo quería que ellos crecieran y se hicieran ciudadanos exitosos y hombres de bien. Quería morir junto a mi mujer en una choza en las montañas. Y luego yo cambié.

Creo que es tiempo, de que ellos me vean pagar por mis crímenes.

Pero ellos también pagarán



Muerte



Jamás me verán amar otra vez. Ni vivo ni muerto renunciaré a la masacre y la depravación. Puedo quizá arrepentirme, pero soy yo el símbolo de la maldad. ¡Yo soy la oscuridad y la luz! ¡Yo soy la vida y la muerte! El que no cree en mi muere, y el que si cree, vive un poco más.

¡Los muertos me sirven! ¡Los vivos me temen! Nadie me ha detenido, nadie me detendrá. ¡Arrebataré cada rincón a la bondad y a la fe y lo llenaré con miedo y desesperación! Mi ser es supremo. Mi tiempo es eterno.

A pesar de que pueda morir yo hoy, no dejaré jamás de matar. Tendré dos reinos: El de los vivos y el del averno. Los cielos se los otorgo a los dioses. “No hay que ser ambiciosos.”

¡Es tiempo de que el infierno conozca a su nuevo líder y señor!


.

24 de julio de 2008

¡Llévame contigo!

¡Llévame contigo!

(Cinco mil cuatrocientos cincuenta y tres caracteres para tí)




Estoy aún esperando.

Aún me desgasto aquí en la grava.


La oscuridad sin ti no es la misma

Parece fría y mala.


He entrado en el silencio.

Y no puedo sentirte aquí a mi lado


Yo sueño con el pasado todo el tiempo

Y en mis sueños yo te veo.


He caído en el dolor.

Luchando por recordar tu voz.


Y miro a mí alrededor.

¡Esto que me dejaste no es suficiente!


¿Cuánto va a tardar mi vida en terminar?

¿Cuándo te volveré a ver?


Se que el destino lo dispuso.

Pero nunca quise que te fueras.


Y mis lágrimas cada noche derramo

En el lecho de la tristeza.


Duermo en los brazos de tu recuerdo

Y espero pronto morir para alcanzarte.


¡Quiero recobrarte!

¿Por qué te fuiste?


Y ¿Que veo en las mañanas?

No lo se aún, pero no es a ti.


Te llevaste mi alma arrastrando

Y la dejaste dolida y sangrando.


¡Quiero que me odies!

¡Quiero que me hieras!


¡Quiero que me insultes y que me golpees!

¡Quiero que aborrezcas mi presencia!


¡No me importa lo que sea necesario!

¡Quiero que vivas para verte un día más!


Esta soledad lentamente me envenena

Me seca el corazón y me desgarra cortantemente.


Y a cada segundo la herida crece más.

No termina de doler.


Es el llanto de mis huesos

Son las olas de ira y arrepentimiento


¡Yo te mate!

¡Y luego te dejé morir!


¡Yo le di las armas!

¡Yo le enseñé a úsalas!


¡Yo puse el escenario!

¡Yo puse a los jugadores!


¡Yo moví las fichas!

¡Y yo…! Perdí


La vida me está matando.

Me mata cuando me dice que aún es larga.


¿Consuelo?

No es eso lo que busco


No quiero razones ni reemplazos

Te quiero a ti


¿Cuántas lágrimas me vas a costar?

Estoy dispuesto a pagar


¡Te dí todo!

Y aún así me quedé con solo vacío.


Ya ni el alcohol me ayuda a olvidarte

¿Dónde está la respuesta?


¿A que dios debo acudir?

Con que demonio debo negociar.


Y ni las tormentas, ni las canciones, ni las personas

Me harán olvidarte


El ruido de la normalidad…

Duele… aquí dentro.


No es por gracia que yo río.

Es en memoria a ti.


Esperaré

Hasta el día en que me lleven al paraíso


Y si no estas allí, orinaré sobre el supremo

Y te buscaré en el averno.


¿Cómo es tu voz ahora?

¿Cuál es mi nombre?


¿En cuántas melodías pienso en ti?

¿En cuanto tiempo te voy a olvidar?


¡No quiero olvidarte!

No quiero que me olvides.


Y ya se acerca la fecha

La condenada fecha.


¡Te daría todo otra vez!

¿Así volverías?


¡Mataría y moriría!

¿Volverías?


¡Cambiaré!

¿Volverás?


No quiero que se olvide lo que tuvimos.

Lo que aún tenemos.



“Una maldición caerá despiadada sobre

Todo aquél que ose injuriar nuestro producto”


Y el capullo que juntos formamos

¿También es mi culpa?


Debe serlo, pues aún después de hecho

He podido llegar a sonreír.


Tratan de convencerme

Dicen que no fue culpa mía.


¡Odio!

Es lo único que obtuve.


¡Odio y tristeza!

Lo único que me hace seguir


¡Odio, tristeza y desesperación!

Lo único que entendí al perderte.



En este lugar oscuro

Lleno de blancos y grises.


No hay nada dentro

No hay nada entrando


Se vuelve frío en cada momento

Saber que al cruzar la acera no habrá nadie.


¿Soledad?

Yo no la niego


¡Me perdí!

¡Lo admito!


Estoy perdido y no puedo regresar.

Estoy perdido y no quiero regresar.



Lluvias y estrellas

Melodías y aromas.


¿Qué cosa no me hace recordarte?

¿En dónde no me sigues?


¿Recuerdas la cama?

Yo amé esa cama


¿Recuerdo la cama?

No es material hablar de ello.


¿Y quien? ¡Dime ¿Quién?!

¿Quién te tiene ahora?


¡Es verdad que dejé de creer cuando te fuiste!

Pero nunca dejé de sentir.


Nunca he dejado de llorar tampoco

Y nunca te he amado menos. Ni siquiera un poco.


Yo sé que es de locos amar

¡Soy loco!


Yo sé que es ilegal de ello hablar

¡Al diablo la ley!



¿Cuándo perdí tu sonrisa?

Fue en invierno


Alguno de esos días que tanto amabas

Alguno de esos días que tanto odié.


Tu sombra proyecta mis miedos

Mi sombra proyecta mis temerosas acciones.


¡No me dejes caer!

¡No dejes que se apoderen de mí!


¡No permitas que los miedos me corrompan!

¡No dejes que la tristeza me haga olvidarte!


No enciendas la luz.

No me dejes dejar de amarte.


Estar solo no es tan malo

¡Mentira! Es lo peor.


¡Yo no estoy solo!

¡Te tengo a mi lado siempre!


Recordar los días largos de diciembre.

Y apagar ya las veladoras…


Es preciso saber que ya estas muy, muy lejos

Que debo dejar de soñar con que regreses.


¡Pero no me permitiré olvidarte!

¡No permitiré que se lleven también mis preciados recuerdos!


Pero ampárame en mi lucha con Satán

Pues es él quien me tienta a seguir sin ti.


¿Quién lo intenta? Dime tú

¿Quién lucha por salvarme?


¿Quién es el iluso que busca mi felicidad?

¡¿No entienden que no sucederá?!


¡¿Por qué?!

¿Por qué tenías que irte?


Me reprocho todas las noches

Y fue culpa mía.


Estancado estoy

No por ti, por mí.



Miro por la ventana.

La tormenta arrecia.


En el espacio y en mi corazón

La pregunta cimbra el rededor.


Es muy sencillo contestar

Más muy difícil acertar.


¡Yo te perdí!

¡Ahora voy a tratar!


¡Y me va a doler!

Pero te voy a encontrar



Tú no volverás.

Tú… has muerto.


Es verdad

No te veré jamás


No en vida.

No como nos conocimos.


¿Por qué invertir en mí?

¿Por qué buscar lo que tengo?


¿Porqué leer mi bruma?

¿De que nos sirve?



¿Cuándo acabar?

¿He dejado de amar?


Uno de mis motivos en esta nueva vida

Es encontrar la mayor variedad de lágrimas posibles


¿Quién ofrecerá su sonrisa? Cualquiera

¿Quién ofrecerá su llanto?


“Recaudador de lágrimas”

Suena un titulo apropiado.


Y aunque eso sea algo en vida.

¡Yo lo que quiero es traspasar la muerte!


¡Encontrarte y besarte!

¡Declamarte aquel poema!


El camino cada día se hace más rugoso

Y también más aburrido.


¿A quien dirigir el siguiente texto?

¿Por qué escribir?


¿Quién ha de contestar?

¿Dónde se ha de esconder?


¡¿Puedes ver el rostro hecho de piedra?!

¿Puedes tocar el fondo?


¡Yo encontraré el fondo!

Solo estoy inseguro… ¿Hay fondo?


Una vez que se me olvide y se me recuerde

Entraré por fin a aquel lugar lleno de respuestas.


¿Estaré vivo para entonces?

No me importa. No busco vida.


¿Encontraré lo que busco?

Si no encuentro respuestas, me conformo con encontrarla a ella.


No. Ella es la prioridad.

Ella es la que debo alcanzar.


Es a ella a quien tengo que encontrar

Para poderme al fin disculpar.


¡No me perdonarás!

Yo te maté


¡No volverás!

Ni buscas volver.



Muriendo suavemente.

Atrapado en el mismo sonido.


El sonido de mi llanto

El sonido de mi voz.


¿Quién está aquí?

¿Quién esta allá?


Muriendo cruelmente

Atrapado en remordimiento.


Remordimiento que carcome

Remordimiento ardiente.


¿Qué siento?

¿Qué sentí?


Muriendo.

¡Muriendo por ti!


Pagando lo que hice

¿Quién más lo hubiera imaginado?


Te perdí.

Me perdí


Aun así, siento tu presencia rozándome.

Siento tu esencia escuchándome.


Si es así,

Si puedes escucharme.


Ratifico.

Yo te amo.


Dime tú…

¿Aun me amas?


Si aún me amas…

Te suplico… ¡Llévame contigo!


.