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Memoriasencadenadas

9 de octubre de 2007

Borrando Huellas - Capitulo 6 - El Reino Subconciente


El Reino Subconciente

Me puse de pie rápidamente mirando la torre con el sol en un costado. Naeru ya estaba cerca de las puertas de la torre. Las dos puertas mas grandes que nunca había visto en toda mi vida, ni en catedrales ni museos ni fotos de otros países... Media varios pisos de alto y al igual que la torre tenia esa extraño color blanco fosforescente, la puerta, opaca e imponente, tenia también esa fluorescencia que hacia sentir que mis ojos me engañaban o que estaba viendo borroso. En realidad, yo jamás había visto en mi vida un negro que tuviera... ¿Luz? no seria luz pues la luz ilumina, seria mas como algo que produce el efecto de la luz, pero con color negro... Era lo suficientemente extraño como para evitar pensar en ello... Nos acercamos boquiabiertos a las puertas y Naeru comenzó a tratar de abrirlas a la fuerza, ya que no había ninguna manija u orificio para llave... En el centro de ambas puertas, a la altura de mi cara, había un gran circulo gris un poco salido de la puerta, y en este había muchos símbolos siguiendo el circulo, blancos, negros y algunos de ambos colores, unidos por líneas grabadas, al centro de todos los símbolos y alejado de todos había un símbolo gris, el único que estaba grabado y se unía con los demás por una línea también grabada, pero los demás símbolos parecían estar solo pintados. Al instante sentí el impulso de tocar ese símbolo, luego, mientras Naeru continuaba golpeando sin éxito la otra puerta, toque los otros símbolos siguiendo las líneas grabadas. Había veinte símbolos colocados en el circulo, dentro del circulo, había diez símbolos y dentro de estos diez, el símbolo central.
Cuando mi dedo índice acarició el símbolo que se encontraba justo arriba del símbolo central, y que se unía directamente con este por una línea grabada; mi dedo, imitando a un imán, era atraído por ese símbolo, y rápidamente la atracción creció tanto que mi dedo se quedo pegado totalmente a la puerta.

Una luz cegadora me obligó a cerrar de golpe los ojos y cuando los logre abrir... No podía respirar, estaba bajo el agua, con los pulmones vacíos y desprevenido de la situación. Trate de nadar hacia arriba, pero solo había agua, era un estanque infinito de agua. No podía ver de donde surgía la luz que iluminaba el agua que me rodeaba, estaba perdido, había llegado allí como por arte de magia, no había caído a ningún lado, solo había aparecido allí después de abrir los ojos.

Desesperadamente nadaba hacia todos lados tratando de explotar el poco aire que, dentro de mis casi vacíos pulmones, habitaba. Lentamente el agua que rodeaba, comenzó a arder en mi piel, quemando como fuego vivo del infierno. En presencia del extremo ardor, deje escapar una bocanada de aire, que inmediatamente resentí y quise, inútilmente atraparla con las manos. Los pocos minutos en que, conciente, allí permanecí, parecieron eternos mientras entre mi frustración y desesperación, trataba de escapar de mi mismo, con el fin de salir, de alguna manera efímera, a una porción aire y poder tener mas tiempo para intentar... Era mi vida la que estaba jugando... Y, desafortunadamente la estaba perdiendo, comenzaba a doler la cabeza, a querer respirar por instinto, a perder el sentido de la orientación, a sentir mis latidos punzando en mi pecho a ritmos cada vez mas acelerados, hasta que en mi desvarío, me rendí y di un respiro de aquel ardiente líquido.

"¿En realidad merezco esto? ¿Merezco morir? La verdad es que jamás he dado el cien por ciento de mi ser para lograr un fin, nunca he terminado de desear algo y nunca he encontrado el porque de mis miedos... Se que he hecho muchas cosas malas y que no he sido ni el mejor amigo, ni el mejor hermano... o hijo... Pero... tal... talvez... si pudiera intentarlo... si tuviera la oportunidad... talvez trataría... Mas es tarde ahora... puede que ya esté muerto para este momento... a mi escasa edad y ya he muerto... Que tristeza... esperaba más de la vida. Puede que la haya desaprovechado con frívolos pensamientos y sutiles placeres fugaces, pero la vida es para disfrutarse... ¿O no?... Siempre le he tenido... algo de... mie... bueno pavor... a la muerte... ahora sabré que se siente... y que es... y puede que incluso vea a mis familiares difuntos o... Quisiera saber si tengo familiares difuntos... o si tengo al menos un familiar... ¿Tendré perro o gato o cualquier otra mascota? Supongo que cabe la posibilidad... o de que tuviera una novia... o... ¿Amigos talvez? Si. Cualquiera tiene amigos... Pero no cualquiera llega a un lugar extraño y olvida toda su vida así de sencillo... ¡Que jodido estoy! En realidad... En realidad creo... Que si lo merezco... Merezco morir... De la peor forma... Olvidar una vida... MI propia vida... mi familia y mi... todo... Lo merezco... Que bueno que sucedió ahora y no después... ¡En realidad merezco esto! ¡Merezco morir!

-Mamá... mamá -Decía un niño de entre dos y cuatro años de edad, tirando del vestido de una señora mientras esta tomaba café sentada en una mesa con una mujer mayor que poseía mucha energía.
-¿Que quieres hijo, que no ves que estoy hablando con tu abuelita? -Dijo la señora mirando harta al niño.
-¿Donde está mi papa? -Dijo el niño mirando fijamente la cara de la señora mientras esta cambiaba drásticamente a una cara de ternura y tristeza combinadas... Noté algo familiar en la escena, como si yo hubiera visto eso antes.
-Tu papá fue a México, va a volver en unos días. -Dijo al niño la señora mirándolo a los ojos con ternura. Luego lo subió a sus piernas y lo abrazó.
-¿Y cuando va a volver? -Pregunto con voz de llanto el niño.
-En unos días... Pronto... -Titubeó un poco la señora mientras miraba con aire de culpa a la otra mujer...

"¿Quién es ella?" pensé al producirse el silencio después de que la escena desapareció y me dejo en la total oscuridad...
-¿Donde esta mi papá? -Volvió a preguntarle el niño a la señora, parado en medio de un patio mientras la imagen parecía volver a iluminar el lugar donde yo estaba.
-Tu papá esta... en el cielo... y nos va a cuidar todos los días desde ahí. -Dijo la señora con tristeza.
-¿Y cuando va a venir? -Volvió a preguntar el niño con la misma voz que la vez anterior...
-Él... No va a venir... Ahora está con diosito... y nos va a cuidar... -Dijo la señora poniéndose en cuclillas para ver al niño desde su altura.

"Ese niño… soy ¿Yo?" Pensé. El niño volteó la cara hacia el cielo.

-Ya regrésate papá... No te quedes allá. Mejor vente con nosotros... -Decía el niño mirando el cielo con los ojos sinceros que cualquier niño sin conciencia tiene...
"¿Que es esto? ¿Porque siento familiares estas escenas? ¿Acaso...?
La escena lentamente se oscureció mientras otra aparecía sustituyéndola.
-¿Estas listo? -Le decía una niña de unos doce u once años a su acompañante aparentemente de la misma edad.
-Creo que estoy más emocionado que listo... Pero hagámoslo -Le contestó el chico. Ambos estaban acostados en la misma cama mirando hacia el techo. -¿Que tengo que hacer?
-Cierra los ojos y trata de dormir -Dijo la pitusa cerrando sus ojos.
-Espera... ¿Que? -Dijo algo impresionado y confundido el chico.
-Solo... cierra los ojos... Confía en mi, yo ya he ido... se como llegar... -Dijo la niña mientras le tomaba al niño la mano sin abrir los ojos.
-De acuerdo -Dijo el chico después de unos segundos de pensar cerrando los ojos -Mas vale que funcione...
-Funcionará... Siempre lo hace... -Dijo y luego sonrió.

“¿Quienes son estas personas? A ellos… siento que los he visto… pero siento que nunca he hablado con ellos” pensé mientras la imagen desaparecía y otra se materializaba ante mis ojos. “Aunque… el niño de antes y este… se parecen un poco”

-Ahora sabes que no debes decir que los demás son débiles cuando están llorando. –Dijo el mismo niño pero esta vez de unos seis o siete años, mientras sostenía una bola de boliche con las manos sobre la cabeza de un tipo al que le sangraba la pierna.
-No lo hagas… Sabes que no quieres hacerlo. –Suplico con llanto el hombre maduro desde el suelo.
-¡Cállate! –Dijo el niño haciendo un gesto de asco y luego, con toda su fuerza estrello la bola de boliche en la cabeza del individuo que instantáneamente quedó inconciente, comenzó a sangrar de la nuca y de la frente y el niño se dio media vuelta y se fue mientras la escena se oscurecía y se perdía en el silencio…

“¿Por qué veo estas cosas? ¿Qué significa este lugar? ¿Dónde estoy?” Una luz brillante comenzó a brillar frente a mi, cerré los ojos y esperé.

-¿Qué de…? ¿Cómo la abriste? –Oí decir a Naeru a mi derecha, abrí mis ojos y la puerta de la torre lentamente se abría.
-Bien… Entremos –Dijo Naeru entrando con paso inseguro
-¿Fue real? –Pregunte en voz alta mirando mis manos
-¿Qué cosa? –Respondió Naeru dirigiendo su cara hacia mi pero no sus ojos.
-Nada… -Dije después de unos segundos de pensar como se describiría lo que me acababa de suceder –Entremos… -Decidí con incertidumbre esperando que cualquier cosa pudiera suceder dentro de la torre…

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