Mundos I: Reino Oscuro

Entrada 100... Me vale. Hoy me vale. Parte de un texto de cinco partes que creo, como acostumbro, no terminaré. Hacía algún tiempo que no publicaba. No espero que nadie entienda. Pero yo tampoco lo entendí cuando lo viví. Es un bonito lugar. Yo tomé las fotos.

Reinorucso

(Reino oscuro)

Hoy hace un año.

Hola.

Y todas las decisiones.

Ya mi estilo mutó.

Otra vez desde el comienzo.

La repetición ambigua y arbitraria.

¡No quiero asesinar!

Pero mis ideas no saltan igual.

Saber es como colindar con un rostro que no enloquece.

Enloquecer es darse cuenta que ese rostro no es rostro sino pierna.

Cuando uno ve la pierna esta ya se ha alejado.

La cordura y la locura se alejan acercándose precipitadamente.

Cuando niño,

Pensé en crecer.

Cuando ahora,

Pensé en cesar.

Las nubes que relatan, las historias que las estrellas, las estrellas que las historian, las relatan que las nubes. ¿Dónde te perdiste? ¿Dónde lo entendiste? Romper es ley y la ley impide romperla. Pero no fue para ser sino para seguir siendo. Pero lo que sigue siendo termina en ser algo roto. Y lo que es roto no sigue siendo. Así es, y es roto.

Como tamborileos constantes y continuos que en mi pecho arden temblorosos, mis latidos ponzoñosos se derraman en pensar que siento algo por ti. ¿De quién más sino de ti? Si ya se acaba el tensionante periodo en el que las lágrimas enjugan nuestros formados y perceptivos juicios, ya no debe haber entonces más luciérnagas que nos indiquen el lugar a donde ir. Y todo merece ser oscurecido.

Pero ¿Qué lugar es este? En donde las bellas cantadas se han olvidado y las futuras indescifrables vienen a ser parte del constante golpeteo del silencio. ¿Qué percibo? ¡No lo entiendo! Alguien me trajo aquí en contra de mi voluntad. Ya se olvidan los pasados pero se sienten los fugaces destellos de romanticismo. ¿Qué color tienen tus silbidos? Aquí sí puedo ver quien eres, pero ya no puedo verte a ti físicamente. Es un abismo sin estar allá abajo. Está aquí y lo llaman sólo la oscuridad: El reino de la oscuridad.

El mundo entero reza, pero rezar es como el detenerse a pensar en lo que es vivir. Y vivir no se da igual en este lugar. ¡Es por esto que no podemos asesinarles con facilidad! Hay diferencias en nuestras realidades. Aquí no hay cielo ni horizonte, no se respira ni se piensa, no se percibe, no hay personas. Todo es una masa de incomprensión en la cual los patitos de hule del pasado hacen que la bañera se confunda con el patio de juego. Y todo vuelve a comenzar.

Fe no tengo. A que te conocí. Pero no podré relatarlo. O mucho trabajo me costará por menos intentos que haga. Caían desde allá las celestes abstracciones. No había punto entre tú y él, no había punto entre ella y yo.

Pero no lo sabes. Porque todo se arremolina en un continuo flujo intermitente de realidad confusa y abrumada en la que sólo existen seres mezclados con no seres en la plena existencia del reflujo que nos trae de vuelta al camino que transluce en la ventisca cegadora que osa atrapar y derretir. Al final volvemos a ser.

Entre roces se pierden ideas. No supe cuando me descubrieron o si no lo hicieron. El ojo que todo lo ve soy yo, pero somos todos. Y yo… ¿Quién soy?

Todos los errores agravados, convertidos en oscurecidas masas invisibles significando sólo cambios que se dieron para el desarrollo apropiado de un destino que llevó me a la falta de necesidad de romper la continua fluidez de ideas que se evocan confusa y desordenadamente para explicar el proceso por el cual el lector debió pasar justo hace unos momentos.

Tal vez no termine todo dentro de mi zapato.

Lo. La. ¡Le!

Es apropiado distinguir.

Yo no vi que ella fuera. Sólo la vi.

Le vi.

Sonsacar partiendo almendrados melocotones profesionales innecesarios palpitantes. Y se puede también decir que te convence.

El problema.

El único problema que tuvo el reino aquél.

Fue su imposibilidad para desenvolverse comprensiblemente ante el forastero que fui yo.

Fervientemente traigo mis palabras, pero no explican lo que deberían, pues no entiendes si no lo has vivido.

Es como una comparación de todo dentro de si mismo olvidándose de la comparación y del todo. Olvidándose de detenerse y de puntualizar. Todo era todo y no había nada más.

-¿Que cómo salí de allí preguntas? Yo también quisiera saberlo. Sólo recuerdo que NO fue hoy hace un año.

Si en realidad creyeron que yo tomé esas fotos es porque son ilusos.