Información Ocasional

¡Nuevo botón! (¡Actualícense!)
Reportar en caso de encontrar mensaje(s) ocultos.
Blog en proceso de recuperación
¿Faltas de ortografía? ¿Errores de estilo? Repórtalo en un comentario. Ayúdame a mejorar...

Mi botón

Memoriasencadenadas

6 de agosto de 2008

Gira El Dado

Gira El Dado




El día de hoy, aprendí que, aunque el dado gire, sigue siendo el mismo dado. Y que hay veces en las que las caras del dado pueden ser engañosas.




Verán. Pues, encontrábame yo arrumbado tristemente, desparramando todos mis órganos y extremidades sobre la superficie de la comodísima sala de mi abuela, escuchando estruendosas melodías que mi iPod reproducía mientras yo tamborileaba con mis dedos en su superficie, cuando mi abuelo bajó las escaleras (con su atuendo habitual que consiste en una bata de noche, pijama debajo de esta y pantuflas) y ofreciome tomar un chocolate de una caja que contenía unos siete pares de esos deliciosos postres acaramelados de envolturas brillantes. Sin dudar, y por el traicionero antojo, extendí mi brazo hacia la caja y me permití tomar la golosina mas cercana a la orilla, y que también era la más cercana a mí.


Entonces, cuándo levante el dulce, fue cuando me percaté de lo que me estaba sucediendo. Mi abuelo solo se dio la vuelta y se dirigió hacia otra persona para ofrecer sus aperitivos, e ignoró la expresión que en mi rostro se proyectó. No pude entenderlo en ese momento, solo me llené de preguntas la cabeza y al parecer desplacé toda posible respuesta hacia el borde del abismo donde lenta y suplicantemente cayó una a una hasta la completa oscuridad que acecha en aquellos confines de mi mente.


Me puse de pié como pude, sintiendo mis mojados tenis ajustados cortando la circulación de mis tobillos. Las palabras de la gente a mi alrededor impactaban mi impresión siendo diamantazos rompiendo una pared de hormigón bien cimentada. Tan agresivo como presumo últimamente haberme convertido, pausé la compleja melodía que en mis oídos percibía para caer en manos de la sinfonía del silencio mental que me agredía.


¡¿Cómo pude haber cambiado tan fuertemente (destrozando todo por lo que luche durante eternidades en mundos lejanos) en mi mente y mi alma sin siquiera haberme percatado de la tremenda atrocidad que mi propio subconsciente estaba erigiendo con bases potentes e imposibles de derrocar, hundiéndome en un mar de mortalidad y completa falta de abstracción compleja y transformándome así en uno de los entes simples y asquerosos que tanto aborrezco?!


¿Tomar el chocolate más fácil? ¿No crear un complejo patrón razonado y prediseñado para aparentar la aleatoriedad en las decisiones simples para así poder trabajar secretamente en los complejos acertijos que el destino me presenta sabiendo que puedo descuidar otro ámbito del vivir científico presentado ante mí como un simple chocolate? ¡He negado todo por lo que he vivido y aprendido! ¡He negado mi complejidad y he traicionado mi lado oculto! ¿Cómo podría perdonarse alguien el haber perdido tan fácilmente lo que tan arduamente se consiguió?


Me sentí como un ente sucio y bajo. Caí de mi propia gracia para revolcarme en la simpleza de la mente humana: tan sistematizada y ciega como una manzana cayendo del manzano directamente hacia la curiosa cabeza del pensador.


Transformar mi comportamiento en uno de ellos es comprensible cuando se trata de aparentar, para rescatar fines y metas importantes. Para el consumo del propio pensamiento, es inaceptable. ¡Para el comportamiento anatómico lleno de desvarío que se traslada por debajo de la superficie del momentum en situaciones cotidianas, es algo completamente blasfemo y herético!


Mi rostro y torso sintieron una salpicadura de sangre, que manchó la piel de mi alma para el resto de mis días. Esta mancha llevaría viva la esencia de mi fatídica metanoia hasta llegar al día del juicio de mi comportamiento activo. Supe a partir de esos escasos segundos que ya mi vida había cambiado, que había sufrido un cambio interior y que no me sería sencillo acostumbrarme a ello y que, aunque tratara de volver a ser el antiguo yo que disfrutaba de la soledad y el ensimismamiento en el pensamiento, la pesadilla de ese momento en el que traicioné todo por lo que luchaba me perseguiría por siempre.


Decidí entonces aceptar a este nuevo ser que lentamente surgía en mi interior y que me mostraba la posibilidad de destazar cruelmente a ese antiguo ser de ojos intranquilos cuya personalidad se había ya mezclado con cientos de otros entes y vertido en muchísimos moldes prefabricados y en ese largo proceso había perdido el fin de su búsqueda y el objeto de su vida, vaciando así sus esperanzas y sentimientos. Ese antiguo yo que había caído en tinieblas podía desaparecer. Un nuevo ser lleno de posibilidades sustituía potencialmente a un mundo de nostalgia y melancolía que por azares del destino apestaba a queso fundido.


Era tiempo. Lanzar los dados a la mesa y ver si el resultado era agradable a ojos propios y ajenos. Ver si la victoria podía expresarse poseída por mi ser. Ver la posibilidad de que la maldad en mi corazón desaparecería y todas esas mentiras pudieran, al fin, ser develadas sin temor alguno. Y entonces algo cambió.


En el acortado lapso de tiempo en el que esas palabras y sentimientos variados pasaban por el aura de mi reminiscencia recién sucedida y luego acudían presurosos hacia mi comprensión delirante, encontré que había dicho adiós a dos de las personas presentes y había caminado escasos metro y medio (o tal vez dos metros) hacía la puerta de madera y la había cruzado.


Mi abuela, hace ya algún tiempo, mandó colocar un adorno colgante sobre la puerta, en el interior de la casa, que consistía en tres campanas sostenidas fijas en posición de triangulo horizontal y una cadenita que, cuando el movimiento de la puerta perturba su estado de inmovilidad, choca velozmente contra las campanitas, que a su vez se sacuden produciendo un sonido diferente cada una. Todo el conjunto en un color dorado llamativo.


Cuando mi muñeca efectuó un raudo movimiento para cerrar la puerta tras de mi, pude escuchar la tranquila rapsodia que el trío de doradas siamesas componía. El estímulo tardo sólo unas milésimas de segundo en alcanzar mi cerebro, y justo antes de que esto sucediese, el aire arremolinado proveniente del exterior impactó contra mi cornea, lo cual me hizo parpadear. Al instante en el que el parpadeo y el jaleo de las campanas llegó a mi entendimiento complejo, pude formular una imagen perfecta de uno de los arañazos que en aquella puerta hay, y que seguramente fue provocado por alguno de los muchos gatos que mis abuelos han adoptado en calidad de mascotas. Aquel arañazo está en el lado exterior de la puerta, y recordé rápidamente que mi vista periférica era y ha sido estimulada con esta imagen incontables veces, al mismo tiempo que abro la puerta y se produce la tintineante melodía de las campanas que avisan sobre el movimiento en la entrada.


En mi subconsciente rápidamente una pregunta saltó llamando mi atención. ¿Cuántas posibilidades hay de oír, con exactitud completa, la misma composición musical proveniente de las campanas solo dos veces en la vida? Después de llegar a esta interrogante otra pregunta se apresuró dentro del umbral de mi conciencia. ¿Cuáles son los factores que deforman y transforman el movimiento vibratorio y musical de esas campanas y con que tanta exactitud se debería imitar para poder crear, de nueva cuenta, el mismo sonido ya escuchado una vez? Después de la cual, cientos de preguntas distintas comenzaron a atormentar la humilde puerta que separa mi conciente de mi subconsciente.


Entendí entonces que la complejidad y exactitud accidental de aquél hecho representaban la ausencia de cambio en mi ser. Entendí que había una rechoncha posibilidad de que haber tomado el chocolate más cercano a mi, había sido la forma más imprecisa de que mi mente demostrara, a mi ser conciente, lo fácil que pueden llegar a terminar las cosas y las personas, pero que por ser el poseedor casi completo de mi mente, había logrado descifrar el complejo laberinto que había creado exclusivamente para mi confusión y arduo sufrimiento, y no sólo había logrado hacer eso, sino que también lo había hecho sin darme cuenta de ello, lo cual, sin lugar a dudas, significaba que no había perdido mi habilidad innata para comprender las cosas con las que me hago rodear.


Un sentimiento de felicidad inundó veloz mi mente, como caudales desbocados de negras aguas en tormenta incesante. Sabía entonces, que mi mente habíase acostumbrado tanto a vivir a prueba y en riesgo de morir, que había creado su propia forma de probarse, de examinar su complejidad y su propia forma de tomar riesgos (por más que este riesgo fuera falso). Supe entonces que incluso cuando estuviese solo y aburrido podría hacerle cualquier reto a mi mente y esta lo respondería sin dudar. Me sentí satisfecho de ser yo mismo y de haber eliminado todo ese temor que en mi se extraditó cuando pensé haber encontrado perdida mi complejidad y personalidad. Mi mente me había jugado una mala pasada que había dado buenos resultados.


En la siguiente fracción de segundo, mis ojos terminaron de parpadear. Los músculos de mi rostro esbozaron una sincera sonrisa. Y giré el cuello para mirar el rasguño en la puerta. Comprobé que efectivamente estaba allí y no necesité de nada más para saber que en ese momento no había cambiado. El dado había aparentado girar, pero seguía sin moverse.


Durante el siguiente momento, mi mente se saturó con la pregunta: ¿Y si el tomar el chocolate de la esquina, fue un acto completamente aleatorio y no tiene nada que ver con todo lo que has pensado en el último segundo? Decidí ignorar esa pregunta y compartirles esa espeluznante experiencia, así que decidí dirigirme a mi casa. Dí un último vistazo a la cicatriz en la rugosa piel de la puerta y un escalofrío recorrió mi piel.


-Lloverá –Comenté para mi mismo y sin más que hacer me encaminé hacia mi hogar.


Así es como termino este, quizá incomprensible, texto lleno de dudas y desesperación mental. Espero ser capaz de traerles trabajos parecidos y de proporciones adecuadas. Y por si alguien se lo preguntaba (aunque en realidad lo dudo): Si, el chocolate estaba exquisito.


.

5 Comentarios/Memorias:

Anónimo dijo...

yo si lo hize... yo si me lo repgunte xDD... (Adicciones al chocolate) xDD

Me agradó bastante, pero, ke tan malo o no tan malo puede ser que no hayas cambiado?? no se... aun tenog muchas preguntas

saludos

Soiral dijo...

Me agradó bastante como escribiste el texto lleno de preguntas y un delicioso chocolate que se me antojó demasiado jejeje
Comencé a pensar en todas las consecuencias que habría si en realidad hubieras cambiado de esa manera... y me di cuenta que mi piel se estremecía...
Me pareció muy interesante en general el texto, pero aún más las preguntas, pues unas se parecen demasiado a algunas que yo me he hecho.
Sigue Escribiendo.
Eres un escritor genial

P.D. Gracias por tu comentario, no creí que te sintieras tan identificado...

Ciao!

Anónimo dijo...

Ya se que ya cometne aki (a nombre del comico blog de mi hermano xDD)
Pero keria preguntarte... ¿te diste cuenta que se forma un ojo con jupiter y viola? en tu emotivo y supergenialisimo video de tu jeugo ese raro?? xDD se ve genial, me acabo de dar cuenta

Michelle dijo...

jaja xD ay vacha... xD
ah y precisamente eso me estaba preguntando!! xD jaja como dijeron aya arriba...la adiccion a los chocolates n.n jaja
sabes que?? esta muy sabio...y lleno de dudas...esta genial jaja
y sabes que me hizo imaginar??
pues...cuando me di cuenta de las sangrias y de los correctamente utilizados signos de puntuacion etc etc...no se...imagine en un futuro leer un libro escrito por ti...o algo asi jaja bueno te dejo
suerte ... by the way i think it's:

brilliant*

Necro dijo...

bueno yo no me pregunte si estaba bueno pero si si te lo habías comido... pero ahora k lo dices, estoy seguro de k estuvo exquisto... pues heavy tambien pero en otra forma, tiene buena carga psicológica y bueno... eso es pensar bastante rapido, pero kreo k el poder pensar asi es algo genial y bueno... no kreo k pierdas eso por completo nunca... kien sabe si lo tengas mas o menos alguna vez... pero no kreo k desaparezca esa estructura mental tuya jamas... para bien o para mal... pero bueno, velo de esta forma, eso es lo k te hace ser... en fin... incluso cuando no es de esos con disparos y acciones, este tambien me mantuvo atento bastante... buen escrito... adios