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Memoriasencadenadas

13 de abril de 2008

Aquel Bello Coma

Aquel Bello Coma





El dolor comenzó a surgir. Sabía que iba a morir, y que por ningún medio podría llegar a evitarlo. Mis piernas se doblaron, mis rodillas cayeron al suelo. Parecía todo muy lento, pero sabía que en menos de tres segundos estaría completamente inerte, tumbado en el suelo con el cuerpo destrozado. Completamente muerto.

Mi vista se puso un poco borrosa luego se aclaró. Oí un zumbido de mosquito que rápidamente pasó junto a mí. Una fuerza recorrió mi cuerpo estremeciéndolo. Un sabor a rosas en mi boca. Un olor a desechos en mi nariz.

Todo lo que estaba a mí alrededor desapareció. Todo se volvió negro. Y solo una figura masculina, se erguía frente a mí. Me daba la espalda, era alto y estaba cubierto de vestiduras blancas que irradiaban una luz casi asesina. Me lastimaba los ojos.

Mis piernas se contrajeron violentamente, caí de lado. Todos mis músculos comenzaron a apretarse. Temblaba. El zumbido volvió, acompañado de un sonido grave, ambos aumentaban rápidamente de volumen. Mi vista comenzó a temblar y a hacerse más borrosa. El olor regresó aumentado y más asqueroso que nunca. El sabor a rosas me invadió por completo. Empecé a sentir un calor intenso en el torso, y en el interior del cuerpo, como si fuego quemara por mis venas. En mis extremidades sentí un frío que solo podría experimentar bajo hielo.

Mis pulmones se negaron a seguir respirando. Sin embargo el olor ya estaba en mi. Por la fuerza de mis músculos, mis huesos comenzaron a romperse. Vomité. Empecé a sentir dolores de todos los tipos en todos los órganos en mi interior. Trataba de controlar mis manos pero estas no obedecían. La falta de oxigeno comenzó a desesperarme. Grité y seguí gritando.

Mis ojos parecían salirse de sus orbitas, no podía cerrarlos. Sentía que la completa oscuridad me tragaba, y aquel hombre dándome la espalda me encandilaba. Mis dientes se apretaban forzosamente rompiéndose mientras mi lengua trataba de bloquear mi garganta.

Mi columna vertebral se deformó, como si quisiese escapar de mi cuerpo. La cabeza me dolía como el infierno, tanto que sentía que en cualquier segundo estallaría. Una de mis manos arrancó una de mis orejas. El olor aumentaba drásticamente a cada momento, y justo cuando la pequeña parte de mí pensó que no podría ser peor, se puso realmente feo.

Mi piel comenzó a desgarrarse y a quemarse. Mi sangre comenzó a brotar de múltiples agujeros que ya tenía y otros que recién se hacían. Mis uñas se rompían y caían mientras mis manos desgarraban mi piel. Hubiese deseado no sentir si hubiese tenido una sola neurona que no estuviera sintiendo el intenso dolor que invadía todo mi ser.

Luego sentí la completa disfunción. Soledad, odio, desesperación, egoísmo, lujuria, bondad, aprecio, agresividad, locura, placer, paranoia, efervescencia, emoción, calor, excitación, ira, tristeza, coraje, angustia, muerte, impotencia, preocupación, amargura, felicidad, plenitud, alegría, indiferencia, pesar, nostalgia, ansiedad, nerviosismo, serenidad, sorpresa, admiración, desorintación, superioridad, egocentrismo, bajeza, venganza, incongruencia, pereza, volubilidad, furia, estupidez, soberbia, desesperación, extrañeza, vacío, aburrición, necesidad, incomprensión, gracia, humildad, ecuanimidad, valor, esperanza, miedo, fe, orgullo, vanidad, curiosidad, cólera, fuerza, sobreestima, debilidad, frío, aceleración, vida, dolor, amor, histeria total…

Los sonidos llegaron a ser tan fuertes que dejé de oírlos, pero no porque dejasen de sonar sino porque mis oídos estaban destrozados pero aun yo sabía que estaban allí pues mi cuerpo entero sentía las vibraciones. Mis ojos veían todo temblorosos, borrosos, encandilados, con manchas. No podía concebir un solo momento mas sin oxigeno. Mis piernas, brazos torso y cabeza daban latigazos convulsionantes. Ya no podía pensar, solo sentir.

Repentinamente todo se hizo mas lento, y entre vibración y vibración, entre convulsión y convulsión, tendido engarrotado llorando y gritando, pude ver como aquel hombre giraba y me veía. Era yo mismo.

Una gota de sangre cayó desde el pequeño agujero de bala en mi pecho.

Abrí mis ojos. Estaba en un gigantesco espacio. Flotando, y frente a mi toda mi vida. En imágenes, figuras, sentimientos, formas indefinidas. En muebles, en olores, en lluvias, en amores. En aparatos, en salud, en personas, en vidas, en olvido.

Todo era gigantesco, y seguía expandiéndose, alejándose de mí, para que pudiese apreciarlo al cien por ciento. Se movía muy lentamente. Todos los “hechos” se cruzaban y enrollaban, luego se separaban y tropezaban con otros.

Todo era claro y lúcido. Todo era fácil y casi perfecto. Todo se explicaba y se desenvolvía con extrema exactitud. Todo ahora aparentaba ser obvio.

Pequeños sonidos seguidos de dulces colores, jugaban con olores expresivos, mientras en completa quietud viajaban en la inconsistencia del todo.

Algunos recuerdos le tocaban la guitarra a las ventosas lluvias de mi futuro. Mientras algunos personajes brincaban de hecho en hecho tratando de no perderse.

Todo componía una rapsodia de calma en acelerados movimientos lentos. Numeritos gigantescos invitaban a las vidas a bailar. Y mas al fondo podía ver como la pena y la ternura sostenían una calida conversación, y después la inocencia, y el enamoramiento se les unieron.

Eran renglones y renglones de caos controlado y establecido. Hermosas partes horribles. Descripciones indescriptibles y etéreas. Líneas curvas de humo desvaneciéndose entre figuras e imágenes.

Conflagrándose momentos confabulados, hermosamente puestos en lugares impensables. El violento comprensivo tiempo pasado comiéndose el presente que espera que el futuro lo alcance.

Todo lentamente se detuvo. Todo se paró en su sitio y regresó a acomodarse en su sitio frente a mí. Todo inmóvil ante mi durante mucho tiempo permaneció hasta que un solitario pensamiento paso ante mi, luego un personaje lo siguió y así comenzaron todos a mostrarse frente a mi.

Y recordar…

“Se que lo hice para salvar a alguien” “¡No me importa morir, mientras esa persona viva!”

Todo hizo un giro repentino. Se paró y comenzó a temblar, se alejó y se alborotó, gritos y sangre… Luego durante el momento más corto todo se detuvo otra vez. Luego con increíble velocidad, todo pasó a través de mí. Todos los hechos, pensamientos, ideas, todo entero se amontonó y cruzó mi esencia violentamente. Cerré mis ojos.

Sentí gran dolor en el pecho y apreté fuertemente los puños. Oí vidrios destrozándose, y sentí un fuerte golpe en la espalda. Abrí los ojos, y la cama en la que me encontraba cayó al suelo. Los aparatos cayeron por todas partes a mi alrededor, y algunos se rompieron mientras otros mas profirieron ruidos intermitentes.

Respiré profundamente

-¡Doctor, despertó! –Oí mientras trataba de saber donde me encontraba, con los ojos encandilados. Me dolía la cabeza.

Un repentino shock invadió mi pecho. El mismo dolor que había sentido, pero mas débil y solo en el pecho. Empecé a temblar y a sudar frío. Traté de no gritar, pero no pude. Histérico apretaba los ojos y la boca (entre gritos) por el dolor. Abandonaba la capacidad de moverme a voluntad y coherentemente.

Eternos minutos después se detuvo. Me inyectaron algo en el brazo que no tenía yeso y me colocaron también una sonda. Era difícil pensar con los dolores de cabeza y la desorientación.

Tenía ataques cada diez minutos más o menos. Eran incontrolables, e impasibles. El doctor me dijo después, que había dormido durante once largos meses. También dijo que personas vendrían a verme en unas horas, después de observarme.

Odiaba estar completamente inútil, me hacía sentir impotente. Quería saber que había pasado con todos durante todo ese tiempo, y quería saber lo que había pasado justo después de que me interpuse en el camino de esa bala y esa amada persona.

“¿Por qué no me mató el veneno? ¿Por qué sobreviví si nadie jamás lo ha hecho?” me preguntaba a cada segundo, pero tampoco podía esconder la euforia que me producía haber sobrevivido.

3 Comentarios/Memorias:

RottenMilk dijo...

Ah ....
Y mira ... Ya termine ... Esta ...
Solo puedo decir que ... Esta tan ... Como que te lo quieres imaginar pero de alguna manera no puedes, jeje, aveces cuando lees este tipo de cosas imaginas como si tu lo estubieras viviendo hasta sientes uno que otro pequeño dolor.
Bueno, asi es mi caso, lo cual aveces me molesta y me emociona, en especial cuando es lo que escribo.

Promesa al 66%
Ya casi acabo

Anónimo dijo...

Wow... Yo tuve un sueño parecido, ja... bizarro... por el momento solo puedo decirte ke wow, ke buen escrito... tal vez no sentíe l dolor al 100, pero iwal m dolió.. en el buen sentido xDD... en fin, muy buen escrito... yo sigo trabajando ene l mio -.-U

Saludos

Necro dijo...

suena brutal... creo k eso alguna vez me lo contaste, la XL si mal no recuerdo... suena horrible, un arma k te manda al infierno antes de matarte... pero no fue al caso, solo lo del infierno... pero esta genialmente escrito, yo si pde imaginar casi todo... es toda una experiencia el solo ponerte apensar en como se sentiria todo eso junto... pero en fin... el punto es, buen escrito... adios