La Espera

Y con esta celebro que mi contador de visitas llegó a 5000

La Espera

Siento que debería ser engullido por el mismísimo cielo.

Hace frío y me desespero ya…

Está nublado y creo que lloverá.

La banca verde que ocupo es sólo un poco más incómoda que mi propia mente.

Leo tu mensaje una vez más.

“No voy a ir, perdón”

¿Es decepción? ¿Es enojo? ¿Es tristeza? ¿Desilusión?

Y puedo ver el vaho que escapa de mi boca.

Estoy perdido ¡Perdido! ¿Cómo llego a una respuesta desde aquí?

Miro el reloj y siento las horas fluir.

Lluvia nace, viento sopla, gente pasa, yo sólo pienso.

Y ¿Lloro?

Pepenador en la noche perfecta, aún sin siquiera haber anochecido.

Debo decirte quien soy.

No más, mis oídos entienden.

No más, mi razón aparenta.

Poeta, en áridos bosques, es tu cuerpo, mismo que en la lluvia fantasmas forma.

Y, en el ácido pintar rupestre de tu amainada sonrisa, yo encuentro notas.

Y con las notas me congelo, casi tanto como en ésta inclemente lluvia.

Mientras renglones desvanecen mis tensiones.

Quiero ya saltar y ya golpear. Ya mirar la oscuridad hasta que esta se intimide.

Por estar tan solo estos síntomas circundan.

Cuando se mira al espejo y se sabe que no se mira nada,

Es entonces cuando se espera solitario en una banca del parque.

Y ¿A qué costo?

¿Qué fue lo que de tu sagaz y cortante interrupción obtuve?

¿Cuándo te encontré?

¿Cuándo volveré a verte?

“Jamás” es dicho por hipnotismo.

Pues en cuencos de dicha te erguí indistintamente.

Para que después, junto conmigo te mezclases,

Convirtiendo al mazacote en más que solo papel y plastilina.

Combustiones por tu plañidera ausencia.

E inmóviles grises que mis retinas sufren.

Cansancio delatado ante el frío y la sed.

Caído en concreto mojado.

Sueño que estoy aún allí.

Allí sentado sabiendo que no vendrás jamás.

Y me lamento por ser yo quien espera.

Me desespero por esperar la espera.

Miro a mi alrededor, me miro a mí.

Siento lento, siento acabo.

Remeto contra mis calumnias.

Tierno acaricio las canciones.

Solo.

¿Solo?

Quizá no tan solo al final.

Sólo un poco más solo que en el final.

Acechado

Acechado

.

A través de la luna oscura

Vi sus ojos enrojecidos.

Tomé el revólver con premura,

Mucha atención en los sonidos.

.

El palpitar acelerado,

Ya, mis pupilas dilatadas,

El respirar entrecortado,

Ya casi no había balas.

.

Podía sentirlo respirar,

Sentía su ser, ya odiando,

A cada paso vacilar.

Le gustaba estar buscando.

.

En mí, el miedo acrecentado,

No tenía oportunidad.

Él se había adelantado.

Consumía la oscuridad.

.

“No temo, ya mismo, morir”

Me repetía compulsivo.

Pero no lo podía herir.

Sólo estaba siendo evasivo.

.

¡Mi fría muerte se acercaba!

Temblando, yo estaba, del pánico.

Él, sin piedad, me acechaba.

Volar, hubiese sido práctico.

.

Aún no capto que escapé.

No había forma de salir,

Y aún así, lo logré.

Con mi vida pude seguir.

.

No se que fue de el recuerdo.

Por la presión perdí el estribo,

Y es por esto que estoy tan cuerdo.

O quizá sigo allí cautivo…

.

Salvador Padilla Rangel

Hora Cero

Me encanta la palabra sepulcral


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Hora Cero

.

La luz ya está escapando.

Entre los árboles se esconde el sol.

En el rosal, las espinas sobresalen,

Mientras que las flores otorgan silencio sepulcral.

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Espíritus fugaces huyen,

Los fugaces residuos los lastiman.

Mientras las familias corren a sus hogares,

El sepulturero conversa con los nocturnos amigables.

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Cartas por doquier. Nadie que las lea.

Los pájaros silencian sintiéndose solitarios.

Hay un sentido más, que permite conocerla...

Miles de años han pasado sin que nadie descubra su verdad.

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“¿Qué me ha traído a ti, paraíso de luciérnagas negras?

¿Fue el silencio? ¿Fue la muerte? ¿El olvido acaso?

Tras de ti vine, pensando solo en dejar de pensar.

Y en ti encontré algo que no encontraría jamás…”

.

La irrealidad conversa con el tiempo perdido,

Aquí hasta las negras luces del abismo son tiernas,

Y las nubladas ilusiones paradisíacas se tornan molestas,

Aquí, las guitarras desafinan al compás de la muerte.

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El viento corta la piel y rasga el pensamiento,

No hay porque temer a su aspaviento.

Se arremolinan las hojas entristecidas,

Ya de árbol, ya de papel…

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Y el gris amaestrado para ser sepia,

Regulariza los epitafios con polvo,

Y mientras las hierbas se agitan excitadas,

Los cadáveres aclaman por la libertad.

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Es la hora cero,

En la que los espíritus salen a pasear,

En la que las almas deciden aparecer,

En la que las vidas penden peligrosas.

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Hay un sentido más, que permite conocerla,

En ella se encuentran cosas que no se encontrarían jamás…

No hay porque temer a su aspaviento,

Cuentan que es la verdad. La hora cero es la verdad.

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Negros cuervos graznan sin parar,

Luchan por saber quien será el próximo en caer.

Anhelan la muerte y aman la vida,

Sus deseos los corrompen, los llevan al pecado.

.

El gran ángel ha pisado ya el asfalto,

Camina sobrio eludiendo todo esclavo,

Su guadaña afilada separa un alma de su cuerpo.

El cadáver del sepulturero ahora cae.

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Vasos de lágrimas, gritos y sufrir.

Los invisibles desahogan su afligir

Cuando la hora cero llega, la tumba es algarabía.

¿Quién dijo que es tranquilo el cementerio?

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La carroza fúnebre ha traído a otro maldecido.

Una víctima más de vivir con alevosía.

A la necrópolis caído sin perdón,

Por la hora cero ha de ser, su alma, castigada.

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El Dolor De Regresar

De un bonito viajecillo que hicimos alguna vez...

El Dolor De Regresar

“Por primera vez, la mejor parte del viaje no fue regresar”

En reminiscencias puedo tratar de rescatar este texto cuya complejidad y fuerte acentuación sistemática se perdieron en la infinita oscuridad del olvido. Fueron fríos acordes de un piano solitario que hacía fuerte eco a través de mis sentidos los que me trajeron a la mente las palabras necesarias para conformar este alucinantemente clásico texto:

Y así, sombríamente sin cautela y con un porvenir algo incontrolado, decidimos aventurarnos hacia un nuevo punto de opinión, en el cual sabíamos encontraríamos apoyo o prohibición.

Contra efluvios acuáticos nos enfrentamos fugazmente casi sin notar que estaban allí, y mientras el deleite auditivo nos transportaba al hogar, sabíamos que llegábamos a un lugar lejano.

Aquí es donde las palabras se encuentran entre la solidez del argumento sucedido y la abstracción del sentimiento experimentado.

Entonces noté, que indudablemente había caído en el despertar. ¡Había alguien allí junto a mí! No me sentí solo, por primera vez en mi nueva vida (después del establecimiento de mi morada permanente en este rinconcito del destino) supe que había personas a mi lado. Personas que podían potencialmente comprender un poco de mi filosofía. ¡Redención!

Denegada…

Por mí mismo niego mis posibilidades de salir. No quiero que se me entienda sin que alguien luche por hacerlo. Lo siento mucho, pero si alguien quiere realmente conocerme, tendrá que tratar de la misma manera, realmente, y yo seré quien le dé las herramientas.

Me lo negué a mi mismo en un principio, a la primera señal de posición aparentemente conveniente. Todo se veía bien y había una constante sonrisa en mi rostro, pero incluso así yo me preguntaba que era lo que andaba mal. Ese mal presentimiento.

Y como cuando dos corchetes encierran a una palabra sin sentido y lenta pero violentamente comienzan a aprisionarla y a presionarla hasta que sus letras ceden y cae destrozada ante el malévolo par de símbolos, así asesinó la noche al día. Y sin dudar sobre nuestras decisiones, fuimos a parar en medio del desconcierto.

Rendidos, acudimos al alcohol. Y vaya que fue copioso, aunque ¿Cuándo es suficiente?

Sin darme prisa, caí en la cuenta de que aquel lugar de estrellas y coloridos fuegos, de personas alejadas y nuevas a mi perspectiva, era un lugar de paz y sonrisas cautivantes, un lugar que me sugería que aunque no hubiese más por lo cual luchar, estaríamos bien.

Y bien estuvimos. Aunque atacado fui por las pesadillas y la profunda nostalgia, a la primera luz, la sonrisa encarnó otra vez y reclamó su lugar.

Me ahogué en sentimientos y en desintoxicaciones abruptas. Y con el trabajo que hace un ave para emprender el vuelo, decidimos que era hora de retornar al hogar. Y fue entonces cuando miré a mí alrededor y me pregunte si había realmente disfrutado la estancia en aquel paraje.

Emprendimos el largo camino, y nos detuvimos para llenar nuestras hambrientas barrigas con algunos manjares baratos. Y allí entonces, miré el cielo y me di cuenta de algo:

Estaba justo donde quería estar.
Estaba justo con quien quería estar.

Había encontrado un lugar a donde mis problemas habían ido, y ese lugar era mi hogar. Allí estaba solo yo recordándolos, pero no poseyéndolos. Me gustó como me vi. Me gustó mi sonrisa y mi percepción de la realidad circundante.

Aún no se por que no hice nada…
Pero heme aquí otra vez…

Y desde el lugar lleno de problemas y oscuros olvidos y sentimientos, lleno de insomnio y alucinaciones, es desde donde les escribo. Porque allí, con mi cuerpo estacionado ante el arco iris invisible, mi mano sosteniendo mi impaciencia y mis ojos centrados en la oscuridad del camino, me llegó el oscuro pensamiento:

No quería regresar.

Dedicado a Svaejat...
Morelia fue estupendo, gracias...

Espejismo

Esta es muy fácil, sólo con lógica y relación de conceptos la pueden sacar. Completen la última frase.

Espejismo

Caminando por la inexistencia, mi olvidado proseguir me llevó a encontrarme perseguido por un solitario y triste fantasma que cabizbajo me veía con insaciables ganas de que le hablase. Un día decidí detenerme y darle la cara. Él permaneció callado durante un tiempo, pero luego comenzamos a conversar…

-Y ¿Se supone que hemos de hablar ahora? -Pregunté

-Sí

-¿Por qué?

-Porque sí

-No, no, no. ¿Quién eres?

-No se –Respondió. –Yo vine para que me dijeras tú.

-¿Yo? –Pregunté – ¿Cómo se supone que yo sepa quién eres?

-Tú debes saber.

-¿Por qué habría yo de saberlo? –Indagué

-Es que tú ya sabes. -Afirmó

-¿Ya se?

-Sí, sólo que no te acuerdas.

-Y ¿Cómo voy a recordar? –Pregunté confundido

-Recordando.

-Sí pero…

-Tienes que recordar lo que es importante para ti. Y ya.

-¿Lo que es importante para mí? –Pregunté.

-Sí. ¿Qué es lo más importante?

-No sé.

-Entonces no se porqué estoy aquí. –Respondió decepcionado.

-No, espera.

-¿Qué?

-Creo que sí sé que es importante.

-¿Qué es? –Preguntó, yo guarde unos segundos de silencio y luego proseguí.

-No estoy seguro. ¿De donde vienes?

-No se.

-¿Con quién vives? –Pregunté.

-Con mi papá

-Entonces debes ser joven.

-¿Qué?

-Trato de saber quién eres. O porqué me sigues. ¿Y dónde vives?

-No se. –Dijo él

-Bien… Pero vives con tu papá.

-Si.

-Y ¿Cómo sabes que viniste a que yo te dijera quién eres?

-¿Qué? –Preguntó confundido

-Que cómo… Ah, olvídalo. ¿Qué más recuerdas?

-Nada –Respondió pensativo

-¿Nada? ¿De dónde recuerdas eso? Lo de tu papá. ¿De antes de que murieras?

-No.

-Entonces… ¿De dónde?

-Yo no estoy muerto. –Aseguró.

-Eres un fantasma. –Afirmé

-Pero no estoy muerto.

-Pues si estas vivo, entonces ¿Por qué no recuerdas nada?

-Creo que no estoy vivo.

-No estas ni vivo ni muerto. Claro. –Dije sarcásticamente.

-Mi papá me dijo una vez que hay cosas que no están vivas ni muertas.

-Qué más… ¿Qué más dijo?

-Pues… dijo que las cosas importantes en la vida no se olvidan… Y que… mi mamá me quería mucho. –Dijo tristemente

-¿Cómo se llama tu papá?

-No se.

-¿Y tu mamá? –Insistí.

-Tampoco. Pero recuerdo que había una foto de ella en la mesa. En frente del sillón donde dormía.

-¿Duermes en un sillón?

-No, yo no duermo.

-Si… uhm…. Y… ¿Cómo es ella?

-No se…

-Entonces ¿Cómo sabes que la foto era de ella?

-No se. Porque… no se… -Dijo inseguro.

-Tal vez… tu alma sabe… y eso es todo…

-Sí… Mi alma… -Dijo lentamente, pensativo. Algo resonó dentro de mi interior.

-Mi alma…

-¿Qué tiene?

-Eso es lo importante.

-¿En serio? –Preguntó sin entender.

-No. Es decir, lo importante es el alma… No la mía…

-¿Entonces la de quién?

-La tuya, bueno… La de toda la gente… Lo importante es el alma.

-¿También la mía…?

-La tuya, sin la tuya no podría importarme ninguna otra… -Dije finalmente entendiendo el porque de su constante persecución.

-¿Por qué?

-Porque tú eres…

Fantasma

Fechado en 20 de noviembre de 2008, se necesita paciencia para colorear punto por punto, así que haganme saber si me faltó alguno...

FantasMa

Hola fantasma.
Yo se que… no estas aquí
Pero…
Quiero hablarte de todas maneras. Porque han sucedido muchas cosas últimamente y… me he sentido solo y seco… sin ti

Uhm…
Quizá estas no sean las mejores palabras… para decirlo…
Quizá sólo me esté preguntando que está pasando conmigo, que quiero tener control sobre todo lo que está a mi alrededor.
Pero aún así quiero hablarte…
No creo que sea sólo por desahogarme o limpiar mis frustraciones en alguien más. Creo que… tú me escuchas de una forma u otra. Y más aquí siendo el lugar donde… bueno, ya lo sabes.

Además… tú prometiste que siempre estarías aquí para escucharme…
Y ya… no te he encontrado. Y me he sentido muy solo.
Muy frío.

¡Tú me salvaste!
Y ahora… siento que necesito ser salvado. Otra vez.
Porque…
Tú me escuchaste, aún cuando sabías que… que no me gustaba hablar de eso. Y, de alguna manera sorprendente, me hiciste sentir muy bien.
E incluso… bueno…

Lo que quiero decir es… que…
¡No se!, no se qué quiero decir.
Me siento mal y necesito hablar con alguien de esto ¿Entiendes fantasma?
Y tú… siempre quisiste estar junto a mí. Aunque yo no lo supiera o no lo pudiera ver, aunque lo negara.
Ah…

No te culpo de nada, tú no me obligaste a enamorarme de ti.
Y yo nunca quise destruir lo que teníamos… ni tú… Pero… hay veces que las cosas terminan y no podemos hacer nada, es alguna otra fuerza la que decide que hacer y que no, porque al final nosotros…
Te necesito.

No estoy llorando en realidad. Sólo me siento extraño… de… saber que quizá tú estas muy bien, muy feliz, muy… muy fantasma, como sólo tú puedes ser, pero en cambio yo aquí estoy… deshaciéndome en tonterías que se acumulan una tras otra en cada día y… Y quizá siempre he sido así, pero tú…
No se que estoy haciendo. Ni siquiera puedes escucharme.

Sólo…

Ya perdí el objetivo…
Y planeé algo. Tal y como me dijiste que hiciera… y todo iba bien, tenía el coraje de enfrentarme conmigo mismo y negar que soy débil, e incluso podía nadar contra corriente… y ganar. Pero… algo, y no se qué, hizo que… sólo dejara de hacerlo.
Me rendí, y no se porqué.

Y… si iba tan bien, puedo volverlo a empezar, puedo buscar otra manera de que todo se haga como quiero que se haga sin que nadie lo note e incluso puedo… sobornar a mis sentimientos para que sientan lo que yo quiero que… ¡Pero no quiero hacerlo!

Y hasta me río. No entiendo porqué. No lo entiendo simplemente. Esta allí y es más grande y fuerte de lo que yo jamás fui, y soy yo mismo… y me… caza en sueños y en mi casa y en la escuela y en mi mente y veo por todas partes lo que…
Y el cielo hoy estuvo normal. ¡No tiene sentido! ¿Qué está pasando? Debería notarse algo, debería haber algo mal. No puede ir todo bien, no puedo ser sólo yo quien…

Y rompí y volví a caer para volver a romper.

¡Ya no se cómo seguir!
Ya no tengo ganas de seguir…

Ya me harté.

Dios… no puedo creer que esté hablando solo.

¿Quién te dio el derecho de irte?
¡Eras mi fantasma!
De nadie más…

Y me tenías siempre para ti.
Pero…
Yo nunca te di mucho ¿Verdad?

Sigue siendo gracioso…
Todo esto por ti. Y por mí.

Pero ya… descubrí que necesito saber más para entender más y que de nada me sirve engañarme pensando en que puedo ser todo para alguien más… o incluso para ti fantasma. No voy a seguir esperando “a ver que más sucede”.

Pero no se aún cómo es que debe terminar. O si debe terminar realmente.
Quiero terminar. Terminar de… estar así. Tan vacío, tan dolido, tan…
Sollozante…
Y riendo de ello.

Quizá me sienta solo…
Estoy solo. Pero no me rendiré aún.


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Asistemático

Es típico, pero no lo entienden aún.

Asistemático

-Adivina adivinador –me digo a mi mismo -¿por qué todos preguntan cuando se va pero nadie pregunta cuando regresa?

-Es como el vaivén constante ¿no es cierto? Como… hablar con uno mismo mientras chocas la cabeza una y otra vez hasta que tu sangre comienza a derramarse, tus piernas flaquean, te mareas y pierdes la conciencia ¿no?

-No quiero estar ya solo… pero no quiero pasar más semanas de insolación por creer que puedo seguir. Quiero ser mío y no ser de nadie más. ¿y qué si soy egoísta? Todos lo son.

-Caminar… por encima de la oscuridad, mirando sólo hacia arriba pero sabiendo que allá abajo he dejado todo lo que siempre amé.

Pensando en tomar mi venganza comienzo a avanzar –mientras digo estas palabras que por mi mente no suceden.

-Los colores… pensé que podría cambiarlos para simbolizar… quizá mejor sería cambiar el nombre. Incluso consideré cambiarlo todo, comenzarlo de nuevo. –Sé –pero a nadie pareció importarle que no lo hiciera.

Hombre… realmente te ha afectado el regresar –¿Tú crees? –Severamente… En otro tiempo no habrías hecho lo que estás a punto de hacer. –Pero sabes que sólo lo hago porque tengo la obligación de hacerlo… -Sientes la obligación, mas no la tienes.

-Y sí. Deberé comenzar aquellos quehaceres tan apetitosos que deleitan mis más vali(bizarros)entes deseos. Y gritar por encima de los más altos cielos. Gritar fuerte… muy fuerte. Realmente fuerte. Gritar lo que no quiero ni siquiera pensar ¡_____ _________ __ __! Y no es tan sencillo como cualquiera diría que es. No para mí, el tenebrico alburence tartimoso de ojos triples que le impiden azuzar el faleo.

-Rarezas las que encuentro –me repito -¿Cuántos más? ¿Cuántas más?

-Es que… en realidad no es cualquier ombligo. Es un ombligo especial. Uno que ya no tengo pero que encuentro todos los días en la puerta del SS.

¡Ya rompí todas las reglas ¿Por que no seguir? –Sabes a las que me refiero ¿no? –sólo las reglas de importancia siguen en pie ¿Para qué molestarse? Ya todo está perdido!

En el camión, en teatro ¡dos veces!, en la panadería, en tu cama mientras veías una película, frente a todos en el multiforo, en la fil ¡también dos veces!, en… -pero nadie lo notó -…¡Eso no importa! Es la regla ¡Lo sabes! -¡Nadie se percató! ¡No puedes…! –Claro que puedo. Que no se percaten sólo los hace ver peor, pero no impide que puedan darse cuenta. Sabes bien que te estas haciendo daño. –No me importa el daño… no me importa mientras pueda seguir haciendo lo que me plazca –¡Pero sabes que no puedes! ¡No puedes hacer tu voluntad! ¡No eres dueño del mundo! ¡No eres dueño de ti mismo! –no digas eso… nunca dije que fuera dueño del mundo. Pero si puedo decidir que hacer conmigo mismo… ¿o no?

Salivando en el taburete te regocijas al pensar que alguien más está sufriendo por tus venenosas palabras. Y te agrada saber que no cambió nada ¡NADA! Y aún crees que nadie te necesita… y peor aún, piensas que no necesitas de nadie.

-Al final no habría diferencia. El plan que tengo no involucra que suceda nada después, y, si todo sale bien, ya no estaré después.

-Pero entonces viene a ti el recordar de aquellos días en los que fuiste base para subsistencia- No es cierto, Jamás fui base para subsistencia de nadie, sólo estorbaba -¿Y qué hay de todos esos que negaron tu verdad y te entregaron a tu muerte? ¿Qué hay de los que odiaste por odiarte?- Lo dices como si hubiera sido la historia de un Mesías. –No fuiste el Mesías que ellos querían, pero sí fuiste un salvador. ¿O que? ¿Ya lo olvidaste? –Déjame en paz, sólo sirves para fastidiar- Seguro… y ¿qué harás sin mí?

Sacrílego fue aquél tiempo… sólo tratar de seguir puliendo la mugre que en la conciencia se acumulaba… Tanta sangre no se limpia con el tiempo.

-Al final tendré la certeza de que nadie me verá desaparecer, sabrán que he arruinado todo y que ya no vale la pena verme como una amenaza… Pero si leyesen estas palabras quizá cambiarían de opinión, es mejor que no las vean… ¡________ ________ _______ ___ ______________ __ ______ ____ ___________! Y así ya no habrá problema alguno… A menos que crean que planeo engañarlos… Pero eso sería tonto, ¿cómo podría?, y más aún en mi condición actual…

-Él no entiende, piensa que te preocupan esas trivialidades- Lo sé, pero… ¿y si realmente me preocuparan? –No es posible, aún no has convivido lo suficiente con ellos- Pero, ya me gusta el pie… -Eso no tiene mayor trascendencia, son sólo tendencias pegajosas… A todos les gusta el pie…

Hombre… pero ¿has perdido la cabeza?, ¿qué impulso tan romántico te ha impulsado a cometer semejante atrocidad?, ¿no sabes que te hará mucho mal cuando todos lo sepan? Deberías pensar mejor en lo que viene después y terminar con todo esto…

Tan sólo quería estar solo en la oscuridad… Dejar que con sus calidos brazos me acogiera en su dulce ternura y, lentamente, sentir su beso hipnotizante. Ah, bella madre del eclipse, enséñanos el camino correcto por el cual nuestros humildes pies han de caminar hasta llegar ante tu omnisciente y virtuosa presencia. Ayúdanos a saber qué hacer en los momentos de fría y angustiosa pena… Solo necesito saber que esa tristeza de la que me enamoré después de su muerte, aún me quiere igual…

Amiga mía, pronto nos alejaremos. Pero no habrá de qué preocuparse, mi corazón siempre te pertenecerá, aún después de la muerte.

No tiene sentido, no tiene voz, no tiene forma. ¡No puede ser real! –Cree lo que gustes, pero bien sabes que estuvo en ti… en nosotros… Y yo estoy en contra de esas creencias.

Dejan de tener ilación… Nadie quiere leer este tipo de cosas, no las entienden ¿Para qué las publicas? ¿A quién le hablas?

Se que no soy quien debo ser…

Se que quiero ser quien alguna vez fui…

Se que no cambiaría lo que ha pasado en mi vida para que fuera mejor…

Al final… tal vez nadie sepa que sí me quedé aquí…

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Oclusión Imperfecta

Supongo que es la primera vez que creo que el tema del texto no está completamente claro. Por ello, desearía que, quien lo leyese, aplicara la técnica de la persona amable y pusiera, en un comentario, el tema del cual cree que trata el texto. Es un texto breve y es mejor ver las palabras que las letras. Las imagenes pueden ser engañosas. Adiós.

Oclusión Imperfecta

La cuchilla del ángel emplazada ante mí.

Mi badana rota por mi decisión.

Borrosa vista del ombligo de la Tierra.

Saber es un veneno del que siempre quise escapar.

Serpenteando, una súplica me alcanza.

Junto a un lago, el peregrino descansará.

Serrado en comunión con la luna oscura.

Ojos abiertos aún.

El beso al pisoteado.

Nigromante negra luna que agoniza.

Soy acarreado al vergel codiciado.

Estupefacto ante mi voluntad.

Sapiente tiro imberbe realicé,

Desde el otero hasta el helado.

El efebo sueño realizado.

Reminiscente, el silencio incomodando.

Bermellón, escarlata y carmesí.

Humeante, la inocencia del recuerdo me recoge.

A la palabra más temida por el todopoderoso recurrí.

Siempre sabiendo que la llama se extinguiría,

Preferí actuar contra su voluntad.

Corazón caído.

Sangre vertida en la escarcha.

El silbar del tenue amigo, el viento.

El coloquio del cristalino reflejado por los fragmentados vidrios.

Sembrando ansia y terror en el descanso.

Por fin, el escape.

Adiós.

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Luciérnaga En Cautiverio

Luciérnaga En Cautiverio

Luces.

Ver a un muchacho pasar. La bicicleta que en la noche produce eco al sonar su campanilla.

Saber que no debe haber más.

Pensar.

Golpear.

Tener la sensación de la constante soledad.

¿Sabes, niño?, nadie creerá lo que les dices.

Siempre saberlo, y vivirlo. Ellos dudan de ti. No tienes a nadie.

Olvidarlo.

Seguir.

Ser tan imbécil…

Intentar una vez más.

Sentirse rodeado. Te sientes apagado. Fuera del murmullo y la algarabía. Tus manos se apoyan, pero no los escuchas. El zumbido odioso, al que tanto asco le tienes, rompe tu monotonía.

Y ves. Pero no encuentras.

Sabes que puedes, pero no quieres querer.

De repente tú lo sueltas. Todo pasa, nadie mira.

Accidente.

Pero no hay nada roto si nadie ve que está roto.

Moral.

Tratarlos mal y no obtener lo buscado.

Querer hablar y terminar escuchando.

Ansias de ponerse en pie y golpear la cabeza contra la mesa. La tuya o la de los demás, eso no importa. Golpear hasta satisfacer la sed de sangre. Repetir.

Joder.

Estar insultado por sí mismo.

No vas a seguir.

Atrapado.

Estudiado.

Seguido.

Acercarse.

Romper el brazo.

Acostarse.

Respirar.

Felicitar.

Explicar.

Abrumar.

Entender.

Doblarte en tu propia realidad sólo para doblegarte por unos cuantos. Unos cuantos que merecen saber que es su culpa y soltar las riendas de tu vida.

Así te sientes.

No lo entiendes.

Gritar.

¡Gritas!

Nadie mira.

Roba ahora.

Siempre puedes mentir.

Olvídala, ella te olvido.

Y la culpa…

Somnoliento.

Hambriento.

Pasionista…

Mirar el rencor por el espejo.

Sabes, niño, que tu tumor no es producto de la naturaleza. Es sólo un tumor de olvido y sentimientos encontrados. Destaza y desmiembra. Luego huye como cuervo.

Comer.

Respirar.

Observar.

Entender.

Saludar.

Escribir.

Creer.

Carcajear.

Abducir.

Aburrir.

Lo que tienes es miedo. Miedo de ti mismo. Miedo porque sabes que al final no lograrás tu propósito.

Callar.

Ignorar.

Mirar al lustre y asentir.

Borrascoso.

La bóveda clerical.

!olos sátse euq neib sebaS¡

…ogapa es ay los le ,oím oñin ,sojo sol erbA

!etravlas a rinev a av eidan euq zev anu ed edneitnE¡

.ísa res necah et sollE .seceuqolne solle noC

.nóisiced ut se asodud sam ,soesed sut nos setnetopinmO

Sarcasmo.

¡Odia!

¡Aborrece sin temor a nada!

Sabes bien que no quieres encontrarte a ti mismo.

Cierra los ojos ante el espejo. Sigue saboreando la irrealidad. Bien tú sabes que te engañas, que aunque envidias esta forma de ser no la puedes imputar.

No eres voz.

En tinieblas.

Agradeces.

Simplón.

Efemérides.

Arrebatar.

Aullar.

Flores de cempasúchil.

Por doquier la peste del dolor.

Lágrimas.

El ataúd.

Interrupción.

Desesperación.

¡No te concentres!, es mejor si sabes lo que te espera. Es mejor olvidar y nadar. Tener el control de quien quiere abandonar.

Mentir.

¡Mentir!

Sólo mentir.

Dormir.

En cautiverio aplastar.

Sofocado.

Remojar los labios.

Exhalar.

Centrarse.

Arbitrario.

Rotos fuertes.

Y el camino…

Siempre rojo por la brisa. La tierra te rasga la piel mientras, músculo por músculo, te deja limpio hasta los huesos. El viento seca tus fluidos. Ya te tientas en desnudo. No eras nada más que orgánico. No hay alma en tu ser.

Musicalización.

Instrumentalización.

Salvación.

Destrucción.

Zumbido.

El maldito zumbido ataca tu conciencia. Estas sangrando, niño, por todos los orificios de tu cuerpo.

Nadie mira.

Soledad.

Nadie escucha.

Convulsión.

Nadie sabe.

Dolor.

.atreibaertne acob ut ed erpmeis napacse euq saganreicuL

.sotorobla secaguf ed senoicanicula sasrepsiD

.sodaprap sut ed álla sám rev sedeuP

…neib yum olodnéibas dadilaer ut ed sapacsE

.setsixe on úT

La muerte muestra su frío rostro.

Enclaustro.

Negrura.

Las uñas clavadas en la piel.

Esperar por un cambio.

Prensar la mandíbula.

Sangrar.

El frío.

Solemne espera.

Sudor.

Insomne.

Ajar.

Caer.

Encenderse.

Por fin respirar.

Escapar.

Odiar.

La saliva lubricando la podredumbre.

Lenguas en la cañería.

Serpiente.

Arrugar.

Cercenar.

Corroborar.

El demonio.

Carne fresca.

Vómito.

Simpatía.

Ácido.

Sociedad.

Ideas.

Luz de día.

Lombrices.

Cordura.

Ilación.

Ratonera.

Estupefacción.

Morder la lengua.

Aprender.

Cabezas cortadas.

Enaltecerse.

Estar muerto.

Toser.

Madrugar.

Agravar.

Masticar.

Vaharada.

Sistemático.

Romper tus huesos.

Esclarecer.

Infinito.

Clavar las manos en la arena.

Nadie jamás creerá lo que con tus ojos has visto. ¡Odias a todos! Estas tan solo como siempre has sospechado. Nadie te ayudará. Eres escoria para el mundo. Pútrido ante los deseos de la realidad.

¿Cuándo se apoderó de mí también?

ONITSED

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