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Memoriasencadenadas

24 de abril de 2008

Amantes Delirantes

Amantes Delirantes es la poesía que en Lite declamaré. Así que creo que parte del credito va para Andrés Nuñez... ¿Que más puedo decir sobre Amantes Delirantes? Solo que me gustó mucho hacerla y que espero que, al igual que yo, la disfruten en grande.


Amantes Delirantes


He olvidado tu aroma.
Hermoso era tu calor.
Pero no tuve el valor.
De seguir con este amor.

Ya, la verdad, se asoma.
Errores he cometido,
Pero nunca he sentido,
Uno, cual este ha sido

El cuchillo, tu ya sabrás,
Que por haber tanto amado,
Y por haberme olvidado,
Quedará en ti clavado

Venganza tu no cobrarás.
Pues tu cuerpo ha sufrido,
Tu vida ya se ha ido,

Tu alma he destruido.

Tu ser destroza mi dolor,
Mi cuerpo niega mi sufrir,
Mi alma abraza el sentir.
La poesía, es parte de vivir.

Vida entera en el amor
Embellecida vi pasar.
Ahora dejo de buscar,
Mi dolor quiere descansar.

Salvador Padilla Rangel


18 de abril de 2008

Antes de Soñar

Antes de Soñar

Comentarios un año atrás.

-Hola cama. Creo que tendremos otra calida conversación. No prometo no llorar, pero haré lo que pueda por no hacerlo…


-¿Cómo te ha ido…? Espera… Eres una cama… No puedes contestarme. ¿Qué dirías si pudieras contestarme? Bueno supongo que no importa ya que no puedes, así que calla y escucha lo que tengo que decir.


-No sé que tengo que decir… ¿Lo olvide acaso? No lo creo. Creo, más bien, que no quiero llegar tan pronto al grano. Así que comencemos contándote alguna historia graciosa… uhm…


-El otro día fui a su casa y él no estaba… Sabes de quien hablo ¿No? Claro que sí, eres mi cama, sabes todo lo que quiero que sepas. Bueno, como decía, fui a su casa, y como no estaba, intuí que estaría con aquellas personas que algún día llegué a conocer. Creo haberte platicado de aquellas personas en alguna ocasión.


-Me dirigí hasta el viejo almacén a solo algunas cuadras de su casa, lo cual es bastante curioso, y entré por la puerta donde siempre entraba. Los visualicé dentro de la oficinita platicando, pero ellos no me vieron. Me escondí entre las cajas y me acerqué para escuchar la conversación. Le explicaban tecnicismos y cosas básicas que debía saber antes de hacer cualquier cosa, para no cometer algún error estúpido.


-Luego me paré y abrí la puerta. Los salude. Todos se pusieron muy nerviosos, excepto León. Les pregunté que qué hacían y ninguno de los cuatro respondió. Después volví a preguntar y el pequeño que estaba en una silla en medio de la habitación contesto. Me dijo que no me metiera, que no era de mi incumbencia, me insulto y luego me preguntó el porqué de mi visita.


-Ignoré su pregunta y… pues, por medidas no muy éticas, pero sin nada de agresión, les hice decir la verdad. Estoy casi seguro de que ellos solo lo quieren por algo que no es real. Y no se si ellos se lo creen o no, pero… él pequeño es como mi hijo, mi hermano y mi amigo al mismo tiempo, no puedo dejar que… esté con estas personas.


-Después de un rato de conversación fuerte pero no agresiva, accedieron a que me lo llevara. Y eso hice. Me sorprendió que ninguno estuviera armado.


-En el camino a su casa, me preguntó el porqué de mi intervención. Y cuando vio que no le respondí, siguió preguntando. Hasta que llegó a la pregunta del millón de dólares “¿Qué pasó ese día?” Y nunca le puedo contestar esa pregunta. Me la ha hecho miles de veces y siempre me quedo callado y lo miro con ese… esas ganas de decirle… de que sepa lo que… y que entienda de una vez…


-Pero no quiero quitarle su oportunidad de descubrir las cosas… En verdad no se si sea eso, o es quizás que no quiero decirle por miedo a cambiar su forma de ser, su forma de pensar y… su forma de verme a mi.


-Te juro, cama, que hay muchas veces en las que… me pregunto si hay piel debajo de las ropas de aquellas personas. Solo se dedican a… la malicia y la destrucción. ¿En verdad hay un corazón entre sus costillas?


-Y veo como siguen y siguen haciéndolo y no hago nada para detenerlos. Debo ser aun peor que ellos, por no tener el valor de enfrentarlos.


-Oye cama… ¿Tu crees que… crees que soy una buena persona? Porque… yo no puedo decirlo… Bajo toda la pila de metales, recuerdos, electricidad y sentimientos que cargo… ¿Hay una buena persona?


-Hay veces que siento que pierdo el sentido del juego. Le pierdo la pista a la vida. No entiendo como seguir, ni como seguí alguna vez. Y es como perder el control de la tele, pero me desespero más y es más difícil encontrarlo.


-Y me deprimo y comienzo a navegar en cielos nocturnos llenos de explicaciones expresadas en falacias fraternales. Y no quiero ser la persona que seré. Yo quiero ser quien quiero ser.


-Estoy desesperado. Ya me harté de ir con todos y contra todos. Me harto de fingir, también yo ¿Sabes? Y me doy cuenta de lo patético que es este intento de desahogándome hablando con un objeto inanimado, pero aún así… Creo que no me queda mucho mas…


-Quiero detenerme. Quiero saber hasta donde he llegado, y dejar de seguir. Dejar de nadar contra corriente. Dejar de amar y de odiar y solo saber quien soy yo… Encontrarme a mi mismo y… y… Encontrar de nuevo las fuerzas para seguir… O las fuerzas para regresar o parar.


-Luego me vienen estas lágrimas ¡No prometí nada! ¿Te molesta que llore? ¡Pues no me importa! Porque son lágrimas puras… Lágrimas llenas de sentimientos… No son lágrimas vacías. Son lágrimas con amor y con odio. Son mis lágrimas y nadie me las va a quitar.


-Siempre quise ser música… Siempre quise volar… Siempre quise escribir… Y se que puedo… Puedo ser la música… Puedo escribir… Y puedo volar mientras hago esas dos cosas. Pero ahora quiero cantar. Cantar, dibujar, pintar, tomar jugo de uva, hablar, ignorar… Y ya no puedo… Mi pasado se aumenta a cada momento y yo quiero disminuirlo… No puedo olvidar nada ¡Maldición!


-¿Porqué no puedo ser yo el que vive? ¿Por qué tenemos que ser siempre los que recuerdan y olvidan? ¡Quiero perderme! ¡Quiero expresar! ¡Quiero poder gritar! ¡Quiero saltar! ¡Quiero dejar de decir las cosas que quiero! ¡Quiero respirar! Quiero… quiero… quiero querer estar mejor… Quiero extrañar mi última canción y saborear un juguete roto. Quiero aparcar en la soledad y solo dejar de ser, para formar parte de… de ese todo que hay en la nada… Quiero leer y escribir… Quiero muchas cosas…


-¿Por qué cama? ¿Por qué no pido estas cosas? ¿Por qué no lucho por ellas? ¿Por qué se que no lograré lo que quiero desde hace mucho tiempo? ¡No pido inmortalidad! ¡Pido ser alguien que no soy! ¡No es tan difícil!


-¿Valieron la pena aquellas semanas secas? ¿Valieron la pena las almas alejadas? ¿Valieron la pena los atardeceres fríos? ¿Valió… valió la pena seguir viviendo aquel día? ¿Vale la pena hablar aún cuando duele el sonido de mi voz? ¿Vale la pena acumular tantos… días? ¿Vale la pena preocuparse por alguien más? ¿Valen la pena estas palabras? ¿Vale la pena este nudo que me estrangula la garganta?


-Cuando camino por la calle siento que hay voces que me siguen, pasos a mi alrededor. Y la música… Tengo miedo de ver quien está detrás de mí, y solo miro con la esperanza de encontrar a alguien que me ame o que me odie. Pero cada vez que miro, solo hay alguien más que me ignora. Y después no se si detener mi paso o seguir, si solo debería tratar de nuevo, o de una vez terminar con todo esto. Y aunque hace calor, se siente mucho frío.


-Quiero… necesito un abrazo. ¿Me das un abrazo?


-¿Sabes cama? Aunque seas solo una cama… Sabes abrazar muy bien… Gracias.


-Quisiera que no fueras solo una cama.


-Buenas noches cama.

14 de abril de 2008

El Beso de la Conciencia

El Beso de la Conciencia


No salvaras a nadie

No tienes remedio

Sabes que es tu culpa

Es muy tarde para cambiar

Los matarás a todos

Es tu destino

Es el destino

Despierto y con los ojos bien abiertos. Aterrado, la verdad en mi cama duerme. La ventana habla de frío y el teléfono de soledad. Son tiempos de oscuridad. No queda nada que hacer: solo esperar.

No puedes llorar más.

No tienes esperanzas.

Esperanza es lo que te agobia

No cierres los ojos

Sabes que los matarás

Es tu destino

Es el destino.

Las noches son traicioneras. No tengo confidentes. La luna ya no sonríe y sobre el lago cae la nieve. El café quemado me acompaña. Las sabanas no me abrazan como hacían cuando estabas aquí. Ahora estoy solo.

No lo puedes entender

No trates de pasar

Es inútil esperar

No mires atrás

Tú los mataras

Es tu destino

Es el destino

La lámpara se ha descompuesto. La ventana se llena de bao muy rápido. El lago se ve muy solitario sin alguien con quien verlo. Me ha llegado una carta, alguien más murió. Si gritara… ¿Me escucharía alguien?

Nadie vendrá a ayudarte

Sabes que todo lo perdiste

Pero sabes la verdad

Tú sabes la verdad

Los matarás

Es tu destino

Es el destino

Otra noche sin descanso. Algo no me quiere en el sueño. Las tejas se han roto, debo arreglarlas en la mañana. Hace mucho frío ahora que estoy yo solo. ¿Qué son esas voces? ¿Me estoy volviendo loco, o solo es mi conciencia?

La oscuridad está dentro de ti

Sabes ver

No tienes que escapar

No hay escape

Debes matar.

Es tu destino

Es el destino

Esta muy oscuro. El vecino ha venido a verme y me dijo que me veía muy mal, pero yo se que no es cierto. He visto tu sombra en el pasillo, necesitaba que me visitaras. Muchas gracias. Compré cobijas nuevas.

Es eterno tu dolor

No debes llorar

No eres real

No tienes que llorar

Tú no los verás morir

Es tu destino

Es el destino

Arreglé tu silla favorita. Ya no hay nieve ni lluvia. Tiré el despertador a la basura, ya no lo uso. La puerta se abre sola a media noche, quien me visita no es muy sigiloso. Hace días que no duermo, ya perdí la cuenta. ¿Eran 16, o 17?

Tienes miedo

Debes oler la vida

Esta punzando en ti

Esta latiendo

Mata ahora

Es tu destino

Es el destino

Hoy estuve platicando con una niña, vino hace dos noches a verme. Es muy linda, pero creo que quiere algo que no le puedo dar. Hay manchas en las paredes y sangre en el baño. Ya no entiendo lo que dice en la etiqueta de las pastillas para dormir.

No hay calma

Te duele la verdad

No niegues tu realidad

Te cazaré hasta el final

Ya mataste… Una vez más

Es tu destino

Es el destino

Estoy desesperándome. Quiero dormir, necesito dormir. ¿Que era eso que te tenía que decirte? Olvidé que hacia frío y me enfermé. Hace varios días que veo el lago desde esta silla, por tu ventana favorita. Te extraño mucho.

Estás débil

La nieve no es blanca

El olvido no ayuda

Tu mente se perdió

Sigue matando

Es tu destino

Es el destino

No me he movido desde hace una semana. Vino alguien y rompió la ventana, no recuerdo si le hice algo. Me duelen los hombros y la cama se llenó de hormigas. Encontré sangre dentro de un armario. No se de quien es. Tengo tanto sueño

Vuelves a obedecer

No puedes ceder

No tienes como escapar

Es tarde para lamentar

Vuelve a matar

Es tu destino

Es el destino

Mi vecino dice que el perro se murió. Lo grita desde su ventana. Dice que sabe que lo veo y lo oigo, pero yo se que no es cierto. El espejo se quebró, ¿Como te voy a ver ahora? Tú me amabas ¿Verdad?

Hay alguien contigo

No puedes sentirlo

Puedes tenerlo

Vives muriendo

Debes matar

Es tu destino

Es el destino

Hay algo dentro de este cuarto, se que no he dormido, y que no puedo salir porque te dejaría a solas, pero hay algo… Ya no me acuerdo como me llamaba. Ni como te llamabas tú. Me voy a tomar todas las pastillas para dormir para ver si puedo dormir.

No hay suerte

No hay amigos

Ya te tengo

No morirás

Vives para matar

Es tu destino

Es el destino

No encontré las pastillas. Creo que el perro las escondió… Quizá el vecino, o la niña. El lago se ve negro ahora. El cuarto es muy pequeño. Una de mis piernas se quedó dormida desde ayer y no quiere despertar. Huele muy feo y no se porque.

Un tiempo más

No eres tú

Quieres huir

No puedes amar

Solo matar

Es tu destino

Es el destino

Algo me dijo que si no me voy, voy a enloquecer. Me voy a cambiar de casa… Pero primero tengo que dormir… ¿Me vas a seguir amando aunque me valla? Porque yo te amo… Yo te amo… ¿Por qué no me contestas? ¿Ya no me quieres verdad?

Estás muy solo

Nadie te perdonara

No trates de huir

Tienes sed

Eres adicto a matar

Es tu destino

Es el destino

He pensado en lo que te dije… Perdóname… No me quiero ir. ¿Cuáles eran las pastillas que me tenia tenía que tomar? Me hablaron del trabajo, me despidieron, dicen que no fui durante mucho tiempo, pero si fui, solo que no se acuerdan.

Estás atascado

Mueres por ser

Estas desesperado

Solo te queda matar

Solo te queda morir

Es tu destino

Es el destino

Tengo miedo, hay un monstruo en el closet. Se comió mi pierna mala, me duele mucho. Por favor sálvame. No quiero que pienses que no te quiero. Te amo… Por favor ayúdame. Por favor… ¿Estas ahí?

Es tiempo

Cierra los ojos

Un último sacrificio

Sabes que eres el mal

Solo faltas tú

Es tu destino

Es el destino

13 de abril de 2008

Aquel Bello Coma

Aquel Bello Coma





El dolor comenzó a surgir. Sabía que iba a morir, y que por ningún medio podría llegar a evitarlo. Mis piernas se doblaron, mis rodillas cayeron al suelo. Parecía todo muy lento, pero sabía que en menos de tres segundos estaría completamente inerte, tumbado en el suelo con el cuerpo destrozado. Completamente muerto.

Mi vista se puso un poco borrosa luego se aclaró. Oí un zumbido de mosquito que rápidamente pasó junto a mí. Una fuerza recorrió mi cuerpo estremeciéndolo. Un sabor a rosas en mi boca. Un olor a desechos en mi nariz.

Todo lo que estaba a mí alrededor desapareció. Todo se volvió negro. Y solo una figura masculina, se erguía frente a mí. Me daba la espalda, era alto y estaba cubierto de vestiduras blancas que irradiaban una luz casi asesina. Me lastimaba los ojos.

Mis piernas se contrajeron violentamente, caí de lado. Todos mis músculos comenzaron a apretarse. Temblaba. El zumbido volvió, acompañado de un sonido grave, ambos aumentaban rápidamente de volumen. Mi vista comenzó a temblar y a hacerse más borrosa. El olor regresó aumentado y más asqueroso que nunca. El sabor a rosas me invadió por completo. Empecé a sentir un calor intenso en el torso, y en el interior del cuerpo, como si fuego quemara por mis venas. En mis extremidades sentí un frío que solo podría experimentar bajo hielo.

Mis pulmones se negaron a seguir respirando. Sin embargo el olor ya estaba en mi. Por la fuerza de mis músculos, mis huesos comenzaron a romperse. Vomité. Empecé a sentir dolores de todos los tipos en todos los órganos en mi interior. Trataba de controlar mis manos pero estas no obedecían. La falta de oxigeno comenzó a desesperarme. Grité y seguí gritando.

Mis ojos parecían salirse de sus orbitas, no podía cerrarlos. Sentía que la completa oscuridad me tragaba, y aquel hombre dándome la espalda me encandilaba. Mis dientes se apretaban forzosamente rompiéndose mientras mi lengua trataba de bloquear mi garganta.

Mi columna vertebral se deformó, como si quisiese escapar de mi cuerpo. La cabeza me dolía como el infierno, tanto que sentía que en cualquier segundo estallaría. Una de mis manos arrancó una de mis orejas. El olor aumentaba drásticamente a cada momento, y justo cuando la pequeña parte de mí pensó que no podría ser peor, se puso realmente feo.

Mi piel comenzó a desgarrarse y a quemarse. Mi sangre comenzó a brotar de múltiples agujeros que ya tenía y otros que recién se hacían. Mis uñas se rompían y caían mientras mis manos desgarraban mi piel. Hubiese deseado no sentir si hubiese tenido una sola neurona que no estuviera sintiendo el intenso dolor que invadía todo mi ser.

Luego sentí la completa disfunción. Soledad, odio, desesperación, egoísmo, lujuria, bondad, aprecio, agresividad, locura, placer, paranoia, efervescencia, emoción, calor, excitación, ira, tristeza, coraje, angustia, muerte, impotencia, preocupación, amargura, felicidad, plenitud, alegría, indiferencia, pesar, nostalgia, ansiedad, nerviosismo, serenidad, sorpresa, admiración, desorintación, superioridad, egocentrismo, bajeza, venganza, incongruencia, pereza, volubilidad, furia, estupidez, soberbia, desesperación, extrañeza, vacío, aburrición, necesidad, incomprensión, gracia, humildad, ecuanimidad, valor, esperanza, miedo, fe, orgullo, vanidad, curiosidad, cólera, fuerza, sobreestima, debilidad, frío, aceleración, vida, dolor, amor, histeria total…

Los sonidos llegaron a ser tan fuertes que dejé de oírlos, pero no porque dejasen de sonar sino porque mis oídos estaban destrozados pero aun yo sabía que estaban allí pues mi cuerpo entero sentía las vibraciones. Mis ojos veían todo temblorosos, borrosos, encandilados, con manchas. No podía concebir un solo momento mas sin oxigeno. Mis piernas, brazos torso y cabeza daban latigazos convulsionantes. Ya no podía pensar, solo sentir.

Repentinamente todo se hizo mas lento, y entre vibración y vibración, entre convulsión y convulsión, tendido engarrotado llorando y gritando, pude ver como aquel hombre giraba y me veía. Era yo mismo.

Una gota de sangre cayó desde el pequeño agujero de bala en mi pecho.

Abrí mis ojos. Estaba en un gigantesco espacio. Flotando, y frente a mi toda mi vida. En imágenes, figuras, sentimientos, formas indefinidas. En muebles, en olores, en lluvias, en amores. En aparatos, en salud, en personas, en vidas, en olvido.

Todo era gigantesco, y seguía expandiéndose, alejándose de mí, para que pudiese apreciarlo al cien por ciento. Se movía muy lentamente. Todos los “hechos” se cruzaban y enrollaban, luego se separaban y tropezaban con otros.

Todo era claro y lúcido. Todo era fácil y casi perfecto. Todo se explicaba y se desenvolvía con extrema exactitud. Todo ahora aparentaba ser obvio.

Pequeños sonidos seguidos de dulces colores, jugaban con olores expresivos, mientras en completa quietud viajaban en la inconsistencia del todo.

Algunos recuerdos le tocaban la guitarra a las ventosas lluvias de mi futuro. Mientras algunos personajes brincaban de hecho en hecho tratando de no perderse.

Todo componía una rapsodia de calma en acelerados movimientos lentos. Numeritos gigantescos invitaban a las vidas a bailar. Y mas al fondo podía ver como la pena y la ternura sostenían una calida conversación, y después la inocencia, y el enamoramiento se les unieron.

Eran renglones y renglones de caos controlado y establecido. Hermosas partes horribles. Descripciones indescriptibles y etéreas. Líneas curvas de humo desvaneciéndose entre figuras e imágenes.

Conflagrándose momentos confabulados, hermosamente puestos en lugares impensables. El violento comprensivo tiempo pasado comiéndose el presente que espera que el futuro lo alcance.

Todo lentamente se detuvo. Todo se paró en su sitio y regresó a acomodarse en su sitio frente a mí. Todo inmóvil ante mi durante mucho tiempo permaneció hasta que un solitario pensamiento paso ante mi, luego un personaje lo siguió y así comenzaron todos a mostrarse frente a mi.

Y recordar…

“Se que lo hice para salvar a alguien” “¡No me importa morir, mientras esa persona viva!”

Todo hizo un giro repentino. Se paró y comenzó a temblar, se alejó y se alborotó, gritos y sangre… Luego durante el momento más corto todo se detuvo otra vez. Luego con increíble velocidad, todo pasó a través de mí. Todos los hechos, pensamientos, ideas, todo entero se amontonó y cruzó mi esencia violentamente. Cerré mis ojos.

Sentí gran dolor en el pecho y apreté fuertemente los puños. Oí vidrios destrozándose, y sentí un fuerte golpe en la espalda. Abrí los ojos, y la cama en la que me encontraba cayó al suelo. Los aparatos cayeron por todas partes a mi alrededor, y algunos se rompieron mientras otros mas profirieron ruidos intermitentes.

Respiré profundamente

-¡Doctor, despertó! –Oí mientras trataba de saber donde me encontraba, con los ojos encandilados. Me dolía la cabeza.

Un repentino shock invadió mi pecho. El mismo dolor que había sentido, pero mas débil y solo en el pecho. Empecé a temblar y a sudar frío. Traté de no gritar, pero no pude. Histérico apretaba los ojos y la boca (entre gritos) por el dolor. Abandonaba la capacidad de moverme a voluntad y coherentemente.

Eternos minutos después se detuvo. Me inyectaron algo en el brazo que no tenía yeso y me colocaron también una sonda. Era difícil pensar con los dolores de cabeza y la desorientación.

Tenía ataques cada diez minutos más o menos. Eran incontrolables, e impasibles. El doctor me dijo después, que había dormido durante once largos meses. También dijo que personas vendrían a verme en unas horas, después de observarme.

Odiaba estar completamente inútil, me hacía sentir impotente. Quería saber que había pasado con todos durante todo ese tiempo, y quería saber lo que había pasado justo después de que me interpuse en el camino de esa bala y esa amada persona.

“¿Por qué no me mató el veneno? ¿Por qué sobreviví si nadie jamás lo ha hecho?” me preguntaba a cada segundo, pero tampoco podía esconder la euforia que me producía haber sobrevivido.

11 de abril de 2008

Navegando por las calles del disturbio

Y publicar...


Navegando por las calles del disturbio





Por un tiempo… todo parecía real

¡Todo era real!

¿Era real?

La puerta cerrada tras de mí. Me siento en el suelo. No quiero abrirla. No quiero que se abra. Estoy encerrado, pero mejor aquí que allá afuera. Estoy desesperado.

Llueven ideas en el exterior, todo mancha mis ventanas. Trato de respirar, de sumergirme y seguir nadando, pero no hay aire aquí, no existe la salida.

Se ha ido ya. Creo que puedo seguir. No… ¡Entender el porqué es imposible! Cada vez que mire por la mirilla, estará allí, únicamente para atormentar.

¡Quiero caer de una vez! Poder gritar, poder llorar, poder soltar este nudo que destroza mi garganta. Quiero caer otra vez… soy solo el retazo de un mal sueño que alguna vez, alguien olvidó.

¿Y si aun está allí afuera? ¿Y si espera para que yo abra la puerta para entrar? ¿Y si es todo una trampa? ¿Y si no puedo pensar claramente? ¿Qué tal si tengo mucho para perder y nada para lograr? ¿O si tengo mucho para lograr, pero mi vida para perder?

¡No quiero morir! ¡Quiero seguir! ¡Quiero caer! ¡Quiero sentir! ¡Basta de la falsedad y la blasfemia! ¡Basta de las líneas trazadas en el aire! ¡Basta de vivir con este peso! Basta de vivir…

Hace años que no veo el mismo cielo. Hace años que no siento la misma piel. Hace años que veo como el agua es quietud, y no dolor.

Sueños es lo que es.

Sueños es lo que son.

Sueños sueño soñar.

Sueños son los que vivo.

Sueños son los que pido.

¿Por qué son tan difíciles las confusiones de palabras en combinaciones totalmente azarosas? ¿Qué es lo complicado en la simplicidad? ¿Por qué derrapan mis sentidos en volubles energías volátiles?

Sigo aun recargado en esta misma puerta. Sigo sin querer mirar. Sigo sin entender. Sigo temiendo temer. Sigo sabiendo que allá afuera, esa cosa se tragará todo mi espíritu y mi esencia. Sigo pensando que lo mejor es morir.

¿Cuándo cambió?

¿Qué cambió?

¿Quién llegó?

¿Quién me cambió así?

¿Qué me hizo reaccionar?

¿Por qué cada momento es uno diferente al anterior?

¿Por qué no olvido lo malo y no recuerdo lo importante?

Es solo un símbolo ¿No?

¿Qué es?

¿Por qué hoy?

¿Por qué no mañana?

¿Quién soy? ¡Lo he olvidado!

¡Me he perdido!

¿Dónde deje aquel escape tan sencillo que solo me pedía jalar de su gatillo?

¿Dónde olvidé aquellas palabras que de tanto me ayudaron a seguir?

¿Dónde guarde el llaverito con la llave de mi alma?

¿Por qué no dejo de recordar y de olvidar?

Desesperación… Debo buscar la definición de desesperación.

¡Sácame los ojos! ¡Quiero dejar de ver!

¡Córtame las manos! ¡Ya no quiero tu piel tocar!

¡Rómpeme las piernas! ¡No quiero caminar!

¡Destroza mis oídos! ¡Quiero olvidar tu voz de una vez!

¡Desgarra mi boca! ¡Tu sabor solo me atormenta!

¡Arráncame la piel! ¡Este frío es insoportable!

¡Machaca mi nariz! ¡Tu olor quiero ya dejar!

¡Destaza mis sentidos! ¡Quiero alejarme ya y seguir!

¡Envenéname! ¡Pues vivir es todo un asco!

¡Mátame! ¡Pues lo único que quiero es vivir!

Mátame ahora… Pues si no me asesinas ahora, jamás me perdonaré el haberte tratado de olvidar.

Por un instante… Todo esto fue hermoso…

Ahora solo queda el dolor al cual me volví adicto sin querer.

Es tiempo de ya dejar el dolor atrás…

¿Cómo dejar el dolor, si se ha vuelto mi vida?

La respuesta en mi interior yace.

Dejaré también la vida…

Inexplicable es est… ¡No! ¡No se que hago ni de que hablo!

Ya recuerdo sus bellezas… Ambas otoñales. Brillantes en aquellos febreros ventosos. Resplandeciendo dentro de mi, y dentro de si mismos. ¡Controlar lo que siento debo! ¡Pues de no ser así, el féretro visitar debo!

¡3! Ya ahora 3. El destino me ha deparado un 3. Y en un 3 debo terminar.

Me aburro haciendo lo que amo. Me encanta desafiar lo que debo desafiar. Tu muerte será muy bonita… Al menos hasta que se den cuanta de que has muerto.

¡Alguien sáqueme de aquí! ¡¡¡Ayúdenme!!! ¡Esta muy frío! ¡No puedo respirar! ¡Estoy muriendo aquí abajo! ¡¿Qué ya me olvidaron?!

Así es como las cosas deben llevase a cabo… Solo antidepresivos a diario. Dar uno para la locura, otro para la hiperactividad, otra para la tristeza, otra más para sostener las contracciones, y la última por si acaso trata de escapar…

Hola…

Veo que viniste una vez mas…

¡Lo dices como si yo te hubiese hecho algún daño!

Yo te quería decir que… tenías razón. No era una buena idea seguir con ello. Necesito ayuda.

¡Hablar con las personas solo agrava las situaciones!

Me encontré buscando situaciones de ese tipo. ¿Y que si me volví un maldito adicto al sufrir? Al menos soy un artista.

Encuentra tus propias cenizas y sabrás sobre la distancia que has recorrido…

¡Y ¿De dónde se supone que saque la maldita sonrisa?!

Pues del cielo, claro está.

Cúrame de querer.

Ayúdame a no volar.

Cúrame de sentir esto.

Ayúdame a rimar.

Cúrame esta herida.

Ayúdame a regresar por otro camino.

¿Qué sí me gustan los parques? Un poco.

Me quedo dormido en el somnoliento ruido de fondo que las voces ahora provocan. Ya no solo veo mi mente balanceándose, sino también mi exterior. Todo pende y todo siente. Es frágil. No soy yo quien está en apuros… No soy yo quien necesita ayudarse…

Pero… No quiero, entrar a mi casa un día, sentarme en el habitual sofá a escribir, y encontrarme con que hace años que no me pregunto sobre aquella persona que alguna vez amé como a un hermano o un hijo. Y después pensar… ¿Cuál es mi música favorita?

Desgastando mi vida así seguirá el camino. Y sin seguridad de la verdad, edificaré una vida siguiendo las estrictas reglas ya establecidas. Y alguna que otra vez romperé alguna de esas reglas, para divertirme.

Un 4 visita mi sonrisa en estos momentos… ¿Solo un numero? Quizá no para una persona complicada normalizada.

Tarde para seguir reflexionando.

¡Toca el piano!

8 de abril de 2008

Ahora

Mi escrito más corto quizá. Pero demuestra la determinación que pueden llegar a tener las personas. Amo escribir.



Ahora





Rabioso y sin aliento, hurgaba en cada escondrijo que encontraba de la casa. Ya había dejado cosas tiradas por todas partes y vaciado cada objeto que pudiese contener otros. La puerta principal se abrió.

-¿¡Pero que… Qué estas haciendo!? –Preguntó una mujer entrando con bolsas del supermercado.

-Busco algo –Contestó él secamente pasando frente a ella.

-¿Y tenias que voltear la casa patas arriba para encontrarlo? –Preguntó ella indignada.

-Pues aún así no la he encontrado. –Dijo secamente mientras buscaba debajo de los sillones.

-¿Qué estas buscando? –Pregunto al dejar las cosas que traía cargando sobre la mesa del comedor, el cual se desbordaba en papeles regados y cajas vacías.

-Algo. –Contestó el, y se fue a la cocina.

-Si pero… -Ella se quedo con las palabras en la boca hasta que lo alcanzó en la cocina. -¿Qué es ese algo que buscas?

-Una cosa. –Contestó él hurgando entre limpiadores, cazuelas, comida, algunos papeles, instrumentos de cocina, todo en el suelo. Ella se agachó y lo tomó de los hombros. Lo miró directamente a los ojos.

-¿Qué estas buscando? –Pregunto severamente

Él titubeó un poco, luego se puso de pie y le dio la espalda, pero no se fue.

-¿Recuerdas esa pistola que una vez compré para protegernos?

-Eh… ¿La que tardamos meses legalizando? –Dijo ella haciendo memoria.

-Si, esa. ¿Donde está? –Preguntó ansioso.

-Pues creo que la pusiste en una caja detrás de la lavadora vieja en la cochera… ¿Por qué? ¿Qué quieres…?

-Gracias –Dijo él interrumpiéndola y como bólido huyo a la cochera.

Llego a la puerta y allí ella lo alcanzó.

-¿Para que quieres la pistola? –Preguntó

-Para nada en especial –Dijo él evadiéndola. Esquivó el automóvil con la cajuela abierta que estaba parado junto a su cochera y llegaron a la cochera, y él abrió apresuradamente la puerta de esta.

-¡Dime! ¡¿Vas a matar a alguien acaso?! –Gritó ella.

-No creo que le importe, él quiere morir. –Dijo sacando la caja de atrás de la lavadora y abriéndola.

-¿¡Qué!? No espera… a ver… Tu… ¿A quien q…?... No voy a dejar que… -Titubeó ella. Él le puso balas en el cartucho y cargó el arma. –No vas a matar a nadie. ¿¡Que te pasa!?

-No, si lo haré. –Afirmó él.

-¿A quién? No puedes so…

-A mí –Lo interrumpió él. Se apuntó a la cabeza y antes de que ella pudiera reaccionar, él jalo el gatillo.

6 de abril de 2008

Fulfilled with Empiness



Fulfilled with Emptiness

La respuesta sigue justo aquí, 12 días después sigue la pista



Allá arriba en el cielo, incluso las luces son engañadas…
Aquí abajo en la realidad, incluso la oscuridad es traicionera…




[I. Lost & Found]

“Abrí mis ojos al mundo real” Pensó Taro. Su habitación permanecía completamente desordenada: objetos de todo tipo regados por el suelo, su televisión encendida en las noticias, todos los cajones vacíos, abiertos o hasta en el suelo, toda la ropa tirada en cualquier parte.

-¡Abrí mis ojos! –dijo emocionado. Una computadora completamente destrozada en el suelo, el librero con algunos libros aun en él, inclinado en un ángulo de unos cuarenta y cinco grados apoyado sobre la puerta, que por un cajón que hay entre ella y el marco no puede cerrarse.

Una gran sonrisa en su cara mostraba. Los lujosísimos sillones en su alfombrada sala, destrozados con la tela desgarrada y los resortes saliéndose, cada película en el suelo, la mesa de madera negra rota en medio de la sala. Vidrios por doquier, el fuerte viento entrando por las ventanas abiertas. Muebles en el suelo y papeles acompañándolos en la pequeña oficina junto a la habitación de Taro.

-A mis once años… -Dijo impresionado. La cocina, también con cada cajón y puerta vaciados, hecha un asco, llena de comida en el suelo, platos rotos, vidrios y diferentes objetos para cocina y limpieza. La puerta principal dando hacia el ascensor de los lujosos departamentos abierta de par en par, rota la perilla, la alarma desactivada.

Un colchón sin sabanas en el suelo de la habitaron de Taro, y Taro acostado sobre él, con las manos en la nuca y una pierna doblada pisando el colchón. Un iPod apagado sobre su pecho, y uno de los audífonos en su oreja derecha. Una gran sonrisa en su boca y esperanza infinita en su mirada.

Se puso de pie, miro por la ventana, treinta y seis pisos lo separaban del suelo. Encendió su iPod y puso algo de música. Atravesó el peligroso umbral de su puerta y se dirigió a su cocina. Tomo una lata de refresco del suelo y la abrió, dio un trago y dejó la lata dentro del abierto refrigerador.

Salió del departamento, oprimió el botón del elevador para bajar. El elevador debía subir muchos pisos, así que el sabría que tardaría mucho. No podía despejar su mente, llena de locos pensamientos, teorías, estaba muy excitado por lo que le pasaba y le pasaría. Después de tanto trabajo y tanto esfuerzo, tanta tristeza y desesperación, había conseguido una pequeña recompensa, y no la desperdiciaría. Repentinamente sintió tal alegría y emoción que la risa se apoderó de él, rió desesperadamente hasta las lágrimas hasta que el elevador llegó.

Entró en el elevador y oprimió el botón de planta baja rápidamente. Miró a la cámara… Sintió que había alguien mas allí, que ya no estaría solo nunca mas, que ahora podría escapar cuando quisiera y podría ser quien quisiese ser. Era imposible que esto le hubiese sucedido a él, no podía entender porque le había tocado a él exclusivamente, y sentía ganas de compartir lo que sentía con quien fuese que lo hubiera ayudado.

Recordó los momentos en su pasado en los que había llorado, en los que había decaído y no se había podido levantar, los momentos en los que no tuvo absolutamente a nadie para él, y la inmensa tristeza que había sentido en innumerables ocasiones. Ahora todo esto parecía alejado, olvidado, superado por sus ansias de seguir, por sus ganas de sobrevivir. Conmovido por su propio éxito, dejó escapar lágrimas de sus ojos, estas corrieron veloces por sus mejillas y cayeron en el suelo del elevador. Miró fijamente la cámara y sonrió.

La puerta se abrió en el primer piso, y el salió del elevador limpiándose la cara con las manos. Su pelo negro se estremeció con el aire proveniente de la calle atascada en tráfico del centro de Tokio. Se paró junto al guardia y miró al recepcionista.
-Voy a salir. –Dijo firmemente.
-¿Tienes permiso de tu mama? –Preguntó el guardia.
-No.
-Entonces no puedes salir. Ya sabes que tu mama…
-
I’m not coming back. –Dijo mas firme que la vez anterior. –Cuando vea a mi mama, dígale eso. Tell her I’m not coming back. And tell her… alguien entró a la casa y se robó muchas cosas. I also want you tell her… –Taro miró hacia abajo y dejó caer otra lágrima. -… that… that I’m going to miss her –Volvió la mirada hacia el guardia y, tan repentino como las hojas de los árboles caen en otoño llevadas por el viento, desapareció.


Tal vez la llama no se extinguió


[II. Killed by birth]

Sus ojos fueron abiertos más por una fuerza externa que por propia voluntad. Un profundo respiro y se incorporó. Sentóse en la orilla de la cama con los ojos muy abiertos. Un extraño olor de desayuno se introdujo en sus narices. Miróse en el espejo e hizo un rápido arreglo a su cabello, alisó la tela de su pijama de líneas verticales azules y giró el picaporte de la puerta.

Zombiescamente bajo las rectas escaleras y se encontró en su sala. Desde la cocina un personaje barbado la escudriñaba.
-¿Te gustan los huevos? –Hablo el hombre con cuidado
-¿Quién es usted?
-Tienes bonitos cuadros
-¿Cómo entró a mi casa?
-Pues, mi esposa está en un coma en el hospital, así que decidí venir a visitarte y ya que estabas dormida, te preparé el desayuno. ¿Te gustan los huevos?
-¿Cómo entró?
-Tu nombre es Romina, tienes catorce años, mataste a tus padres hace dos lunas llenas, y aun crees que nadie se ha dado cuenta. Escondiéndolos en el sótano se pudrirán y el olor te delatará, aunque los hielos ayudan un poco. Dejaste la ventana de la sala abierta. ¿Te gustan los huevos?

Romina sentóse entonces en una silla frente a la mesa y comió en silencio, los alimentos por aquel hombre preparados. Sus ojos muy abiertos, comezón en sus muñecas. Un aire de locura entre ambos.
-Dime nena, ¿Hace cuanto que no vas a la escuela?
-¿Quién es usted? –Inquirió ella
-¿Por qué no confías en mi? –Preguntó él
-¿Por qué no responde mi pregunta? –Sugirió ella
-¿Por qué me hablas de usted? –Indagó él
-¿Por qué contesta mis preguntas con otras preguntas? –Reparó ella
-¿Por qué preguntas eso? –Curioseo él
-¿Por qué no se calla? –Exclamó ella

El hombre la miró unos momentos con los mismos muy abiertos ojos de ella.
-¿Quién es usted? –Insistió ella.
-¿Quieres ir al techo? –fantaseó él.
-¡Claro!

Ambos recorrieron sus sillas con las pantorrillas y se precipitaron con pasos alargados hacia el patio. Subieron escaleras y en el techo se encontraron. Él la miró directamente a ella con ojos de ternura.
-¿Quisieras alejarte de este lugar? –Susurró él muy cerca de su oreja.
-Mas que nada en el mundo. –Dijo ella y lo besó en la mejilla.
-Entonces sígueme.

El hombre sacó una navaja y la clavo en su muñeca atravesándola por completo y luego desgarróse el músculo completamente con el objeto. Desangróse en la azotea mientras ella, deseosa, lo miraba. She watched a slowly dying kid






[III. Fall in love again]

-The entire world becomes easier when you realize you are actually dying instead of living.
-No digas eso abuelo, tu no estas tan viejo
-¡Claro que estoy Viejo! ¡¿Acaso piensas que no me veo en el espejo?! –Respondió el anciano enfadado.
-Pero hay señores que están mucho más viejos
-Tú que vas a saber, eres nomás un niño. Ándele, váyase a jugar a otro lado. Ushcala, shu shu. –Dijo el anciano agitando las manos para ahuyentarlo.
-No me voy a ir si no me cuentas una historia.
-Ah Sebastián, ya estoy muy viejo para eso de las historias.
-No abuelo, no es cierto.
-¡Ay! Bueno… Pero solo una.

Calida conversación sostenían el viejo y Sebastián su nieto, mientras este último ignoraba la veracidad de sus historias fantásticas y llenas de romance. Cada ves que Sebastián le pedía una historia, el viejo se la contaba, y ambos la disfrutaban. Sebastián no era como cualquier niño al que le gusta jugar en la tierra o brincar y esas cosas, él prefería sentarse cómodamente ante la amarillosa luz de la sala de su abuelo a oír como su abuelo trataba de recordar algo.
-Pero tiene que ser una mucho muy larga.
-No, las historias largas te hacen perderte.
-Pero las cortas no me gustan.
-Las cortas son buenas a veces.
-Pero ¿Me cuentas una larga?
-¡Ay! Bueno… pero solo una

A sus siete años de edad, iba muy avanzado en su clase y era muy buen deportista, pero prefería hacer cosas mas maduras. Escribía poemas y canciones para luego recitarlos o cantarlas. Se sentaba largos ratos a escuchar el “sonido que hace el silencio” y después de ello tomaba mucho agua.

-Sebastián. ¿Te gustaría vivir una historia como las que te cuento? –Pregunto curioso el anciano. El niño se quedó largo rato pensativo, nunca le habían hecho esa pregunta.
-No abuelo, me gusta solo escucharlas.




[IV Stars]

Adalgiso miraba aburrido la televisión.
-¡Mamá! ¡La tele es muy aburrida! ¿¡Podemos contratar cable!?-Gritó agotado. Sin obtener respuesta, continuó su infinita tarea de visitar cada uno de los canales que su tele mostraba, incluso cuando estos fueran solo estática. Estaba tirado en un sillón verde. Tras él una pared roja. Levantó su camisa color crema y se rascó la barriga.

Un par de tenis arrojados en una esquina, una mesita con latas de refresco vacías sobre la mesa, la escena muy oscura solo iluminada por la luz de la televisión. El pobre niño arrumbado en el sillón, sin saber si realmente quería ver televisión.

-¡Mamá! Tengo hambre. ¡Mamá ¿Qué vamos a cenar?! –Otra vez sin respuesta, continuó cambiando los canales y frotándose la panza. Repentinamente la televisión se apagó.
-¡Mamá! ¡Se fue la luz! ¡¡¡Mamá!!!

Permaneció unos segundos en silencio mirando la oscuridad y escuchando el silencio, esperando una respuesta, cosa que jamás recibió. Sus calcetines tocaron el suelo, se dirigió a la puerta principal, la abrió y se recargó en el marco mirando las nubes.

Largo rato estuvo en silencio. Luego, después de un suspiro habló.
-
I Can’t go, my family needs me. –Suspiró al aire. Un auto pasó por la calle. Suspiró de nuevo. La televisión volvió a encenderse tras él. Él miró con el cabillo del ojo y luego miró de nuevo al cielo nocturno.
-¿Cuál familia? –Entró de nuevo en la casa, cerró la puerta, tomo el control de la tele y lanzó su ligero cuerpo al verde sillón.




[V Circle]

Allá arriba en el cielo, incluso las luces son engañadas…
Aquí abajo en la realidad, incluso la oscuridad es traicionera…


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