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Memoriasencadenadas

23 de mayo de 2009

Hoy Puedo Matarte

Ok, esta vez quizá se sorprendan por el estilo y quizá no lo entiendan (sobre todo el primer párrafo) a la primera, pero en realidad creo que es un texto muy creativo y muy bien llevado (dentro de ese estilo). A cualquier autor que les recuerde es mera coincidencia. Aún no lo edito, porque me dio eterna flojera, así que sean pacientes con errores pequeños (aunque aun así señálenlos). La idea se desarrolló a sí misma durante la creación así que puede parecer algo rara: No desesperen. Notarán que los personajes están muy bien creados (¿soberbia yo?), pero aún así, por favor, destrozen el texto, porque yo lo amé, pero necsito saber qué tan mal realmente quedó. Sin más, se los dejo. ¡Comenten!

Hoy Puedo Matarte

¿Y dónde estaba yo ahora? Sosteniendo esa Smith & Wesson con la mano casi temblorosa mientras miles de pensamientos se filtraban en mi mente cuan clavado de gaviota que trata de alcanzar un pez brillante que se ha acercado a la superficie receloso del vuelo de las aves que son libres para visitar las montañas que al pez sólo le estorban y tiene que rodear para llegar al sitio de desove donde podrá instintivamente hacer que su frágil especie perdure sólo un poco de tiempo más; como sombras de malandrines, que se proyectan en ese pequeñísimo espacio entre la puerta y el suelo, un momento antes de que su victima pueda levantarse a llamar inútilmente a la policía que al llegar sólo encontrará un cadáver golpeado de un hombre viejo que trató de luchar contra sus asaltantes y que no logró más que enfurecerlos más; igualmente que la imagen impávida de un momento hipócrita que se muestra ante el camarógrafo y que se introduce en el lente sin previo aviso para impregnarse en la cinta por acto natural de los químicos guardados en el rollo, y que después ha de ser revelada para quedar por siempre impresa en un papel especial que será entregado a las personas de la imagen hipócrita para que por mucho tiempo puedan colgarla en su pared argumentando que fue un momento muy memorable; así se filtran todos esos pensamientos temerosos que hacen que en mi columna se asiente y transmita la sensación de que seré muerto en sólo unos pocos momentos, porque no vale la pena hacer lo que estoy haciendo y que toda mi vida sería desperdiciada en el momento en el que mis ojos vieran cómo el momento de desesperación se congelara súbitamente sosteniendo todas estas letras de incomprensión en el delgado aire caluroso que recibimos en la habitación, mientras me sigo preguntando todas estas cosas que hacen que mi inseguridad crezca y mi mano tiemble un poco más: que si ellos están apuntándome con sus rifles con mira telescópica justo en la cabeza, preparados para jalar del gatillo en cuanto yo lo haga; que si es antiético destruí una vida que yo no creé; que si en tu mano sostienes la dinamita que nos hará volar a todos como cristales de un vaso rompiéndose al chocar contra la pared, y que tratas de ponerla frente a tu cara expresando todos esos miedos divagatorios que quieren impedir que te mate infringiéndome a mí el miedo de la propia muerte; que si en mi casa me estarán esperando Susy, con una cena maravillosamente sazonada sólo para nuestra cena de aniversario, y Miguelito jugando con Pulgas a que atrape la pelota que yo le regalé en su cumpleaños número 7; que si tendré que comenzar a creer en una deidad en los siguientes segundos para no quedar suspendido en un respiro incontrolable del espacio innegable de una realidad de cuya existencia, en este momento, no puedo dejar de dudar; que si mi funeral dejará a mi Susy y a mi Miguelito pobres y en la calle por no tener una fuente fiable de ingresos y que probablemente pidan auxilio a mis suegros para ser corridos de la casa como pordioseros, todo porque Susy huyó de casa a los 19 para vivir la fantasía de amor que le ofrecí y que curiosamente no pensaba cumplir, pero que logré; que si el músculo de mi brazo cederá por la tensión y dejará caer el revolver el suelo impidiéndome obtener mi objetivo; que si los planes de mi venganza, que han sido preparados desde hacía ya dos años y que fueron tan perfectos para traerme aquí frente a ti, temerosa de mi posible acción y de la muerte, fueron acertados y lograré asesinarte; que si el odio que sientes por mí en el preciso momento en el que pienso todo esto es igual o más grande que el miedo que sientes por mí, y que si el odio que siento por ti en el momento en el que pienso todo esto es igual o más grande que el miedo que sientes por mí…

Pero ya fuera de mis pensamientos, puedo ver la macabra sonrisa que entre sollozo y sollozo, entre súplica y ruego, esboza tu torcida boca escupidora de mentiras y que se convierte en perfecta sinfonía tétrica a la vez que me amenazas con tu cartucho de dinamita, agitándolo como si esperaras que los movimientos bruscos de una asquerosa criatura, como lo eres tú, me pudieran calmar y hacerme pensar en un perdón que no mereces recibir. Ya fuera de mí, tenemos al posible escenario de que mueras tú y yo logre escapar por entre los matorrales que hay río abajo a sólo unos metros de aquí; el de que mueras y yo sea asesinado por el arma que emite ésta lucecita roja que está bailando en mi rostro, que cruza la ventana y que su dueño está muy lejos irritándome con su molesto láser, y que así mis sesos sean esparcidos por la mitad de la habitación al igual que los tuyos lo sean por la otra mitad; podría también arrepentirme en este preciso momento de divagación fortuita y bajar el arma que apunta tan directamente entre tus cejas, y cruzar el umbral de la puerta para huir, sabiendo que después iré a prisión si soy encontrado y que me arrepentiré de no haberte asesinado sólo por el miedo que me infundió la posibilidad de ser también asesinado por los miembros de las fuerzas especiales de policía; podría también decidir que todos estas ideas sueltas que lentamente parecen estar tejiendo la bufanda que me ahorca tan irónicamente, son demasiado pesadas para llevar y que ya he arruinado mi vida y no podré tener otro segundo de paz de aquí hasta mi muerte y que más valdría poner la fuerza del calibre de mi revolver en mi propia cabeza y sólo lograr producirte un trauma que durará hasta que tu féretro sea habitado por tu cuerpo (eso me gustaría); sin embargo también existe cualquier combinación posible de estos escenarios, creando así un escenario híbrido que no satisface por completo a ninguno de los integrantes del tenso acto cuya fecha fue decidida por unas cuantas copas de coñac que tomé hace apenas un par de horas y que aún no han desaparecido de mi aliento, así podría suceder que te matara pero no lograra escapar pues me hirieran en otro lugar y me arrestaran, que bajara el arma para huir y entonces una bala traspasara mi cráneo, que decidiera suicidarme y mi arma s trabara y entonces viera todos mis deseos frustrados (que es poco probable pero sigue siendo una divertida posibilidad), o incluso que enloquezcas en este preciso instante y arrojes la dinamita hacia mi cuerpo y entonces tú y yo seamos consumidos por la temblorosa llama de una explosión que llevaría nuestros órganos hasta quizá un par de kilómetros más allá del río por la concentración de explosivos que hay en la docena de cajas que hay tras de ti; y no, no estoy contemplando la posibilidad de que logres hacerme entrar en razón y dejemos nuestros objetos amenazantes y nos acostemos tres noches después del incidente como ya ha sucedido en un par de ocasiones pasadas (en el bar tommings y en casa de Julio).

Tengo terminantemente prohibido el siquiera llegar a imaginar que todo lo que en este momento está pasando por mi mente es irreal, pues esta clase de razonamientos filosóficos son los que siempre han terminado de escurrir por mi cerebro momentos antes de que algo terrible suceda, como otro de esos ataques de esquizofrenia que ya tanto aborrezco, sin embargo ante la posibilidad de estar sufriendo uno de esos ataques en el preciso momento en el que mi brazo tiembla apuntándote con el revolver y tu lóbrega sonrisa me muestra que no te importa morir, pienso que lo mejor entonces sería parar e internarme en un estado catatónico de razonamientos infundados que sigan por el camino serpenteante de la locura hasta alcanzar las píldoras que hay en mi bolsillo izquierdo y que no tardarán en mostrarme si la realidad es lo que la cámara fotográfica de aquel fotógrafo logró captar como hipocresía o si la imagen muestra a una sonriente y feliz familia sin problemas que sólo soñó con tomarse una fotografía para colgarla en su pared y por siempre tener un recuerdo memorable. De cualquier manera sé que mi vida, de hoy en delante no podrá jamás ser lo que era, quizá me arrepienta o tal vez consiga la felicidad, pero hoy ha cambiado el rumbo de mi monótona existencia, y eso ya es placentero por sí mismo.

Pero ya no puede matarla. Porque aunque su dedo está a micras de lograr que el gatillo active el funcionamiento de la maquinaria interna de la Smith & Wesson para que la bala se dirija a hacer estallar la cabeza de la persona a la que más odia en este día y que no puede evitar sentir ansias de matar, todas las posibilidades que en su propia mente se han esbozado, son sólo lamentos fúnebres que están sobreviniendo en él mientras aquél líquido verdoso y transparente de la jeringa de la doctora Martínez hace su efecto en la sangre del paciente.

Hoy ya no puedo saber si te estoy asesinando otra vez o si eres sólo el cadáver que duerme junto a mí en mi habitación del hospital, lo que sí sé es que desde que tengo conciencia de lo que tú realmente eres, he querido asesinarte, y hoy, gracias a esas dos copas de coñac que me inspiraron a precipitar el plan que durante años manipulé para que fuera perfecto, puedo tener el placer de terminar contigo como cuando el director de cine termina su opera prima y acude al estreno para mirar los rostros expresivos de la gente en las butacas rojas, o el escritor ve en las librerías su primer libro, siendo hojeado por un joven que no lo comprará pero que comentará de lo encontrado con sus amigos y entonces dos de ellos, aficionados a la lectura, podrán comprarlo para disfrutar de sus palabras. En este momento puedo matarte aunque no seas real, ni yo lo sea y seamos sólo retazos de una enfermedad controlada en un paciente rehabilitado en Londres que trató de dormir una siesta matutina, pues hoy es sábado y su despertador sonó pero no necesita ir a trabajar hoy, por lo que decidió volver a dormir pero, para no despertar a su esposa, decidió dormir en su sala nueva con cojines de piel carísima de un animal, cuyo nombre no puede pronunciar, de importación de algún país desconocido, pero que al despertar notó que su esposa se ha ido con otra mujer de compras y que al tratar de localizarla se tropezará con el cable de Internet que intencionalmente él mismo colocó en el suelo por las remodelaciones que está haciéndole a la casa, y caerá por las escaleras dañándose así la cabeza que comenzará a crear nuevas imágenes complejas y enfermizas de nosotros dos en una habitación de un valle en Guanajuato, cerca de un río, donde trataré de matarte mientras blandes una dinamita y un láser proveniente de un policía de las fuerzas especiales lastima mi ojo izquierdo y me hace tener más ganas de dispararle a la dinamita y no a tu cabeza de cabellos perfectos. Y si bien es cierto que todo esto aún no ha sucedido, nosotros ya lo estamos viviendo.

Fue cuando lo supo. Jalar del gatillo la asesinaría a ella destrozándole la cabeza, a él también por el disparo del policía, y al policía también porque sería entonces cuando el hombre londinense despertaría en una habitación del hospital psiquiátrico recomenzando su tratamiento. Y disparó.

3 Comentarios/Memorias:

Dede Allen dijo...

Las fotos las saco yo. Pero es 100% hobbie. Me encantaría que uses alguna foto para escribir algo. Sentite 100% autorizado!

De paso, Increible lo que escribes, muy muy bueno y compenetrante

P...A dijo...

¡Hola! me gusta mucho la combinación de frases que utilizas a lo largo del texto, a mí en lo particular me hubiera gustado que el final hubiera sido igual de fuerte que el resto del escrito, siento que perdiste fuerza ahí, en mi opinión, pero en general es muy bueno, hay veces que eres un poco repetitivo, sólo un par de veces, checa eso pero... ¡muy bien!

remember keep writing

te quiero

[+].Angelwithblackrose.[+] dijo...

Ok, ya entiendo la importancia de los comentarios. ¿Así que simplemente desaparecen?... Bien. volvamos con tu texto. Me gustó mucho,demasiado para mi propio bien. La manera en la que escribes, es compleja pero ligera. El primer parrafo, creo que es escencial, para entender el porque el personaje siente lo que siente, y lo interpreta como lo interpreta. Son sucesos cotidianos que si te tomas un momento para analizarlos no podrian expresarse de mejor manera. *interrupción de un tercero* Disculpa, perdí el hilo de mis ideas... Me agradó "el",bueno, no exactamente "el" si no su escencia. No lo encontre complejo, contradictorio y divagante. Aunque rozando con la realidad de un momento a otro.¿Como logró ese estado? Quiza la adrenalina, el coñac... que desperdicio; pero sería un desperdicio aun mayor el que no hubiera encontrado el valor para lograr su cometido tan especificamente planeado. Creo que no quiere acabar con esa creatura, sea como sea, forma parte de su historia, se sentiria mutilado. Por eso al final... dispara. Creo que temia (mas que morir)arrepentirse. Mi conclusion: en esos momentos no es recomendable estar consciente, o hacer mucho caso a esas divagaciones. Aunque se que si se tratara de mi seria un escenario parecido. Volvamos al texto... encontré unos cuanto errores de dedo y...¿ya?.
Hahaha y en cuanto a los comentarios de autor, al principio, me parece genial que presentes lo que tu llamas "soberbia", es un escrito del cual debes estar orgulloso... (uhh soné como un cliché paternal).
Me agrada, me agrada este estilo. No cualuiera percibe en unos segundos de indecisión todo eso.
Bien, por aqui paso una pequeña de rizos dorados que espera alimente de algo a tu blog para que no desaparezca.
Sigue escribiendo.
Tratare de comentar mas seguido.
Me tomare el tiempo de releer las entradas antiguas y darles mi comentario( uyy si, se cree mucho).
Me retiro.
Adios.
BTW, me gusta este estilo, mucho.