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Memoriasencadenadas

6 de mayo de 2007

Y la ultima naranja rosa cayó... en fuego...

Es una pequeña cosa loca que me surgió ahora que mis pensamientos divagan en el frio de la soledad...
Kiero decir ke un tipo medio jodon llamado Germán me dijo ke komenzara a escribir por aki y pues... le hice caso... demonios! (Allí esta tu maldito credito Germán)

Espero ke pronto pueda comenzar a publicar otros de mis escritos por aki... y también mi libro...

Y la ultima naranja rosa cayó... en fuego...

Una lágrima en el agua. Pero ¿Cual es la diferencia con el tiempo?
Otra vez las plumas en la tierra, una perla como el plomo dentro del mundo.
Sentimientos mojados con la siempre constante fiebre de alucinaciones.
Recuerdos que no caminan mas en las figuras del futuro.
Mas inspiración encerrada en esta disfuncional tinta blanca.
Olvidar es el pilar corrompido del viento cromado.
Un azul lleno de brea y una temperatura de piedra, sin limpieza ni sonidos.
Falta de desordenes, reparación de los sacudimientos, falsos saludos.
Un otro movimiento pasado de miramientos como el ya.
Tratados de recuerdos y cegadas colaciones. Otro intenso color grisáceo del ceño.
Punto flotante en la luz de la escalinata que transcurre en la caída.
La mitad del ritmo es la viscosidad, la juventud llevada en el rojo.
Rastrear la imagen de la felicidad es oír el nerviosismo de la lengua lineal de un ojo verde.
El timbre de tu diferencia mueve el sabor de tu instrumento, mientras lo nuevo se marca con otro visible silbido.
Una opción mas del desconocerlos, inconscientemente desconcertado.
Curvas veloces con confianza y el pitido de su mano los mantiene proyectados.
Las ilusiones en fuego con abrazos, la niebla de la idea olfatea el agujero.
La obra de la temporada son cadenas y tallos desgarrados.

El radical cambio lleno de falta de pensamientos agujera mas a el negro abismo inundado por el eco de las teclas del piano que sangrara todas las noches por no ser el protagonista del show mas famoso del abismo, todo por el anterior pueblo que no se cansa de oír y de ingerir, mientras derrite el metal sobrante de la doblada cuchara. Desmembrado y fagocitado por las mas internas emociones de una olvidada cadenilla de recuerdos. La velocidad del sentimiento de desesperacion interna mas el cambio en las uñas del asesino a sangre fría que camina en cuclillas detrás del ultimo testigo de su primer crimen primaveral. Y sin mas influencia de la tragedia los colaboradores de las letras esperan por el ultimo tren sentados en en la estación 43 sabiendo que su pasado y su futuro son, han sido y serán lo mismo... Otra vez.