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Memoriasencadenadas

9 de mayo de 2008

Sangre Voluptuosa


Empezar…
Una vez mas…
En pasadas horas, volví a leer mí amado Noviembre. Desde hacía un tiempo que no lo hacía. Cada vez que leo mis propias notas, mis propios escritos, descubro un halo de pensamientos, ideas y sentimientos que no les encontré ni cuando los escribí, ni en todas las ocasiones anteriores que los leí.

Todos mis textos se han convertido últimamente en escritos con tintes de felicidad y amor. Sin perder, claro, mi propio estilo y sentido de la vida y realidad. Pero la caracterización que le he dado en los últimos tiempos a todo lo que escribo, parece acercarse más a ese “nada” que se crea con la felicidad. La falta de desesperación y tristeza hacen que aquella rutina, que todos estamos obligados a vivir, parezca mas amena, y uno logra acostumbrarse ávidamente a lo placentero, por lo que después es olvidado el valor de ello y se le pierde completamente el sentido a las cosas, y se termina siendo un ente vacío y sin propósito fijo en la vida.

Este texto no es un llamado a que mis lectores se hagan depresivos, ni a que sufran, ni nada parecido, sino una forma de expresar que en el fondo de mi alma, algo cambió hace tiempo y perdí algo que me gustaba mucho de mí, y es algo que quisiese recuperar sin perder lo nuevo que he ganado. Quizá sea avaricioso, pero uno siempre puede volver a aquellos antiguos buenos tiempos (al menos en forma de pensar) y tratar de empezar desde allí una vez mas.

La pronunciación correcta del nombre de Velaux Delacoi es “Veló Delagcua” fusionando la g y la c. Pues como obviamente notarán, ese nombre no está en español.

Sin más por el momento, les dejo lo que es realmente el escrito, y por más agresivo que esto pueda parecer, no se preocupen por mí, es solo un intento de no perderme en el vacío.



Sangre Voluptuosa


Haciendo un excesivo e innecesario ruido muy estridente, que luego causó un eco muy prolongado, abrió la metálica puerta de un golpe. Lo primero que dentro de la habitación se asomó fue el cañón de su arma, seguido de su lámpara sorda y sus manos cubiertas por guantes de piel.

La luz entraba apenas vagamente por los pocos agujeros que había en las lonas negras que había cubriendo las altísimas ventanas. Era un antiguo salón de fiestas, muy oscurecido, y en donde solo hacían ruido los pasos de quien entraba. No había ratas, no había insectos, no había vida. Las telas raídas del escenario caían tenebrosamente a pedazos sobre la madera ya podrida bajo ellas. Había rastros de fuego cerca de los fragmentos rotos de lo que alguna vez fue la barra.

Sillas tiradas por doquier. El inspector caminó cuidadosamente sobre la madera desgastada, a cada paso esta última crujía. Lleno todo de polvo, algunos candiles yaciendo inútilmente en el suelo.

-Buenas tardes. –Habló una grave voz desde la oscuridad en alto volumen.
-¿Quién esta allí? –Preguntó rápidamente el inspector mientras, con paranoia, apuntaba hacia todos lados con la linterna y la pistola.
-Creo que el invitado es quien debe presentarse. ¿Me equivoco? –Contestó la voz, con inequívoca soberbia.
-Creo que sí, se equivoca, el anfitrión debe presentarse, por educación –Respondió el inspector haciendo lo posible por que su temblorosa y nerviosa voz, mostrara seguridad.
-Mis más sinceras disculpas por lo sucia que mi casa pueda estar. Mi nombre es Velaux Delacoi. –Se disculpó la voz misteriosa después de unos segundos de silencio total. –Y dígame, buen hombre… ¿A que debo su visita?
-Estoy investigando un crimen. Soy inspector. –Dijo más calmado pero aún buscando la proveniencia de la voz.
-¿Por qué no me dice su nombre?
-¿Por qué no se muestra? –Dijo algo molesto el inspector.
-Un poco mas a su derecha, en la silla. –Dijo la voz, y el inspector casi instantáneamente ubicó la silla que Velaux Delacoi había mencionado. Una silla roja de ancho y muy alto respaldo que le daba la espalda y se encontraba muy lejos, al fondo del salón. –Entonces ¿Me dirá su nombre?
-Soy el inspector Velasco. ¿Usted vive aquí? –Preguntó el inspector acercándose cuidadosamente a pasos lentos hacia la silla.
-Así es. En invierno se mete algo de nieve por las ventanas, pero a mí me gusta el frío. Soy afortunado de tener un lugar como este. –Comentó Velaux Delacoi. –Y dígame inspector… ¿Está usted… recolectando información o ya sabe quien es el criminal?
-Tenemos algunos sospechosos detenidos, pero aún nos faltan pruebas para inculpar a alguno. –Dijo Velasco cauteloso llegando a lo que parecía la mitad del trayecto.


-¿Le puedo hacer una pregunta personal inspector? –Preguntó Velaux Delacoi
-Adelante.
-¿Por qué abandonó usted, a su esposa e sus hijos esta mañana, inspector? –Preguntó seriamente Velaux Delacoi. El inspector dejo de caminar en ese instante, sus ojos muy abiertos casi se salían de sus orbitas. Efectivamente había abandonado a su esposa y a sus dos hijos, ese mismo día en la mañana, por una discusión muy fuerte que tuvo con su esposa, en la que ella le pidió el divorcio. Se quedó en silencio mucho tiempo, sin poder concebir como Velaux Delacoi sabía eso. Mucho tiempo pasó en silencio.


-¿Cree usted en hadas y duendes? O ¿Cree usted inspector que Frankenstein y Drácula hayan existido, inspector? –El inspector renovó su avance hacia la silla en silencio, pero aún mas rápido que antes. En ausencia de respuesta, la voz misteriosa continuó hablando. –Yo no creo en nada de eso inspector. Es más, creo que lo inventaron solo para asustar o ilusionar a los niños. Al igual que los fantasmas. Aunque… -Hizo una larga pausa y luego continuó. –No tiene idea de cómo me gustaría que los vampiros existieran. Yo me jugaría la vida por ser uno… Lástima que no pueda hacerlo.

Repentinamente una mano sosteniendo una copa dorada quedó descubierta del respaldo, pues Velaux Delacoi la había estirado para que Velasco pudiese verla. Esta vez Velasco no se detuvo.
-Estoy también seguro de que nunca ha probado la sangre humana ¿O si inspector? –Preguntó. Y en ausencia de respuesta, otra vez, siguió hablando. –Pues déjeme decirle que es deliciosa. Es la más apetitosa bebida que he probado. Pero no cualquier tipo de sangre. La sangre rara es la más deliciosa. Como la que usted posee. B negativo, una sangre muy poco común. Debería alguna vez probar su propia sangre. –Sugirió Velaux Delacoi amablemente, y después de unos momentos, rió. Rió con una risa grave que asustaría a cualquiera. Un escalofrío repentino, recorrió el cuerpo entero de Velasco, quien estaba ya a punto de llegar a la silla, y estando tan cerca decidió preguntar. -¿Cómo supo usted que dejé esta mañana a mi esposa y a mis hijos?
-Verá inspector –Contestó Velaux Delacoi –Como el asesino de profesión que presumo ser, debo investigar a mis victimas antes de asesinarlas. Los espío, hablo con ellos en algunas ocasiones, hablo con sus conocidos, los observo. Finalmente me vuelvo parte de sus vidas… Hasta que los mato.

El inspector llegó hasta donde estaba el asesino, rodeó la silla desde una distancia segura y lo vio. Un hombre caucásico, muy pálido, de pelo negro, complexión delgada, vestido completamente de negro, una cara que demostraba elegancia, pero unos ojos llenos de odio.
-No me apunte con esa cosa, ¿No ve que es de mala educación? Yo lo invito a pasar a mi casa, le ofrezco amena plática y me viene con esto… -Dijo Delacoi enfadado
-Usted tendrá que venir conmigo, está arrestado por el asesinato de Emilia Carvajal…
-No solo la maté, también la violé. –Dijo ansioso Delacoi.
-¡Desgraciado! ¡Era solo una niña! –Gritó Velasco enfadado – ¡Ponga las manos en la nuca y tírese al suelo!
-Me temo que no puedo hacer eso –Dijo lentamente Velaux Delacoi levantando ambas manos. –Si se fija bien, mis pies están encadenados al suelo, y mis piernas a la silla. Así que tirarme al suelo me sería virtualmente imposible. –Dijo tranquilo mostrándole las cadenas a Velasco.

Velasco permaneció en silencio sin dejar de apuntarle con la pistola.
-¿Iba usted a matarme? –Preguntó Velasco. El sombrío hombre sentado frente a él asintió con la cabeza mientras tomaba otro sorbo de sangre de la copa.
-Y no solo a usted, sino también a su esposa. –Dijo sin vergüenza alguna. Velasco no se inmutó, pues ya esperaba una respuesta parecida.
-¿De quien es la sangre que está bebiendo?
-De aquel hombre que está tirado allá –Contestó Velaux señalando a la oscuridad. Velasco apuntó con la linterna, y vislumbró un hombre vestido de traje blanco tirado en el suelo lleno de sangre.
-Basta de juegos, desencadénese ahora. –Ordenó Velasco muy molesto.
-Lo haría con todo gusto, pero cuando me puse las cadenas, accidentalmente se me cayó la llave. Allí está, solo que no la alcanzo. –El hombre señaló al suelo, y a menos de tres metros de él, había una llave plateada. – ¿Me la pasaría?

Velasco se acercó a recoger la llave lentamente y sin dejar de apuntarlo con el arma, y luego se agachó a recoger la llave, y después de haberlo hecho, se la lanzó a Velaux Delacoi para que se desencadenara, y mientras la llave aún seguía en el aire, Velaux sacó una pistola de su pantalón y le disparó a Velasco antes de que pudiese reaccionar.

Con un grito, Velasco cayó instantáneamente, no muerto, pues la bala había dado en su pierna derecha. Su arma se salió de sus manos y cayó a menos de un metro de él. Rápidamente otra bala cruzó su otra pierna. Velasco soltó un grito más. Y luego otra bala dio en su mano derecha, que se estiró para tratar de alcanzar el arma. Luego otro balazo en su hombro izquierdo. Velasco comenzó a retorcerse de dolor en la madera podrida. Su sangre brotaba impetuosa desde los varios orificios de bala que tenía.

Miró hacia arriba y ya Velaux Delacoi se había desencadenado, corrió y pateó lejos el arma del inspector. Y luego se alejó en la oscuridad. Sus pasos dejaron de oírse rápidamente y lo único que producía eco en el gran salón era la agitada respiración de Velasco y sus quejidos. Veía hacia todas partes, pero la linterna se le había caído también. Podía verla, pero había girado tan lejos que no podía alcanzarla, solo ver el rayo de luz que producía en el suelo y las partículas de polvo que cruzaban por la luz en el aire.

-He oído hablar de usted… -Dijo Velaux Delacoi desde la seguridad de la oscuridad. –El famoso inspector Velasco. Ha resuelto todos los casos que ha tenido. Es el más inteligente en la fuerza policíaca. –Dijo imitando la voz de alguien más, y luego rió macabra y estruendosamente. Luego calló y solo se oyeron sus pasos –Dígame inspector –Dijo Delacoi muy cerca de Velasco. -¿Cómo es que usted, siendo tan inteligente… –Dijo Delacoi levantando la linterna del suelo. -…pensó, que yo podría, teniendo las ventanas cubiertas, y sin alguna linterna encendida, ni velas, ni nada de luz, saber ¡donde rayos cayó la llave!? –Velaux Delacoi mostró su cara maléfica iluminada por la linterna, y luego iluminó unas tijeras de jardín que tenia en la otra mano. Velasco trató de girar, pero las tijeras abiertas entraron directamente en su vientre, y luego, riendo, Velaux juntó dificultosamente los dos mangos de las tijeras, cortando así el abdomen de Velasco, quien gritó fuertemente mientras Delacoi le abría la barriga.

Velaux Delacoi se puso en cuclillas entonces y lo miró, lanzó las tijeras hacia atrás y metió sus manos en el vientre abierto de de Velasco, quien comenzó a sangrar mucho por la boca y la nariz, su visión se empezó a nublar y el dolor le impedía pensar. Él sabía que moriría allí. Sintió un tirón desde su interior y vio como Velaux Delacoi lamiscaba sus tripas, sintió después otro tirón y…

5 Comentarios/Memorias:

Necro dijo...

hey, esta genial, gore \m/... hacia mucho k no leia algo de ese estilo, me agrada...Velaux Delacoi me cayo bastante bien... tambien es muy interesante lareflexión de al principio... en fin, esta genial, adios...

Anónimo dijo...

Muy buen escrito, aunke algo predecible xD! No es por nada pero creo k m estoy acostumbrandoa e sos tipos de esritura, supongo k es por tu estilo... Adios

RottenMilk dijo...

Yeah!!! No hay preguntas!!!

Esta genial. Sisisi Me gusto muuuuuuucho. Muy entretenido, muy ... salvaje al final muajajaja.

Muy ... Loco.
Es hermoso.Si me encanto.
Lo continuaras ... Verdad?

"y..."

Quiero saber que mas, puesto que no puedo verlo :p

Bueno, ya esta. Me vooooooiiii
See ya.




Ah porcierto.
Gracias por el comment.

Soiral dijo...

esta Genial este escrito... muy bueno pero... PORK LO DEJASTE INCONCLUSO!!!! quiero saber que paso!!!...

pero me gusto mucho muy bueno =D muy muy bueno...

algo ... gráfico o por lo menos para mí.. y pues... no puedo negar que no se me antojó la sangre XP jejeje...

espero pronto publicar otra entrada... apenas la estoy escribiendo...

Kazedai Eien dijo...

Muuuy buen y genialoso texto xDDD

Amé el sádico, sangriento y gráfico final n///n

Tripas.! xDDD

Velaux Delacoi me agradó baaaastante xD. Juraba, al principio, que había asesinado a la familia de Velasco (eso me recuerda, debo preguntarte algo con respecto a los nombres de los personajes n.n)...pero, oh sorpresa.! la sangre era de un individuo equis...y siempre me quedaré con la interrogante de su identidad u.u (hubiese estado genial si le hubieras creado una chiquitita e insignificante...pero que enganchase para quedarme más con la duda jeje). Bueno, yo misma lo acabo de decir, individuo "equis" x'D

-No solo la maté, también la violé.
Ésta frase me mató. Excelente para denotar la asquerosamnte fría, calculadora y depravada personalidad de Velaux.

El descuido de Velasco con la llave, EPIC FAIL...Oh si, Velaux no buscaba engatusarlo por completo con lo de su familia...pero lo destanteó cabrón.

Si bien el desarrollo de la historia está un tanto predecible (Velaux va a destantear a Velasco con su desfachatez, este sujeto caerá y habrá lucha por sobrevivir del otro) debo admitir que, para mí, el final fue inesperado.

"El sabía que moriría allí".
Un cierre contundente. Tanto de una vida como de este texto.

SKDS.
Adiós.

P.D.- SuKiDeSu...Por las dudas n.n