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Memoriasencadenadas

29 de diciembre de 2007

Extraño Ser Ese Niño

Extraño Ser Ese Niño

Desperté el 25 de Diciembre. Baje las escaleras como cada año de mi vida. Busque debajo del árbol, pero no encontré nada. No había regalos ni allí ni en otro lugar de la casa. Este año el niño Dios o Santa Claus decidieron no dejar nada para mí. “Madre ¿Por qué mi hermano y tú si recibieron lo que querían?"

Escribo porque no puedo dormir. Hay algo que simplemente no quiere que yo duerma. Pueden llamarlo miedo, pero el miedo lo deje atrás hace mucho tiempo. Esto es algo mas grande que un simple miedo. Es algo superior al pánico. No hay palabra para describir este sentimiento.

Quizá sea la mejor forma de vivir. Quizá, tener el cañón apuntando siempre en la cabeza esperando el momento de tener el valor de jalar el gatillo, sea la forma en que mi vida deba llevarse acabo. Quizá la tristeza sea mi estado natural… Solo quisiera una respuesta para alguna de todas las preguntas.

Vivo recordando lo que perdí y no puedo recuperar. Vivo con resentimientos y arrepentimiento, cosas que simplemente no salen de mi mente. Y hay cosas que me suceden en el presente, en este preciso momento y que no puedo lograr resolver… o admitir. Lo que me atormenta en este momento es algo que entró en mi mente y no puedo sacar, aunque el problema esencialmente no es que no puedo sacarlo de mi cabeza, sino que no puedo entender si es real lo que me sucede, o porque me sucede…

Hace aproximadamente dos horas me llego un mensaje en el cual alguien me advertía sobre una mala corazonada… Y hace solo unos minutos recibí el mensaje de que un conocido murió. ¿Era esto a lo que te referías?

También tengo esa espinita de que mi padre murió antes de poder decirme muchas cosas que necesité, y que no tuve en el momento adecuado. Pero nunca encontré ninguna razón por la cual mi padre no dejó algún mensaje para advertirme. ¿Por qué no me advertiste padre? ¿Estaba yo destinado a vivir esas cosas?

Ahora que hago conciencia sobre estas cosas. Me doy cuenta de que todo lo material es muy circunstancial. Pero no solo eso, también mis propios pensamientos, mis recuerdos, mis lamentos y hasta la verdad. Lo cual me hace volver a pensar sobre si quiero seguir escribiendo Borrando Huellas, sé que es mi destino, pero ya no se siente tan bien como al principio. Nunca dudé, ni un solo segundo, que debía escribir esa historia, pero ahora no parece lo correcto. ¿Por qué siento esto ahora?

Extraño ser un niño. Extraño cuando no tenía que preocuparme por nada ni por nadie, cuando mis pensamientos no eran significativos o duraderos, cuando mi dolor era el pensar que no se me quería. Es duro madurar… Es duro darse cuenta, de que este nerviosismo es solo por no sentirse capaz de seguir. Por eso planeé un nuevo comienzo, un nuevo año con nuevas cosas. Pero era un plan lleno de errores, olvidé planear la parte en la que encuentro las fuerzas para seguir viviendo…

Sé que estas palabras no transmiten lo que quiero decir, porque al leerlas no siento las lágrimas en los ojos. Supongo que dejo mucho a la interpretación del lector. Que espero que quien lo lea sea yo mismo, y por eso hago esto tan complicado y simple al mismo tiempo. Lo que quiero decir es… “En verdad duele”

La soledad: ya se me olvidó como convivir con esa canija. Mirar sobre el hombro y ver el mismo vacío que hay frente a mí. Desesperanzador, no encontrar a nadie con quien desahogarse. Es desesperante que nadie entienda por lo que se pasa, aunque pocos puedan ver tu dolor, ninguno sabe lo que se siente. Ninguno ha vivido lo que yo, y yo no he vivido lo que ellos…

Siempre me consuelo diciendo que debe haber alguien en peor estado o situación. Siempre digo que yo no puedo ser el que esté mas al fondo. Siempre busco maneras de esconder los sentimientos que mi corazón vive. Siempre me digo a mi mismo que incluso en la mas profunda oscuridad puede haber una pequeña luz. Pero ahora no encuentro motivos para decirme estas cosas, para tratar de sentirme mejor. Ahora quiero la realidad, tan cruda y fría como es… Tan fría y cruda…

¿Y si ya me cansé de desahogarme golpeando estas teclas? ¿Quién va a escucharme? Igual no podría decir lo que quiero que escuchen. Igual no podría explicar lo que quiero que entiendan. ¿Por qué persistir sin una meta real? ¿Por qué persistir?

El cielo ya no es tan azul como antes solía ser. Los atardeceres no son tan calidos. La lluvia no moja igual. La comida es mas insípida. El aire se siente sofocante. Mi corazón late mas lento. No hay dirección para las indicaciones. No hay razón para tratar.

Estoy en la orilla mirando el mar. No hay luces después de que el sol ha muerto. Todos temen salir porque podrían encontrar la verdad. Yo temo tocar la espuma porque podría encontrar nuevas y falsas esperanzas.

Pero lo encontré a él ¿No? Aun hay algo que me mantiene aquí. Aun ha una esperanza. Ruego a Dios que no se vuelva a ir. No sé que haría si no tuviera la curiosidad que él enciende en mi interior… ¡Miento!, si sé que haría…


24 de diciembre de 2007

Mi Pesadilla

Mi Pesadilla


Son las 11:15 del día 23 de Diciembre de 2007 (que curioso si sumas 1+1+15 obtienes 17, y también si restas 3-20) y solo lo digo porque se que este escrito no será publicado este día porque me tardaré mucho en escribirlo. Este escrito es únicamente para narrar el sueño que tuve el pasado día 23 de diciembre entre las 3 y las 6 de la mañana (debido a que me dormí como a las 3 porque por la maldita gripe no podía dejar de toser. Pueden corroborarlo con mi entrada anterior “Atesoremos Inocencia” publicada a las 11:17 (¡¡¡17!!!). Y me desperté a las 5 y fracción). Fue un sueño muy extraño y muy largo en el cual sucedieron cosas horribles que… Bueno, igual lo voy a relatar. Aunque algunas partes han sido omitidas por razones personales, o porque son demasiado fuertes para el público lector. Cuando terminen de leerlo verán que es un escrito muy cruel… Imaginen las partes que quité…

Anexo un dibujo hecho por mí. Así sería ese lugar si en verdad existiera (Click para ampliar).


Primero lo que por alguna razón yo sabía cuando el sueño empezaba (O sea que esto no es parte del sueño pero ayuda a entenderlo):

Hay una plaza con la forma de un Estadio de fútbol. Todas las tiendas están por fuera al igual que las escaleras eléctricas. No hay forma de llegar al interior. No sé si había algo allí.

Un amigo (Que es, más que mi amigo, un hermano para mí) (No quiero decir quien es, por razones personales, (No creo que nadie que lea esto lo conozca) pero para que puedan hacerse una idea mental de él les diré que es: de menor estatura que yo, más joven que yo, de piel blanca, cabello claro, lacio y corto, ojos claros, flaco, y muy buena onda… Durante este relato lo llamaremos… “X” a sugerencia de natasha) y yo fuimos a esa “plaza” a rentar una película. Por mi extremo gusto por las películas de miedo escogimos una de ese género y nos dispusimos a verla. Sabíamos que había unas “habitaciones” que prestaban a las personas que deseaban hacer una “reunión” o para ver películas. Rentamos el lugar por un precio muy bajo y nos prestaron la llave del lugar y del baño.

Ahora si, el sueño:

Abrí la puerta, estaba chispeando afuera, las escaleras eléctricas quedaban cerca de la habitación. Toda la habitación estaba alfombrada y los sillones eran muy cómodos. Moví la mesa que estaba entre la tele y el sillón porque yo suelo sentarme en el suelo después de un rato de ver una película. X se sentó en el sillón mientras yo ponía la película en el DVD y encendía la tele. Después de iniciar la película, apagué la luz y me senté en el sillón junto a él. La introducción mostraba los nombres de los artistas, director, productor, etcétera con un fondo de niebla y una canción algo tétrica.

-Voy al baño en lo que empieza. –Le dije a X parándome y dirigiéndome hacia el baño.

-Bueno. –Dijo él.

El baño era de un monótono pero clásico color verde pálido, era extrañamente muy amplio, tenía tres inodoros y tres lavabos con un espejo cada uno. Debido a que no había urinales pensé que era baño de mujeres, pero ya que no nos habían dado otra llave, intuí que solo había ese baño. Entré al cubículo 1 y oriné. Salí y me lave las manos, había un jabón en uno de los lavabos. Me sequé las manos con la secadora de manos y me dirigí a la puerta. Pero la puerta no se abrió.

-¿Qué demonios? –Susurré al estrellarme con la puerta del baño. “¿Porque no se abre? Quizá se cerró con llave” Pero por dentro no había donde meter la llave. Solo estaba la agarradera. -¡Oye X! ¡X! ¡¿Estas ahí?! ­ “¿Por qué no me oye?” ­ ¡X! –Era inútil. Parecía que me habían encerrado en una cabina contra sonido, porque X no escuchaba lo que yo gritaba y yo no escuchaba el sonido de la película ni la lluvia.

“No te desesperes, cuando se dé cuenta de que te tardas mucho va a venir y va a abrir. Solo tienes que esperar.” Me dije a mi mismo mientras caminaba de un lado al otro del baño. Pero no tuve tanta paciencia y comencé a golpear la puerta.

Patadas y puñetazos fueron insuficientes para abrir la puerta que permaneció fría y sólida como acero. Me senté a la izquierda de la puerta y comencé a tararear alguna canción que estaba pegada a mi cabeza. Luego todo el baño se puso muy frío y los espejos se empañaron. Me paré y empecé a dar vueltas alrededor para poder calentarme un poco. Luego seguí golpeando la puerta y golpeando inútilmente. Después de un rato entré al cubículo 1 y me senté sobre la tapa de la taza para esperar.

Mis ojos estaban cansados, me dolía la espalda y me estaba empezando a desesperar. Froté mi cara con mis manos. “Pronto te van a sacar, no te desesperes” Cuando repentinamente oí un sonido proveniente de fuera del cubículo. El baño se había deteriorado y ensuciado repentinamente, se estaba convirtiendo en algo como una película o juego de miedo. Me miré en el espejo de en medio y vi que mi cara era algo azul por el frío. Seguí gritando hasta desesperarme. “¿De que están hechos los cubículos de los baños aparte de plástico? Debe haber algún tubo de metal o algo allí. Patee el primer cubículo hasta destrozarlo casi completamente y darme cuenta de que en verdad era solo plástico. Decepcionado y desesperado pateé el inodoro hasta romperlo y ver que el agua comenzara a salir a borbotones.

“Pero en las paredes si hay vigas y acero” Tomé un pedazo de baño golpeé la pared detrás de donde solía estar el excusado y por alguna razón la cerámica hizo ceder al concreto. Después de hacer un gran hoyo en la pared, empecé a escarbar hasta encontrar algún tubo metálico, y no tardé mucho en encontrarlo. Tomé el tubo y lo estrellé contra la puerta con toda la fuerza que en mi cuerpo habitaba. La puerta se abolló un poco, pero el vidrio rugoso de la puerta no pareció sentir absolutamente nada, y después de lo que parecieron horas de golpear y patear me dolían los brazos y me rendí dejando ganar a la puerta.

Me dolían las manos y las tenía muy sucias por la lucha contra la puerta, la pared, el inodoro y el cubículo (Cualquiera hubiera destrozado todo al igual que yo…). Así que me levanté y abrí la llave del primer lavabo sin que de este saliera absolutamente nada. Me pasé al segundo y giré la llave, también sin respuesta, igual el tercero. Tomé mi tubo y golpeé el segundo lavabo hasta conseguir que agua brotara de él. Me lavé las manos en el lugar donde había un lavabo. Repentinamente miré hacia el espejo y no había reflejo mío en él, solo se veía el baño que había detrás de mí. Por alguna razón eso me provocó nauseas. Giré rápidamente, abrí la puerta del segundo cubículo y vomité en el inodoro. Una fuerza desconocida me empujó hacia el inodoro después de haber vomitado, me resistí tomando el inodoro con las manos, pero la fuerza fue demasiado fuerte y me golpeó la frente contra el inodoro.

Abrí lentamente los ojos y sentí el agua que mojaba toda mi ropa. Estaba tirado en el suelo junto al inodoro. Estaba mas frío que antes.

-¡Nooo! –Grité, me paré y di un puñetazo al espejo que estaba sobre los restos del segundo lavamanos. Mi mano comenzó a sangrar, una larga cortada recorría toda la palma de mi mano. Instintivamente busque papel. -¡¡¿Por qué no hay una maldita maquina de las que da papel aquí?!! –Grité desesperado. “Los baños deben tener papel” así que busqué en los tres cubículos, pero en ninguno existía el mas mínimo rastro de papel. Mi mano sangraba lentamente y ardía, pero el frío calmaba un poco el dolor. Me senté en el sueño recargado en la pared frente a la puerta, viéndola directamente esperando que de alguna manera se abriera. Repentinamente me entró un tremendo ataque de risa de los que suelen darme en público. –¡Estoy atrapado en un baño! ¿No es eso gracioso? Si lo es, es muy gracioso. Una persona se queda atrapada dentro de un baño con la llave de la puerta y destroza parcialmente la pared, un cubículo y un inodoro sin mencionar el lavamanos y un espejo con el cual, por cierto, se hirió la mano derecha y se esta desangrando. –Era en esos momentos algo muy gracioso. Cerré los ojos un momento y recargué la cabeza en la pared. No podía creerlo, ¿Qué clase de persona pasa por algo así?

Abrí los ojos y me quede mirando directamente a los focos de la luz. “Quizá si reproduzco un corto circuito, la tele se le apague a X y pida ayuda, o se dé cuenta de que estoy aquí” ” ¿Cómo lo hago?” “Encuentro un lugar donde pueda cruzar cables. Si.”

Miré a mi derecha y vi la pequeña caja metálica donde convergían los cables. Tomé mi tubo y la destrocé lentamente hasta ver los cables pelados. Luego tomaba agua entre mis manos y se la echaba.

Las luces comenzaron a parpadear. “Bien, ahora solo tienen que darse cuenta. No tuve que esperar ni un minuto antes de que X abriera la puerta del baño y entrara.

-¡Funcionó! –Dije con alegría al verlo

-¿Qué? –Dijo el desconcertado

-El corto circuito. ¿No viniste a buscarme por eso? –Pregunté al ver su confundida reacción.

-No, te habías tardado mucho y vine a ver si todo estaba bien. ¿Qué paso aquí? –En ese momento se cerró violentamente la puerta tras él. Acto seguido fui jalado por la misma fuerza que antas hacia la puerta del segundo cubículo, me golpeé fuertemente la cabeza y al caer en el suelo vi, en el reflejo de uno de los pedacitos de espejo, que estaba sangrando de la frente. La extraña fuerza tomó posesión de mi cuerpo y comenzó a moverlo mientras me llenaba de odio y tristeza.

Mi mano tomó fuertemente el tubo.

-¿Qué haces? –Preguntó X. Mis pies dieron varios pasos acercándose hacia él

-No lo sé. No soy yo. Ahg. No puedo moverme. Algo me esta moviendo. –Cuando estaba suficientemente cerca, mi brazo levantó el tubo y golpeo a X en la mejilla lanzándolo al suelo.

-¡No soy yo! ¡Corre! –Él trató de levantarse, pero otro golpe en su espalda lo detuvo, otro mas en la cabeza. Uno en las costillas. En el brazo izquierdo, en el cuello, en las piernas, en el brazo derecho. No podía dejar de golpearlo. Solo podía gritar dentro de mi mente. Ni siquiera podía cerrar los ojos. Estaba matando a X y no podía detenerme.

Repentinamente mi cuerpo se puso muy rígido y soltó el tubo de metal. Recuperé completo control sobre mi cuerpo.

-Perdoname X, no era yo –Dije rápidamente mientras me agachaba y lo abrazaba disculpándome. ¿Qué mas podía yo hacer? El sangraba y temblaba.

-Sé que no eras tu –Dijo titubeando. –Tú has sido bueno conmigo, tú no me harías esto nunca. –Dijo con los ojos llenos de lágrimas. –Tú me has cuidado mucho y no creo que tuvieras el valor para golpearme.

-Gracias por la confianza. Ahora tenemos que averiguar como carajos salir de aquí. ¿Puedes caminar? –Me asombraba su fidelidad y su valentía, sabia distinguir entre quien era yo y quien no, sabía que lo quiero demasiado para hacer alguna atrocidad como esa.

-Si.

-Bien, no lo hagas si no es necesario.

-Bueno –Dijo sin levantarse. Estaba sangrando mucho y parecía tener varios huesos rotos y estaba llorando, pero eso no le quebraba la voz… En la realidad tampoco lo hizo jamás.

Abrí mis ojos viendo directamente la puerta desde la pared frente a ella. Estaba parado. Miré y tenía grilletes en la muñeca izquierda y en los tobillos. Había una llave a solo un metro de mí, pero no la alcanzaba. “¿Cómo llegué aquí?” X no estaba. Estaba solo en el baño. Las luces seguían parpadeando. Repentinamente la puerta se abrió, y yo miré con atención. La persona a la que mas he amado en mi vida, había aparecido a solo unos metros de mí. Parada sobre el agua del suelo, como flotando sobre ella. Su largo y castaño cabello caía sobre su desnudo cuerpo. Los dos mares mas azules brillaron en su rostro al verme allí frente a ella. Una sonrisa se esbozó en su cara y caminó hacia mi. Con su mano derecha acarició mi rostro. No podía hablar, mi garganta tenia un nudo gigantesco, apenas y podía respirar. Mis ojos no soportaron y cedieron al abundante llanto. En ese momento esa la persona mas feliz del mundo, mi único deseo en mucho tiempo fue solo verla una vez mas, y ahora se había cumplido.

Levante la vista un poco y vi que justo detrás de ella había una copia exacta de mi, sonriendo con un bat en la mano derecha.

-¡¡No!! –El la golpeó directamente en la cara frente a mi. La tomó del brazo y la arrojó frente al segundo cubículo. –¡¡¡Noooo!!! Trataba desesperadamente de soltarme de lso grilletes, pero estaban muy apretados y la cadena sujeta a mi muñeca era demasiado corta y no alcanzaba la llave. Miré junto a mi y encontré el tubo que había sacado de la pared. Sin pensarlo comencé a golpear el grillete de mi muñeca, aunque no atiné en él todos los golpes. Después de unos segundos que parecieron horas dejé de golpear el grillete y comencé a golpear mi antebrazo y mi mano para romper alguno de los dos y poder zafarme. La replica la golpeaba sin piedad en todo el cuerpo. Yo gritaba desesperado mientras me golpeaba para salir. La replica sacó una pistola y la apuntó directamente en el pecho de ella. Mi desesperación creció tanto que tiré fuertemente del grillete y mi brazo se libero aunque no sé si aun tenia mi mano o no, solo se que era muy doloroso y que sangraba mucho. Viendo que no podría alcanzar a abrir los otros grilletes con la llave y salvarla, le lancé el tubo y lo golpeé justo en la cabeza.

Un fuerte mareo me invadió y me hizo no poder tomar la llave que estaba ya bajo el agua. Sangre entró en mi ojo. Al golpear al falso yo me había golpeado a mi mismo también. Él estaba tirado en el suelo con la pistola cerca.

Abrí con trabajos uno de los grilletes. Él se había levantado y había tomado la pistola. Empecé a abrir el otro grillete y oí el sonido de un disparo. Ella cayó en el suelo inundado, inerte, con todo el cuerpo golpeado y lleno de sangre. Abrí el grillete y me abalancé con todo el odio en mi alma contra la replica de mi. Tomé el tubo del suelo y comencé a golpearlo con todas las fuerzas que tenia, gritando y llorando. Ya no sentía que, los golpes que le diera a él, los sufriera también yo.

Lo iba a matar, no me importaba si yo moría también. Cuando tenia la cara sangrando y muchos huesos rotos, la replica se convirtió en X. Lo estaba golpeando como hacia un rato. Era como si hubiera vuelto al pasado cuando X entró al baño, solo que ahora tenía un disfraz de mí. Instantáneamente me puse muy rígido y solté el tubo.

No podía creerlo. Estaba fuera de mí. Mi mano izquierda estaba completamente sana, y mi derecha tenía la cortada del espejo. Me había vuelto completamente loco. Había golpeado a X pensando que era a mí. Me mareé un poco y una especie de fantasma salió de mi cuerpo y se agachó y pidió disculpas a X.

Yo giré y vi el cuerpo mutilado de mi amada. Estaba muerta otra vez en mis brazos. Otra vez su sangre en mis manos. Era imposible. No podía ser real. Tomé la pistola que estaba cerca de ella, y esta lentamente se convirtió en agua, como si nunca hubiera existido, luego la miré a ella y vi que también se convertía en agua. Mire a X justo en el lugar donde yo lo había dejado después de que mi cuerpo fuera poseído por esa extraña fuerza hacia ya un rato. Miré hacia la pared y no había grilletes. Como si todo lo hubiera imaginado.

-Tenemos que salir de aquí –Susurré. Luego me paré frente a la puerta y le grité: ¡¡¡Tengo que salir de aquí!!!

¡¡Quiero salir de aquí!!

¡Déjame salir de aquí!

Por favor…

Déjame salir por favor…

Y como si hubiera pronunciado las palabras mágicas, la puerta se abrió. Miré a X con una sonrisa irónica en la cara y lo ayudé a levantarse. Cuando estábamos junto a la puerta, a punto de salir, la extraña fuerza jaló a X hacia dentro del baño y a mi me empujó hacia fuera.

La puerta se cerró detrás de mí, volteé y vi como X comenzaba a golpear la puerta.

-¡¡¡Déjenme salir!!! –Comenzó a gritar. Y casi Inmediatamente empezó a gritar de dolor. Algo comenzó a golpear su cabeza contra el vidrio, luego empezó a pedir ayuda y a gritar mas mientras yo veía borrosamente como su cuerpo estaba siendo destrozado.

Repentinamente el ambiente quedó en silencio. Ya no oía los ritos ni los golpes. Caminé hacia la sala. La película estaba en silencio en los créditos. Miré hacia la cocina pasmado. Había revivido las dos muertes mas dolorosas de mi vida.

-Esto es un sueño… Una pesadilla. No es real. –Dije mirando la oscura cocina.

De repente dos ojos amarillos y brillantes aparecieron en el aire, lejos dentro de la cocina. Sentí como si estuviera seguro, en una especie de paraíso. Como si ya hubiera muerto y hubiera ido a alguna especie de cielo. Me calmé mucho y mis piernas se doblaron.

Caí de rodillas llorando. Estaba aún en el baño. Los cadáveres estaban allí, uno atravesado por una bala, el otro casi destrozado. Mi llanto aumentó en gran cantidad. No entendía como era que yo era el que tenía que estar vivo y no ellos. ¿Por qué era yo el que fue condenado a verlos morir?

Me arrastré en el agua y tomé uno de los cristales del espejo roto que estaba en el suelo. Me corté desesperadamente la muñeca de la mano izquierda. Me quede viendo como la sangre se mezclaba con el agua haciendo divertidas figuritas.

-No voy a esperar tanto tiempo. –Tomé otro cristal mas grande y corté lo que pude de mi cuello. Caí en el agua y borrosamente presencié como todo el baño se reconstruía pedazo a pedazo. Los cadáveres desaparecieron. Estaba muerto por la desesperación.

Desperté tosiendo y sudando en mi cama. Con sentimientos mezclados pero aterrorizado por lo que acababa de ver…

Imaginen las partes que le censuré al sueño.




¡Feliz Navidad!

22 de diciembre de 2007

Atesoremos Inocencia

Atesoremos Inocencia



Es triste mirar a un niño pequeño y darse cuenta de que, a través del tiempo hemos perdido muchas cosas que jamás recuperaremos. Hemos perdido dinero, hemos perdido vida, hemos perdido el tiempo en sí, pero nunca haba considerado tan importante algo tan frágil y esencial como la inocencia.


La inocencia, a mi manera de verla, es un valor que refleja nuestra forma de amar. La inocencia no permite palabras que no sean sinceras. Es también comúnmente confundida con la ignorancia, y a pesar de que posee un poco de esta, la ignorancia es la falta de conocimiento estando ya contagiados por los males que abundan en el presente: como la facilidad para mentir y para fingir. Al contrario de la ignorancia, la inocencia es sincera y espontánea aunque sea efímera falta de conocimientos… Cuando se es inocente realmente, hay un velo invisible que cubre a la persona y que casi todas las personas ven como hermosura y que hace que las personas se acerquen instintivamente a los que lo poseen y jueguen o hablen con ellos: como a los bebés. La inocencia posee, por su simple naturaleza: hermosura y simplicidad que se hacen notar en las formas de pensar y resolver problemas de los niños. Los niños son preciosas piedras que con el tiempo se empolvan y ensucian hasta quedar cubiertas por la vida…


Creo que mas que crear un cuerpo viviente y participante de una sociedad emergente, al juntarse dos personas y engendrar un hijo crean, con un fuerte amor, la inocencia que habitará en ese niño, un niño que al nacer no tendrá mas que instintos para sí, un niño que será totalmente dependiente de la responsabilidad de los procreadores y que lentamente se verá obligado a aprender los vicios que lo rodean para poder subsistir en estos tiempos de cruda realidad.


Es quizá lo mas doloroso que yo haya encontrado en esta vida el saber que todos estamos destinados a perder esta facultad invaluable en edad temprana de la vida, en esa edad donde nos corrompemos por anti-valores y mañas que aprendemos conviviendo con las personas que se convierten eventualmente en seres queridos que nos rodearán durante una significativa parte de nuestras vidas.


"No hay culpa más dulce, que la de saberse inocente"


Es muy posible que incluso al crecer, las personas mantengan una pequeña parte de la inocencia que lentamente ha desaparecido, y tengan habilidades de divertirse y soñar (Ese niño que todos llevamos dentro). Sin embargo el excesivo trabajo, tensiones y por sobre todo la madurez, les impiden volver a emplear la inocencia para sus vidas útiles.


Es divina presencia la de los pequeños a nuestro alrededor, su humilde inconciencia nos demuestra que hay tiempos en los que no hay duda de la existencia de la felicidad y que el sufrir es corto y circunstancial. Nos demuestran que es fácil soñar y amar por montones.


Pero todo esto me trae a una nueva cuestión que dejaré a reflexión… ¿Cómo es que nos enaltecemos llamándonos buenas personas, si hemos descuidado nuestra propia inocencia?


Borrando Huellas - Capitulo 7 - Zaro

Zaro


–Ven aquí rata inmunda. ¡Probarás el filo de mi plomo!

–No estoy seguro de que deberías estar tocándolo todo…

–Bueno ya, ya. Lo estoy dejando en su lugar. –Dijo Naeru al tiempo que dejaba el sable en el pedestal lleno de polvo.

El interior de la torre era tan blanco como el exterior de la misma, parecía ser mas amplio que de lo que aparentaba en el exterior. El primer piso estaba lleno de pedestales con armas antiguas, arcos y flechas. Todo el suelo era blanco como la torre, tan brillante que se podía usar como espejo, aunque en el centro tenia el mismo patrón de símbolos que la puerta. El segundo piso estaba a muchísimos metros por encima de nuestras cabezas. Y solo se podía ver que eran solo balcones cubiertos por telas blancas.

Era incongruente en varios aspectos: Ni un solo sonido se filtraba desde afuera. No había ninguna ventana o adorno. Luego de pensarlo un poco ¿Quién había limpiado el suelo, las paredes y las armas que allí permanecían? El sonido parecía ser absorbido por las paredes, pues no se creaba ningún eco al caminar o hablar. El ambiente se sentía pacifico y reconfortante a pesar de la excesiva presencia de armas. Todo era mas ligero dentro de esa habitación, la escopeta que se encontraba entre mis manos parecía flotar sobre ellas en lugar de recaer sobre ellas. Lo mas extraño era que después de haber cerrado la puerta, sin haber encendido ninguna luz eléctrica o de otro tipo, la habitación permanecía iluminada como si poseyera una luz propia, o si la luz habitara ese lugar…

– ¿Me vas a decir que tú no tienes curiosidad por usar una de estas hachas o espadas? –Preguntó Naeru al ver mi falta de interés en los imaginativos relatos que profesaba cada vez que otra filosa arma tomaba.

– No, tengo dos espadas en mi casa…

– ¿Tienes espadas en tu casa? –Preguntó Naeru. Sin embargo yo estaba perdido en mi propia sorpresa. Estaba impresionado, inconcientemente había recordado algo sobre mi vida. Era insólitamente nuevo y sorpresivo ¿Por qué había recordado sobre las espadas y no cualquier otra cosa? ¿Sería que la torre desencadenara sucesos parecidos y por eso era tan misteriosa? – ¿Hola? –Preguntó Naeru mientras agitaba su brazo frente a mi cara. – ¿Hay alguien allí?

– ¿Qué? Ah si… eh… perdón… me perdí porque… ¿De donde vino ese recuerdo?

– ¿Qué recuerdo?

–El de las espadas… No había recordado nada desde que llegué aquí… ––Dije pensando en las dos espadas chinas idénticas que tenia en mi hogar, ambas con letras chinas en un lado de la hoja y un dragón del otro lado. La funda de imitación de piel de serpiente y el mando dorado con recubrimiento de la misma imitación de piel de serpiente.

–Es verdad… ¿No recuerdas nada aún? –Preguntó Naeru encogiéndose de hombros

–Nada en absoluto… Nada aparte de las espadas… –Dije cerrando los ojos tratando de concentrarme…

– ¿Por qué repentinamente recordaste las espadas?

–Quizá sea la presencia de espadas en este extraño lugar… –Dije haciendo la imagen de las dos ligeras espadas en mi mente

–Concéntrate… talvez puedas recordar algo mas...

–Eso trato de hacer, pero sigues hablando…

–Perdón…

–Recuerdo que una es mía… Pero la otra… no se de quien es… Recuerdo que colgué la mía en una pared… una pared verde… no, no verde, azul… azul… –Decía mientras imágenes vagas y fugaces venían a mi mente y luego escapaban rápidamente –También recuerdo que… ¿Qué rayos estas haciendo? –Dije después de abrir mis ojos y ver a Naeru algo lejos empujando un pedestal de piedra que aparentaba ser muy pesado.

–Ah pues… Hay algo debajo… Ayúdame a empujarlo. –El pedestal resultó ser mucho mas pesado de lo que dejaba ver a simple vista, pero con esfuerzos lo movimos y encontramos una hermosísima espada diferente a las demás… era exactamente igual a uno de los símbolos en el suelo, exactamente igual a uno de los símbolos de la puerta…

Era completamente negra exceptuando su filo que era blanco, curva como espada persa, parecía usada por las abolladuras en la hoja, pero nueva por como se reflejaban nuestras caras en la hoja.

Naeru tomo la espada y salió del agujero de un salto.

– ¡Tus entrañas serán esparcidas por esta hoja!

–… ¿Tienes que decir una frase de esas cada vez que tocas una espada? –Dije después de lo absurdo que su frase había sido…

–No puedo evitarlo… Es que me encantan las espadas… Y esta en especifico, es perfecta, como si el mango se adaptara a la palma de mi mano y la longitud de la espada fuera la adecuada para mi cuerpo –Dijo mientras la blandía por los alrededores… –En serio… Es perfecta… debes usarla…

–Bueno, préstamela… – Dije extendiendo mi mano hacia él. Caminó un poco hacia mí y luego se detuvo.

– ¿Recuerdas que te hable de un tipo al que le llaman Caos? –Dijo bajando la cabeza…

–Si –Respondí en voz baja admirando su extraña reacción.

–El estaba buscando algo llamado “Arma Suprema”… ¿Crees que sea esto? –Dijo aún cabizbajo.

–Podría ser… –Dije sin entender su radical cambio. –Mira, eso ya no importa, ahora vam…

–Una vez oí que Caos mataba a todo el que lo traicionaba de una manera inimaginable. –Dijo Naeru rápidamente interrumpiéndome. –Y sé que va a venir por mí.

–Pero tú no lo traicio…

–Si lo hice. El me trajo hasta acá sin que yo tuviera conciencia y luego me obligó a ayudarlo a matar gente y a… a hacer cosas horribles… Después un día me dijo que vendría a esta torre a buscar la… la… Y me dijo que no me fuera… Y entonces fue cuando me escapé y encontré la bodega. Después de un tiempo encontré a un hombre que me dijo que vendría un convoy… Luego el hombre amaneció muerto, así que corrí pensando que el lo había matado. Y luego te encontré a ti… Y pensé en llevarte a el como ofrenda de perdón… o para lo que fura… Y como no lo encontramos allí, te di la idea de venir a la torre para encontrarlo aquí…

–Pero cambiaste de opinión ¿No? Me dijiste todas estas cosas por algo… Y la idea de la torre yo ya la tenía desde antes… No te preocupes… –Luego Naeru levantó la cara, se estremeció y dejó caer una lágrima por su mejilla… – ¿Estas…? –No terminé la pregunta porque comenzó a susurrar palabras incomprensibles. Luego extendió hacia atrás el brazo con el que sostenía la espada.

Sin previo aviso, Naeru comenzó a tirar golpes con la espada hacia mí mientras yo, uno a uno, los esquivaba... Comencé a saltar retrocediendo mientras me iba acorralando hacia la pared interior de la torre… Era obvio que Naeru ya no era la misma persona, su mirada no era la misma, ni su actitud, ni sus movimientos. “Debe ser la torre. La torre lo hizo confesar al igual que a mi me hizo recordar, y después lo hizo cambiar, lo manipula. Esta poseído”

– ¡Naeru no me obligues a…! –Mis palabras fueron interrumpidas por el hecho de que había golpeado la pared. No quería morir, y era él o yo, tenia que hacerlo. Jalé el gatillo.

Naeru salió despedido por el aire hasta caer a varios metros de distancia después de que el disparo golpeo de lleno en medio de su pecho. Aún se mantenía respirando, como si el tiro no hubiera penetrado su piel.

Di un paso aterrado…”No puede estar muerto. Yo no soy capaz de matar a nadie”
Desde mi niñez pensé que yo nunca sería capaz de matar a alguien, que simplemente no tendría el valor de hacerlo por mano propia, que preferiría morir antes que matar. Pero ahora me había demostrado a mi mismo que eso era mentira, lo cual me llevaba a pensar que era parte de lo que estaba haciendo la torre sobre nosotros, además de las visiones que había tenido al entrar “Quizá fueron para prepararme” También cabía la posibilidad de que él no hubiera muerto por obra de la torre…

Cerré los ojos y tome un respiro profundo armándome de valor “La torre hará que él no muera” Mi miedo lentamente consumía mis pensamientos al ver que el movimiento que poseía, y que aparentaba ser respiración, había cesado. La sangre comenzó a escurrir por el pulido suelo y a esparcirse lentamente. Mi corazón se detuvo con el pensamiento “En verdad está muerto”… “¿Qué he hecho?” “No puedo creerlo… yo no puedo matar… no pude haber sido yo… ¿Qué me pasó?... Es la torre…”

Llegué hasta donde se encontraba su inerte cuerpo con el pecho ensangrentado... Estaba allí tirado muerto entre las armas con las que hacia unos momentos había estado jugando… “¿Lo habría hecho solo para que yo lo matara y no pudiera matarlo Caos?”

Mi cara se iluminó con ilusión cuando su mano derecha comenzó a moverse alrededor como si buscara algo. Pero mi pensamiento cambió cuando su mano alcanzó la pistola que tenia escondida en la pierna, rápidamente se levantó y me apuntó con el arma. Pero antes de que él pudiera disparar, cerré los ojos sabiendo que esta vez no podía fallar en matarlo y disparé.

Su sangre golpeó mi rostro y se desparramó varios metros en la habitación. Una parte pequeña de su encéfalo permaneció dentro de lo que quedó de su cabeza mientras el resto voló y cayó lejos de él. Ahora no cabía duda de la realidad, no podía estar mas muerto de lo que ahora estaba. Y yo lo había matado. Era inconcebible.

–Sin duda esta espada es hermosa… Ahora entiendo porque tenían tanto interés en ella… –Una voz detrás de mi. –Y no te preocupes, si está bien muerto… Ahora lo está… –Un hombre joven y blanco con ojos claros, pelo corto, facciones finas, voz grave pero suave, y una gabardina blanca cubriéndolo por completo sostenía la espada que Naeru había sacado del agujero debajo del pedestal y que había caído cerca de la puerta cuando el disparo golpeó a Naeru.

– ¿Quién eres tú? –Pregunté al verlo.

– ¿Qué importa? ¿No sientes algo de dolor por ver a tu amigo muerto? –Dijo calmado sin dignarse a mirarme por estar muy interesado en la espada. Sin pensarlo dos veces apunté la escopeta directo a su cabeza y disparé.

–Te reto a que trates otra vez. –Dijo desde el barandal de uno de los balcones del piso superior. “¿Cómo demonios llego allá arriba?

– ¡Baja tus armas ahora o disparo! –Grité pensando que lo intimidaría y conseguiría un mejor resultado que el anterior.

–Solo lo haré porque me lo pides de esa manera tan amable –Dijo sarcásticamente. Dejo con cuidado la espada en el balcón y luego sacó una pistola de su cinturón y la lanzó detrás de mi.

–Ya no tengo armas. ¿Ahora me permites unas palabras?

–Habla.

–Gracias. Estoy seguro de que llegaste hasta aquí sin una idea de cómo, con una excesiva o completa falta de recuerdos y con mucha confusión. –Dijo mientras se sentaba en el barandal del balcón. –También se que buscas respuestas a muchas preguntas que te han surgido desde que llegaste hasta ahora… Como ¿Quién es… o era Holf Naeru?, ¿Qué es este lugar? ¿Por qué esta torre es tan… blanca? Etcétera, etcétera… Y yo te puedo contestar a todas esas preguntas. Y muchas mas que se te ocurran… Puedo contarte sobre tu familia…

– ¿Qué tiene mi familia? –Pregunté rápidamente sin dejar de apuntarlo con la escopeta.

–Nada… Nada. Solo decía… ¿Sabes que no hay necesidad de que me apuntes con esa cosa verdad? Igual a esta distancia sería imposible que acertaras… –A pesar de que tenia razón, yo no bajaría el arma, ¿Y si se acercara repentinamente? Un silencio incomodo se apodero de mi, mientras pensaba en sus tentadoras ofertas, pero no podía aceptar mientras no me dijera que era lo que buscaba a cambio. – ¡Ah! ¡Pobre Holf! Estaba tan perdido… Pensaba que las espadas son hechas de plomo… – Dijo el hombre cambiando a un tono preocupado.

–No cambies de tema… ¿Qué es lo que pides a cambio? –Grite agresivamente.

– ¡Ah! Pero es obvio… ¿Cómo pude imaginar que eras tan ingenuo? Claro, claro, nada en la vida es gratis… Lo único que te pido es que me sigas… Yo seré algo así como tu maestro… –Dijo con una sonrisa en la cara y una mirada soñadora. Luego su semblante cambió y se hizo preocupado. –Este mundo es… cruel y despiadado… Es un lugar horrible para vivir. O siquiera para pasar. Está siempre lleno de guerras y de… –Su semblante volvió a cambar pero esta vez a una cara con entusiasmo. –Si te me unes podríamos llegar a lugares hermosos y ciudades inimaginables. Te costaría un poco de trabajo aclimatarte al principio, pero con el tiempo, podrías incluso conocer la verdadera realidad. Imagínatelo… –Se produjo un silencio en el que el miraba el vacío con la misma mirada soñadora y la misma sonrisa ilusionada.

– ¿Qué ganarías tú?

– ¿Yo? Nada mas que un buen aprendiz. En estos días es… muy difícil encontrar un buen aprendiz… Hay una guerra allá afuera… Y ¿Qué no daría yo por tener un buen aprendiz? Uno con el potencial suficiente… Uno con tu potencial. Uno que no haya muerto aún. Uno que no haya sido tomado por el otro lado…

– ¿El otro lado?

–El otro lado… O… Los del otro bando, de la guerra…

–Entiendo. ¿Cuál es su nombre?

–Para decírtelo primero necesito tu respuesta… –“Esto no suena a persona confiable”

–Esta bien, acepto –Dije bajando el arma.

–Perfecto –Respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

–Ahora… ¿Cuál es tu nombre?

–Mi nombre es Zaro, con zeta. Pero todos me llaman Caos. Me gané ese apodo porque mi madre siempre decía que yo era un caos frente a mis amigos y… –Mi mirada se desvió hacia el cadáver de Naeru. Y recordé lo que me había dicho sobre él. –…Supongo que Holf te habló de mí. Verás lo que él te dijo eran solo… –Paró de hablar cuando vio que volví a apuntarle directamente.

–Cambié de opinión…

– ¡Oh! pero ¿Por qué? –Dijo desilusionado. –Bueno pero… ahora que sabes mi nombre… No tengo mas remedio –Prosiguió en tono de resignación mientras se ponía de pie en el balcón. Tomé mas fuertemente la escopeta y comencé a apretar un poco el gatillo para estar listo cuando se acercara. Pero estaba desarmado, no podía hacerme ningún daño.

Colocó sus manos mostrándome sus palmas con los brazos bien extendidos hacia mí. Luego hizo un ademán como si estuviera empujando algo en el aire. Una fracción de segundo después fui violentamente empujado hacia el suelo, en el momento en el que mi espalda golpeó el suelo, la escopeta se escapó de mis manos y golpeó la puerta de la torre abriéndola un poco.

– ¿Ahora quien esta desarmado y quien no? Dijo Zaro parado a menos de dos metros de mí sosteniendo la pistola que había lanzado apenas hace unos momentos. –Pudiste pasar de largo las advertencias de Holf y llegar a ser el más grande de todos… ¡Pero tenías que escucharlo! ¡Tenías que decir que no! Eso fue… Un suicidio… –El arma de Zaro salió despedida por el aire. Al instante muchísimas balas provenientes de varias personas con vestiduras negras de equipo táctico comenzaron a estrellarse en una invisible barrera esférica que rodeaba a Zaro. De un salto llegó hasta el balcón donde antes estaba y tomó la espada.

–Esta vez es tuyo Erika, pero será mío. Tú lo sabes. Es el destino, no lo puedes cambiar. Él vendrá a mí tarde o temprano… Y dile a Absa que lo veré pronto… –Dijo mientras se giraba.

– ¡Bastardo Infeliz! Susurró la única mujer que había en el equipo, después de dejar de disparar. Pelirroja y fuerte, de buen cuerpo, ojos cafés y voz madura. –Tu vienes con nosotros –Dijo tomándome por el antebrazo.

– ¡Yo no voy con nadie! –Grité zafándome de su mano. – ¡No hasta que alguien me diga que demonios sucede aquí!

– ¡Oh si vendrás!


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20 de diciembre de 2007

¿Sabes porque se suicidan las hojas amarillas de los arboles?

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El Valor de la Inconciencia

El Valor de la Inconciencia

¿Qué se hace cuando se pierde la noción de la realidad?

¿Qué se hace cuando se es obligado a negar la verdad y a prestar atención al presente?

¿Qué se hace cuando te enteras de que un se querido ha matado a alguien a quien amabas? ¿O cuando alguien que amas ha matado a un ser querido?

¿Qué se hace cuando sabes que estas obsesionado y no puedes frenarte?

¿Qué se hace cuando el veneno que corre por tu sangre olvida matarte rápidamente?

¿Qué se hace cuando todas estas preguntas son literales y no poéticas?

¿Qué se hace cuando la desesperación te lleva a un punto ciego?

¿Qué se hace cuando la caída te introduce en una cinta virgen de sonidos relajantes?

¿Qué se hace cuando se encuentra la mentira entre las verdades? ¿O la verdad entre las mentiras?

¿Qué se hace cuando no se sabe lo que se hace?

¿Qué se hace cuando se comete un error y haces sentir mal a alguien que no quieres?

¿Qué se hace cuando eres brutalmente asesinado y despiertas al día siguiente?

¿Qué se hace cuando las preguntas te hacen perder el control?

¿Qué se hace cuando la roca del cielo no se va?

¿Qué se obtiene cuando se pierde todo? ¿O que se pierde cuando se obtiene todo?

¿Qué se busca cuando se navega de lado a lado a diario?

¿Qué se entiende cuando en completa confusión te encuentras?

¿Qué respondes cuando las preguntas son veloces?

¿Qué será para siempre colorido?

¿Qué es una pregunta? ¿Qué es una respuesta?

¿Qué tiene el sueño que es tan placentero?

¿Qué muestra el lobo en tiempos de otoño?

¿Qué baladas canta la luna al famélico cuervo?

La verdad será real una vez que hayas encontrado tu sol.

Las palabras innecesarias mientras se corre.

Insaciables deseos de perdón.

Siguiendo un sólido pedazo de ilusión.

Se acaban las palabras

Se acaba el silencio.

Lentamente levantándose en proceso azaroso de dolor.

Una foto de dos caras felices

Seguirá lastimando

Seguirá rasgando

Destruirá el lamento.

El primer paso de la curación

Una cueva subterránea

El segundo, un laberinto

Los demás indescriptibles.

Al final no se obtiene salvación

Si no hay verdadera reivindicación.

Dejando el silencio

Se debe expresar lo debido.

Se debe afrontar completa soledad

Para la relativa comprender.

Hay un abismo eterno

Entre la verdad y el perdón.

Ellos no tienen relación,

No tienen conciencia ni dolor.

Dejando de lado la opresión

Se puede encontrar el valor.

Valor para afrontar el destino,

Valor para el destino entender,

Valor para el destino abrazar,

Valor para ser… el destino mismo…


Dedicado:

  • A Shiny (Perdona mi Inconciencia)
  • Al Inocente niño que fue olvidado... (Yo no te olvidaré)

18 de diciembre de 2007

La Estrella Parpadenate

La Estrella Parpadeante


I. Día y noche


Oscuridad a luz

El sol lentamente asoma su tez compartiendo calor a toda la faz de la Tierra.

Una vez más cuando el sol me mira con sorpresa descubriendo que yo lo estaba esperando en mi silla colocada frente a mi hogar.

Los días han pasado todo el mes, conmigo mirándolos volar. Ahora estoy conciente de que la noche es larga y el día corto. Y mirando siempre este paisaje, lo único que a mi mente viene, es seguir viendo, seguir esperando.


Luz a oscuridad

Ya viene la noche una vez más… La luna me saluda otra vez… veo las estrellas venir con lentitud y me alegro al ver a mi estrella en el cielo…

Fulgor comparte a las demás… Algunos dicen que esta muriendo y por eso su luz no es constante. Pero yo sé que lo hace para llamar mi atención, para que, cada vez que el sol vuelva a dormir, yo la pueda reconocer…

Admirar el tiempo no es algo bien visto en estos días. Es algo que pocos logran entender, o apreciar.

Como también pocos aprecian escuchar el viento, o pintar otras realidades.


Oscuridad a Luz

Las estrellas se despiden llevadas por la luna cuando el sol retorna al Este y, bañando mi orgullo, calienta todo lo que ilumina... Ahora vuelvo a sentir que el día es largo y la noche es corta…

Quisiera quedarme por siempre en la oscuridad. Abrazar a mi estrella y poder tenerla una vez más aquí conmigo…

Pero veo claramente la condena que ha caído sobre mí: Estoy condenado a ver pasar la luz y la oscuridad, una y otra vez…

Todo cobra vida en el mundo. Con el sol todos salen disfrutan… Es la soledad una condena inseparable, es la soledad una bendita condición.


Luz a oscuridad

“¡Hola pequeña estrella! Te extrañé durante el día… ¿Por qué no te quedas aquí conmigo para siempre?”

En la ventana veo el reflejo de mi posesiva obsesión. Es mi estrella y yo soy suyo…


Oscuridad a luz

El sol sale de nuevo y proyecta sombras bajo todo lo que alcanza… Mi sombra me trae recuerdos de ese entonces en el que mi estrella estaba a mi lado, y me suspiraba al oído al tiempo que yo la besaba.


Luz a oscuridad

El sol se va y con él se van también las sombras. Todo está en oscuridad y no veo mi dolor. Nada duele junto a mi estrella…

Pero veo claramente la condena que ha caído sobre mí: Estoy condenado a pasar de la luz a la oscuridad, una y otra vez…




II. Perdido

He mirado hacia el cielo y no he encontrado a mi amada estrella. ¿A dónde has ido pequeña? ¿Era verdad que estabas muriendo?

Los recuerdos sobre mi estrella comienzan a fluir lentamente fuera de mi cabeza, trato de detenerlos pero es muy fuerte la corriente.

Tantas cosas que juntos pasamos tienen que tener algún significado aparte del de amarte ¿Dónde estas estrella mía?

El flautista de las noches ha retirado las nubes del firmamento y ahora también la luna ha escapado ¿En realidad te has ido?

Sin mi estrella ya no tiene sentido vivir. Me encariñé de ella y ahora dependo de ella para subsistir… Sin ella podría morir ahogado en lágrimas y en dolores.

No encuentro mi salida o mi entrada. No entiendo como llegue aquí. Si no estas aquí, yo no quiero estar aquí tampoco. Sin ti las noches están llenas de sombras y la oscuridad ya no es mi amiga, la luz del día me molesta y el sol calienta mucho mi piel, las noches son frías y las semanas son eternas…

Sin ti, el sonido de mis pasos está hueco. Sin ti el canto de los pajarillos es doloroso. Sin ti la gente no me mira. Sin ti no hay sentido o dirección. Sin ti me muero en este valle de tristeza.

Tú eras mi ilusión y todo mi valor. Ahora que te has ido, estoy luchando por seguir. Me han encomendado “el vivir”, pero “el vivir” es lo que yo no quiero…

Pero veo claramente la condena que ha caído sobre mí: Estoy condenado sentir pasar la luz y la oscuridad, una y otra vez… Sin ti…



III. Luz y oscuridad.

Sé que estas allí. Sé que no puedo verte, pero puedo sentirte y sé que tú puedes oírme… Este es mi hogar, el tuyo se ha trasladado junto contigo… Te he extrañado mucho… Encontré ciertas cosas que hacer durante tu ausencia. Sé que no vas a volver y que yo puedo caer en un diferente lugar…

Te fuiste solitaria y repentinamente. No me preparé para perderte y no tenia idea de lo que podía suceder… Si pierdo el paso al que voy, puede que nunca me recupere de la perdida…

Cúbreme con tu luz estrella mía, y no tendremos porque estar solos nunca… Entra en mi alma y llénala de tu fragante presencia. Hazme sentir tuyo una última vez… Te mostraré que aún puedo yo amar…

No puedo cargar con esta vida…

Pero yo también puedo cambiar…

Pero veo claramente la condena que ha caído sobre mí: Estoy condenado a ser la luz y la oscuridad, una y otra vez…



IV. Dudosa Posibilidad

Solo respóndeme una sencilla cuestión. ¿Me estas enviando un mensaje, por medio de otra estrella?

Pero veo claramente la condena que ha caído sobre mí: Estoy condenado entender a la luz y a la oscuridad, una y otra vez…

17 de diciembre de 2007

La Roca Del Cielo

Después de leerlo se preguntarán porque lo titulé “La Roca Del Cielo”… O quizá se pregunten porque hay la misma nota al principio del escrito y al final de este… La respuesta es exactamente la misma de porque el penúltimo párrafo no hace referencia a un desconocido (él) o a mi mismo (yo)… La pregunta más que nada es… ¿Por qué fue tan fácil?


La Roca Del Cielo


¿Quien podría notar alguna vez el mareo que el sueño me trae?

¿Quien podría entender lo que siente mi ser?

¿Quien podría saber que mi alma ocupa la silla del tormento?


He notado el desaliento que siento cada vez que un escrito de este tipo escribo, pues caigo en cuenta de que en todos siempre hago preguntas incomprensibles, en cada uno repito cosas que la gente ignora y que si leen, pasan de largo. Es mi esfuerzo lo que cae al suelo en cada momento al escribir. Es una acción por desahogo, por gusto, por simple y puro odio.


Por fin he encontrado algo en lo que me puedo inspirar para sentir lo que siempre quise sentir. Es una cosa que está hundida en mentiras y en dolores. Encontré al fin algo que inspira asco y lastima a la vez. Algo que cualquier persona odiaría. Me topé con algo que cualquier persona conciente eliminaría de la realidad. Mi propia vida. Mi vida da asco y lastima. Mi vida esta hundida en mentiras y dolores. Cualquier persona odiaría tener mi vida. Cualquier persona realmente conciente, eliminaría una vida como la mía del mapa…


Odio Mi Vida.


Que inmundicia es la verdadera traición que abunda en este pensamiento. Da mucho dolor el saber que muchos estarían mejor en ausencia de mi presencia. Quizá al principio llorarían, por supuesto que no todos, pero con el tiempo se acostumbrarían y no solo los mejoraría un poco, sería algo como una experiencia para la vida. La muerte es parte de la vida. O… Es acaso que… ¿La vida es parte de la muerte?


Han destruido ponderadamente hasta mi último sueño e ilusión. Han mutilado con prudencia y cuidado hasta mi último dejo de felicidad. Han hecho de mi realidad una algarabía confusa llena de sentimientos productores de oscuridad. Odio a todas esas personas que han convertido mi vida en esta realista tortura, sin embargo no puedo evitar agradecerles. Agradezco a todo el que alguna vez me hirió de alguna manera, pues esas personas son las que me han llevado a este estado y después de todo me doy cuenta de la mucha razón que tiene ese dicho de “No se tiene conciencia hasta tocar fondo”, en verdad no es un dicho muy popular… quizá sea algo pesimista, pero cuando se llega a estados como este, se conoce realmente la verdad. Y la verdad es cruel…


Hay cosas simples en la vida de cualquier persona que hacen entristecer en ocasiones. Cosas simples como… ¿Por qué estoy explicando todo esto? Se que nadie que lea esto le va a importar una chingada la vida de los gusanos que los rodean. Sé a la perfección que este escrito es nacido del odio que le tengo a mi vida, a mi mismo y a lo que me rodea en general. Sé que cada persona que lo lea con conciencia y se considere mi amigo o algo similar, quizá se vean impulsados a poner comentarios como “no estas solo”, “yo te entiendo” y esos parloteos inútiles que jamás han servido para nada mas que para asquearme de mis situaciones vergonzosamente asquerosas y ver que cabe la posibilidad de que lo haga para llamar atención, lo cual me indica que soy aun mas patético y que estoy mas jodido que antes. Pero tengo una noticia para todo el que tenga una simple palabra de aliento: Jamás ha servido y no empezará a servir ahora. Por favor evítenme la molestia de tener que ignorarlos.


Continuando con el escrito que tanto desahogo me produce… ¡Que alguien me consiga un maldito
mapa de cómo llegar a algo que no sea la tristeza! Al parecer solo encuentro el claro camino a la desgracia y al desdén popular. ¡Véndanme jabón para la vida! Porque el numero de intentos que hago es proporcional a la mierda en la que me revuelco, ¡Y es mi propia mierda! Alguien consígame una flecha que no valla hacia abajo… y no vale el argumento de que mis cejas apuntan hacia arriba porque eso me bajaría mas la autoestima (si eso es posible…).


Estoy harto de leer cosas como estas y saber que son escritas por la misma persona que las lee. Son escritos mediocres y sin sentido. Son solo palabras desesperadas. No vale la pena desvelarse hasta las dos de la mañana solo para saber que tan mediocre y ciego soy. Porque es verdad, este escrito es mediocre, basura. Y lo que es mas preocupante aun es que puedan existir personas que en estos momentos estén pensando “¡Mierda, es cierto!”…


He tomado varias veces la decisión de no ser afectado por las estupideces que suceden en mi vida. ¡Pero soy incapaz! ¡Soy simplemente insuficiente! ¡No puedo hacer lo que quiero! El libro del alquimista se equivocaba muchísimo al afirmar que cuando algo se desea realmente, todo el mundo conspira para que se realice, es simplemente mentira ¡Mentira! He intentado ser feliz… He intentado olvidar… He intentado… ¡Amar incluso!, pero es completamente inútil. Yo lo sé… Esas cosas no son para mí…


Pienso que debería tratar de investigar si otras cosas si me acomodan…

Porque las que he tratado no han servido…

Quiero intentar saber si la muerte me acomoda…

Pero si no me acomoda… no tenderé oportunidad de tratar otra cosa…

Y no sé si quiera tratar otra cosa…

No sé si quiera otra cosa que no sea la muerte…

Triste… Muy Triste…


Telaraña

Dulce telaraña

Lisa telaraña

Gran telaraña

Amada telaraña

Fría… Fría telaraña…

¿Para que vive la araña sino para su telaraña? ¿Qué tiene la araña si su telaraña ya no esta?

Bueno es que las arañas pueden construir otra telaraña…



Estaba en la cama sangrando. En las sabanas desgarradas se escurría lentamente el rojo elixir del dolor.

Había un libro sobre la mesa de noche: “Formas de Sentir”.

La lámpara junto al libro hacia que las gotas de lluvia, que por la ventan discurrían, reflejaran puntos de luz dentro de la habitación.

Todo se llenaba lentamente de humo al tiempo que la puerta de madera hacia ignición, incinerándose hasta el polvo, las llamas ya se empezaban a esparcir hasta el techo.

Tenía en la mano izquierda una jeringa con restos de letal veneno de serpiente. En la derecha un arma de alto calibre con siete cartuchos para asegurar el objetivo.

La daga en el estomago hacia fluir el crúor por la cama que luego se desparramaba por el piso de madera.

No existía forma más cercana de llegar al superfluo objetivo que tenía en mente…

Con una lágrima cayendo por la mejilla… Sabía que el destino no permitiría que llegase a la muerte…



Aún indago sin encontrar respuesta alguna… ¿Era yo realmente quien pasó por eso… o solo me lo imaginé?... De ambas maneras es triste… y aunque haberlo imaginado apoya la suerte y la vida para algunos… Es aún más triste el no haber podido lograr el objetivo principal…

¿Soy tan inservible que ni siquiera puedo lograr morir?



Después de leerlo se preguntarán porque lo titulé “La Roca Del Cielo”… O quizá se pregunten porque hay la misma nota al principio del escrito y al final de este… La respuesta es exactamente la misma de porque el penúltimo párrafo no hace referencia a un desconocido (él) o a mi mismo (yo)… La pregunta más que nada es… ¿Por qué fue tan fácil?